A BOCA DE URNA POR UN MEJOR FUTURO

En su Mes Internacional, a todas las Mujeres que, a través de la historia pese a las adversidades, han luchado por sus Derechos, la vida, la paz y la reconciliación; pero sobre todo a Delgys Romero Cabeza, mi gran esposa de siempre, a Pamina Amelia y Raiza Andrea, mis dos vástagos andinos del alma.

¡Amables lectores multicreyentes y sentipensantes!, en medio de garantías electorales para el ejercicio ciudadano pero con riesgos de fraude, en medio de la polarización de las explicaciones científicas y religiosas sobre el aborto, en medio del adiós de las ejecutorias y falencias del impopular gobierno del subpresidente Duque, en medio de la abierta y soterrada asesoría maquiavélica del cuestionado y vergonzoso presidente eterno -investigado por los eventuales delitos de soborno y fraude procesal-, en medio de candidatos que se acusan entre sí, influenciadores que reparten insultos a diestra y siniestra y tuiteros que difunden por su alcantarilla trinos inaceptables, y por esa vía muchas plumas y megáfonos se convierten en trinchera, en medio de la dedicación mayoritaria a cubrir pendejadas en lugar de descubrir la parte esencial de los hechos, y en medio de la oscura senda colombiana ubicada en un mundo tensionado por la guerra de Rusia y Ucrania, las citas que adelante diré de Lincoln y Mandela me sirven de umbral para traspasar la puerta de la primera elección del año que se realizará el próximo domingo 13 de marzo.

Con el despliegue, mezclado con la visión de nuestra cultura, de todo un lenguaje de impugnación que tiene por tema -a la vez por sujeto y por objeto- la política de un país convulsionado, asediado por la violencia, el narcotráfico y la mala política, dicha elección definirá el nuevo Congreso compuesto por senadores y representantes a la cámara –incluidas las nuevas curules de paz– y quiénes serán los candidatos presidenciales de tres fuerzas políticas (Pacto Histórico, Coalición Alianza Verde Centro Esperanza y Equipo Colombia) para la primera vuelta presidencial que será el 29 de mayo. En el ejercicio de nuestro derecho al voto para cumplir con el deber de la endeble democracia, permítanme aportar un haz con el anuncio del mío a boca de urna de esta primera elección del año electoral del cambio verdadero, por CINCO RAZONES interrelacionadas que enseguida enunciaré:

1ª. La corrupción es el gran cáncer de Colombia traído por algunos conquistadores españoles e instalado desde la Conquista y agravado en la Colonia y la República; de ahí en adelante, el crecimiento sistemático de la enfermedad ha sido exponencial, “en la medida en que el crecimiento de la riqueza del Estado ha venido permitiéndolo” (Caballero, 2018), como lo prueba el hecho –la cifra es de la Contraloría General anterior– de que de los dineros públicos se roben 50 billones de pesos al año (aunque un estudio de la Universidad Externado de Colombia habla de $9 billones; ambas cifras, con todo, son angustiosas; igual un solo peso que se roben es mucho, porque además lo hacen en asuntos como la alimentación de los niños, la salud, los medicamentos, la infraestructura, los hospitales, la conexión virtual para estudiantes rurales, entre otros) lo cual es evidencia de su metástasis que pulveriza Abraham Lincoln así: Podrán engañar a todos durante algún tiempo; podrán engañar a alguien siempre; pero no podrán engañar siempre a todos. Y esa Metástasis solo la detendrá y solucionará de raíz los preparados y honestos candidatos presidenciales y congresales del Pacto Histórico que, en medio de la unificada oposición alternativa y las linternas sociales unidas alrededor de su consulta convertida en un faro que alumbra el presente de la oscura senda colombiana, iluminarán el futuro promisorio del país.

2ª. Es admirable que en la consulta anticorrupción de 2018 más de 4 millones de ciudadanos imprimieran formularios y salieran a recoger firmas por todo el país en un ejercicio de puro voluntariado ciudadano, que se convirtió “en una experiencia inédita de la democracia participativa tan usual en otras latitudes y tan escasa en la nuestra.” (Acevedo, 2018) Ante el hecho inevitable de que se invirtieron 300.000 millones de pesos en esa consulta -aunque solo con la reducción del salario de los congresista y altos funcionarios podría recuperarse en un año casi la totalidad de su costo-, fue mejor haber votado para aprovecharlos y enviar un mensaje esperanzador a los que se quedaron en la casa viendo cómo se malgastan cientos de miles de millones “sin provocar las grandes transformaciones que nuestro orden jurídico necesitaría para combatir el flagelo de la corrupción.” (Caballero, 2018)

‘Folklore’ electoral
Por: Matador. Feb., 18/22

A pesar de la gran participación ciudadana, el eterno expresidente fascista, el más corruptor de las dos décadas del siglo XXI, se opuso a ella. Si a él no le gustó, algo bueno tuvo. Y Obvio, el subpresidente Duque le sacó parcialmente el cuerpo a la consulta y sólo cumplió con la organización electoral para efectuarla. Por el audaz lanzamiento del gran video musical El reguetón de la corrupción por parte de Daniel Samper Ospina, acompañado de algunos promotores de la iniciativa como Claudia López, Antonio Navarro, Antanas Mockus y Jorge Robledo, quienes invitaron a los colombianos a apoyarla, fue que pudimos alzar nuestra voz. Así, la consulta anticorrupción tuvo un impresionante éxito electoral.

Sin embargo, la ley anticorrupción aprobada por el Congreso fue timorata y convertida en letra muerta. Afortunadamente, la participación ciudadana se fortaleció en el histórico estallido social de los dos últimos años que mostró la gravedad de los hechos económicos y sociales del país entre los cuales se encuentran la agobiante carestía, las amenazas sistemáticas, la estigmatización y los asesinatos de líderes sociales y sindicales; lo que también fue desoído por ese congreso corrupto y este Gobierno mediocre: “Si no hay alimentos, hay hambre, si no hay medicamentos hay enfermos. Si se irrespeta los derechos humanos, la democracia es una cascara vacía”, nos precisa Nelson Mandela.

Como no ha existido ni existe verdadera voluntad política del actual mandatario ni de los actuales congresistas para llevar a cabo las siete iniciativas de la consulta anticorrupción (reducción salarial a congresista y altos funcionarios, cárcel a corruptos y prohibirles volver a contratar con el Estado, contratación transparente obligatoria en todo el país, presupuestos públicos con participación ciudadana, rendición de cuentas de los congresista, publicar propiedades e ingresos injustificados de políticos elegidos y extinguirles el dominio, y máximo tres periodos en corporaciones públicas) ni tampoco para la implementación de la ley anticorrupción que articuló débilmente esas iniciativas, votaré para que el nuevo Congreso honesto y el nuevo Presidente alternativo -ojalá del Pacto Histórico- estén, por fin, obligados a hacer realidad la consulta y la ley anticorrupción ya que ellos están empeñados en trabajar duro por Colombia.

Ahora bien, la percepción del electorado sobre el subpresidente Duque es de las más bajas que se recuerde, lo que es típico y señal de un electorado que quiere cambios profundos y verdaderos: he aquí la 3ª RAZÓN del anuncio de mi voto. “El coronavirus ha afectado la vida de los ciudadanos comunes y corrientes. El empleo no se ha recuperado… Aunque la economía se ha recuperado (el PIB creció al 10,3 % el año pasado) no se han recuperado plenamente las pérdidas ocurridas a raíz de la pandemia… Más que nunca, los electores quieren el famoso cambio que prometen los candidatos en las elecciones, porque hay desánimo, desesperanza y pesimismo.” (Pardo, 2022) Y Gustavo, según las encuestas y el sentir popular, tiene más credibilidad que los demás para promoverlo por ser él un auténtico referente histórico. Sin duda, el candidato de Contigo Colombia es distinto, sin fingirlo. Por eso, vota inteligente, Petro presidente.

4ª RAZÓN. Por todo lo anterior, sobre las consultas votaré por la del Pacto Histórico porque es la única que ha hecho propuestas serias contra la corrupción y la criminalidad, y ha presentado pactos sólidos sobre la educación y el saber para poder ser, sobre la economía y el espacio para producir riqueza y crédito para progresar, sobre el cambio climático y las energías limpias, pacto por la vida humana y la naturaleza, pacto por una sólida salud pública y pacto para cerrar las brechas de género y fortalecer los procesos de inclusión en la participación política. De ahí que, según las encuestas, esta coalición vaya a la cabeza de todas, e incluso su gran líder abandera las elecciones presidenciales. Y por un margen cómodo. “En la más reciente de Invamer, la imagen del exalcalde de Bogotá subió ocho puntos en enero y alcanzó un 42 % de aprobación. En el último mes, Petro recuperó terreno y volvió a contar con mayor porcentaje a favor que en contra. En casi todos los estudios, el aspirante de la izquierda va de primero. Y ese es, en el momento, el hecho más notable de la campaña.” (Pardo, 2022)

Reconozco en Petro, el puntero, a un batallador de todas las horas que tiene la suficiente experiencia administrativa y una férrea preparación política para manejar este país; es un intelectual de disciplinas severas, vuelve accesibles a los profanos sus conocimientos y reflexiones sobre Economía, ciencia que domina. Cuando optó representar en el Senado al país que aspira a una verdadera democracia nacida de su pueblo querido, convirtió su curul en una cátedra de tolerancia, democracia y debate: “ha sido uno de los mejores senadores que ha tenido Colombia. Su tarea de control político permitió que el país conociera las alianzas entre grupos criminales y barones electorales. Sus debates eran serios y contundentes, siempre documentados. Con entereza afrontó las descalificaciones que seguían a cada una de sus denuncias. Mostró valor a la hora de afrontar señalamientos injustos y persecuciones.” (Coronell, 2015) Además, Petro fue uno de los primeros congresistas en destapar algunos de los peores hechos de corrupción de los últimos años, entre los que se destaca el carrusel de la contratación de Bogotá. Ha sido el más fuerte y consecuente opositor de los gobiernos de Uribe, Santos e Iván Duque. Teniendo como laboratorio a la Bogotá Humana, su programa de gobierno recoge lo que el país excluido reclama: soberanía del Estado, cero corrupción, igualdad política y social y respeto a los acuerdos de paz. 

He pensado mucho en los viejos y recientes odios ahora que se avecina esta primera elección del año del cambio, pues el próximo domingo mi país se asomará a ella y a la primera vuelta presidencial depurada, y lo que está en juego es enorme. “No me parece exagerado ni impertinente decir que estas elecciones serán un nuevo referendo sobre los Acuerdos de Paz, que el presidente actual ha aplicado selectiva e hipócritamente, avanzando mucho en ciertos aspectos —la desmovilización de combatientes, por ejemplo— pero saboteando otros de diversas maneras o permitiendo que los sabotee su partido: por ejemplo, las instituciones de justicia y de memoria que han surgido de los Acuerdos.” (Vásquez, 2022)

Al igual que el escritor Juan Gabriel Vásquez, sobre estos asuntos he escrito más de una vez recientemente, y no quisiera abusar de la paciencia de mis lectores multicreyentes y sentipensantes, de manera que no volveré a entrar en detalles; pero lo cierto es que hay mucho por hacer todavía con la paz de Colombia, y el próximo presidente se encontrará con un país donde lo más importante —y también lo más urgente— es esa tarea titánica: llevar a la realidad, hasta donde nos lo permitan nuestras demasiadas limitaciones, ese proyecto que consta en los Acuerdos, y que no es otro que una mejor democracia, o una menos defectuosa. “En 2016 se llegó a un acuerdo con los armados; ahora habremos de llegar a un acuerdo entre los civiles. En un país tan crispado, tan susceptible a los viejos” (Vásquez, 2022) y recientes odios, eso puede ser lo más difícil. Pero yo, como el autor citado, que nunca he pecado de optimismo, no me resigno a que sea imposible y ahí están los candidatos del Pacto Histórico para hacer posible una política de paz total: he aquí pues la 5ª RAZÓN de mi voto a boca de urna.

Viejos lobos de la política Por: Matador. Feb. 25/22

Diferente a las plazas llenas por el Petro propositivo y a sus interesantes entrevistas, hasta ahora la actual campaña electoral ha sido pródiga en propuestas alucinantes -el candidato del CD propone mandar a la mierda a los alcaldes elegidos popularmente que sea desobedientes, al menos no los amenazó con “partirles la cara, maricas”; una candidata a la Cámara por Oxígeno Verde, propone una ley que declare a las mascotas “ciudadanos sintientes”; etc. (Isaza, 2022)- y esta campaña también ha estado regida por los caprichos de las redes sociales, lo cual sorprende y abochorna: “Mucho bailecito, mucho disfraz, mucho zapato rojo, mucho TikTok, muchas malas palabras, muchas entrevistas bobaliconas. Y pocos programas de gobierno, pocas ideas, pocas soluciones. Quieren obligarnos a elegir a punta de actuaciones orquestadas por asesores de imagen que no escatiman ridiculez y obedientes candidatos dispuestos a acatarlas.” (Samper Pizano, 2022) Los próximos congresistas y el próximo presidente tendrán que “recomponer el ánimo del país para que este asunto de la paz se convierta en un objetivo que una a la gente. Y la primera tarea de la gente” (Vásquez, 2022), después de esta primera elección del año del cambio verdadero, por supuesto, “será elegir al que sea capaz de semejante hazaña.” Y ese es, reitero, Gustavo Petro Urrego.

Ahora bien, con relación a las tres consultas presidenciales y al gran número de candidatos presidenciales, lo cierto es que la depuración de ese amplio grupo continuará (y se acelerará) después de las elecciones de Congreso y al final, en la primera vuelta, llegarán unos pocos, y también al final, en la segunda vuelta solo llegarán dos. Hasta ahora, uno será -según las encuestas- Gustavo Petro. Si es así, lo que los votantes decidirán en la primera vuelta es quién irá con el exalcalde de Bogotá a la segunda, la definitiva. Claro que el líder del Pacto Histórico también tiene posibilidad de ganar en la primera vuelta -ojalá que así sea-, lo cual nos evitaría una segunda vuelta.

Por lo pronto, el próximo domingo 13 de marzo, hay es que votar al Senado y a la Cámara por el Pacto Histórico y solicitar el tarjetón de la consulta del Pacto Histórico y también votar por ella marcando Petro y pedirle a las Energías Positivas del Universo para que su votación sea mayoría para “que a los corruptos les quiten la totalidad de lo ganado con su corrupción”, para que las camufladas proposiciones ancladas en el pasado se hundan y para que reine la justicia y el cese la polarización, así las propuestas alternativas no quedarán enredadas en las hierbas del pantano de El ubérrimo y sus capataces, recrudeciendo odios y burlas, afilando engaños y venganzas e imponiendo a sus esbirros en los puestos claves y organismos de control del Estado. En definitiva, a boca de urna, aquello de que lo major está por venir se asegurará votando por una Patria del tamaño de nuestros sueños para garantizar un cambio seguro con equidad, dignidad, prosperidad y transparencia en el manejo de lo público.

Finalmente, ¡amables lectores multicreyentes y sentipensantes!, los exhorto a encontrarnos para seguir debatiendo y acumulando luchas, pero, sobre todo, para seguir construyendo con nuestras acciones y proyectos. Reitero pues la invitación a los colombianos a la mayor movilización que podemos hacer en las urnas, que es la del 13 de marzo (día de elecciones a Congreso y de las coaliciones presidenciales), votando por la Coalición del Pacto Histórico, la única que apoyó el glorioso estallido social y la construcción de nuevos escenarios emancipatorios y una nueva narrativa política para salir del embrujo autoritario. Y ejerzamos así el poder de elegir para luchar todos unidos por el cambio verdadero y la transformación histórica de Colombia pasando de una débil democracia mínima a una plena democracia sustantiva: las grandes expectativas traen consigo ilusiones perdidas. No obstante, ellas también nos ofrece esta gran Esperanza. Sin duda, entonces, el domingo 13 de marzo, se decidirá no solo la composición del Congreso sino también la verdadera primera vuelta de las presidenciales.

A votar

A votar por Betto. Marzo 10/22

https://www.elespectador.com/opinion/caricaturistas/betto/a-votar-2/

INDISPENSABLES MURMULLOS REFERENCIALES

10 respuestas a «A BOCA DE URNA POR UN MEJOR FUTURO»

  1. Tenemos a la mano un texto que que sintetiza grandes y verdaderas realidades de nuestro entorno Nacional.
    Claro, cambiaremos el rumbo que ha traído nuestro Territorio Nacional.
    Será en la Primera Vuelta que lo lograremos.
    😇

  2. Gran Radiografía de nuestra sociedad colombiana, la esperanza nuestra se encuentra en apuntarle bien al mejor programa de gobierno (Petro presidente).

  3. Excelente análisis de la situación del país, en manos de un partido político indolente y sus maquinarias, las cuales debemos derrotar éste 13 de marzo, si anhelamos un cambio, debemos votar por la fórmula completa: Cámara, Senado y Presidencia de la República por el Pacto Histórico, cómo dijo Luis Carlos Galán Sarmiento: «Es ahora o nunca.

  4. La realidad política es la que el artículo radiografía y la vía que indica está fundamentada y es la correcta. Si queremos cambiar este lamentable país, intentémoslo.

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