UN AÑO DESPUÉS, FRENTE AL PELOTÓN DEL COVID…

En memoria de Luis Alberto Garzón, quien también nos fue arrebatado por la terrible pandemia, gran luchador y defensor de los intereses del magisterio y de la clase trabajadora: ¡Paz eterna en su tumba!
¡Amables lectores reflexivos!, ustedes y yo sabemos que por estos días se cumple un año del confinamiento domiciliario por causa de la pandemia del COVID-19. Igual que el coronel Aureliano Buendía en aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo, frente al pelotón de fusilamiento (García Márquez, 2017, p. 13), recuerdo perfectamente aquella tarde de marzo 16 de 2020 cuando la directiva del colegio Usaquén convocó al cuerpo docente para informar que, por orden de la Alcaldía Mayor de Bogotá, desde el día siguiente íbamos a hacer clases no presenciales desde nuestras casas porque se iniciaba el confinamiento. En ese momento, nadie se imaginó que eso iba a durar tanto y ser tan determinante para nuestras vidas. Por eso, un año después, no puedo con “mis rutinas, ni con el aburrimiento que se extiende ante mis ojos como único horizonte, panorama desértico y devastador” (Grandes, 2021) por tantos muertos -sin contar asesinatos diarios y masacres alternadas en nuestro país-, tantos contagiados y tantos días encerrados.
A pesar de todo, en las últimas semanas se ha registrado en el mundo una notable reducción en el número de contagios y muertes por la peste, según la OMS –Organización Mundial de la Salud-. De acuerdo con dicho organismo, citado por la Redacción científica de El Tiempo (2021), durante las primeras cinco semanas del año se pasó de tener 5 millones de nuevos contagios a 2,6 millones, al 10 de febrero, lo que representa una reducción cercana a 50 por ciento. Una cifra que continúa decreciendo, si se tiene en cuenta que una semana después (el miércoles 17 de febrero) la cifra fue de 220.000. Esto representa la cifra semanal más baja desde el 1 de septiembre del año pasado. Pero las cifras de muertes también han caído, al punto que el pasado martes 16 de febrero solo se registraron 7.202 fallecimientos en el mundo, la cifra más baja desde el 10 de noviembre. De acuerdo con Valentina Acosta Fonseca (La República, 2021), algo similar ha sucedido en Colombia en donde se han registrado más de 2,2 millones de casos y han fallecido casi 60.000 personas, porque en lo que va del 2021, el número diario de contagios ha disminuido 71% y en el de muertes el descenso ha sido de 36,7%; lamentablemente, los asesinatos diarios y las masacres alternadas no han registrado ninguna reducción.
Ante esta drástica caída en las cifras nacionales e internacionales por COVID-19, “la ciencia todavía se encuentra en la búsqueda de respuestas que den cuenta de este efecto. La primera hipótesis que ha salido a flote fue dada por la misma OMS. De acuerdo con científicos de la organización, esto ha sido muestra de exitosas políticas y medidas de contención de la epidemia…, incluso ante la presencia de nuevas variantes”. (Redacción Ciencia de El Tiempo, 2021) Pero aún “no es posible llegar a una respuesta concluyente sin estudios suficientes, por lo que se estudian varias explicaciones posibles, como que hayan zonas del mundo que hayan alcanzado un importante nivel de inmunidad.” (Ibìd.)
Inmunidad ocasionada por muchos factores, pero sobre todo por la vacunación masiva que se está desarrollando de modo oportuno en algunos países del mundo y tardíamente en nuestro país con mucho desorden y show mediático. “En un estudio realizado en 1,2 millones de personas vacunadas ya con la segunda dosis en Israel demostró una reducción del 94 por ciento en los casos sintomáticos.” (Ibìd.) Además, creo entender con el virólogo Shahid Jameel “que hay un número suficiente de personas en India que estuvieron expuestas al virus. Y esa es quizás la razón por la cual los casos disminuyen». (Ibìd.) Sea como sea, lo cierto es que el virus está bajando y ojalá siga ese curso hasta desaparecer totalmente.
Por su parte, las explicaciones de las ciencias sociales de los asesinatos diarios y masacres alternadas en Colombia son muchas, pero los premiados políticos centrodemocráticos y los acuciosos investigadores uribistas que todavía no están en la cárcel lo han resumido con esta frase enfurecida: «¡Plomo es lo que hay!». Y “plomo es lo que gusta en este país de asesinos. Gusta el plomo por sí mismo, y no por sus resultados.” País de farsantes y de ladrones, dice también de paso el gran escritor y periodista Antonio Caballero (2021): “desde los que roban con cuchillo bicicletas o celulares en las calles de Bogotá hasta los gobernadores o los parlamentarios que a punta de contratos amañados se quedan con los dineros públicos en teoría destinados a los almuerzos de los niños en los colegios públicos. País de farsantes, de ladrones y de asesinos.”
A pesar de las adversas condiciones actuales o por ellas, en Colombia se volvió imperativo el regreso progresivo y seguro a la presencialidad de muchos sectores y sobre todo del sector escolar, máximo cuando los humildes hogares colombianos en pandemia se convirtieron en espacios de violencia que afectaron la salud mental y el avance académico. El volver no da espera, pero con todas normas de bioseguridad previas y verificables e incluidas las vacunas para aplicar ágil y ordenadamente a toda la comunidad educativa.
Sabemos que el derecho a la vida es fundamental -que se debe garantizar ahora con medidas draconianas e inmunidad masiva y renta básica para los más humildes-, pero también es vital la educación presencial aunque las remotas fueron asumidas con mucha ética profesional e inmenso compromiso pedagógico; es prioritario regresar a las aulas por la salud mental y los procesos de enseñanza y aprendizaje de nuestros niños y adolescentes, quienes urgentemente necesitan sociabilidad, juego, lúdica y más conocimiento. Como persisten preocupaciones válidas y reclamos justos de nuestro gremio docente que no se pueden echar en el saco roto, “está pendiente la aceleración de la inversión en mejoras y adecuaciones para los colegios públicos con más atrasos. Tenemos que estar a la altura del reto histórico que nos enfrenta… Esta mezcla de fallas estructurales e históricas con los peligros coyunturales de la pandemia es mortal. Si bien no todo puede solucionarse y sí es necesario un esfuerzo, los gobiernos en todos los niveles tienen que tomar medidas vehementes y eficientes para proteger a los docentes.” (Editorial de El Espectador, 2021)
De todos modos, de acuerdo con los avances y los últimos estudios científicos, “la humanidad debe prepararse para convivir en forma indefinida con algunas formas del COVID-19. En lugar de una pandemia que desaparece, como la gripa española, ya se puede prever que, a punta de mutaciones, se convertirá en un virus endémico, con algunas semejanzas a la gripe, que debe ser enfrentado durante mucho tiempo.” (Armando Montenegro, 2021) Sin embargo, aunque eso sea pensar con el deseo, pienso que, así como el bicho apareció de modo inesperado, va a desaparecer también de ese modo.
Finalmente, amables lectores reflexivos permítanme dos conclusiones: la primera es que, frente al pelotón de fusilamiento pandémico, hay evidencias científicas de que la lucha contra el virus será larga y difícil; por eso, los expertos piden no bajar la guardia por posible tercera ola. Ellos sostienen asimismo que, aunque se supere la emergencia, la vida no volverá a la despreocupada normalidad de antes del coronavirus. Será, en palabras de The Economist citadas por Armando Montenegro (2021), “`coronanormal`: una vida sin cuarentenas, pero con vacunas frecuentes, máscaras, cierto distanciamiento social y protección especial permanente para los más vulnerables.” Y la segunda conclusión es que, frente al tamaño de nuestro panorama desértico y devastador producida por la larga pandemia, el incesante saqueo, los asesinatos diarios y las masacres alternadas, muchos utópicos macondianos tenemos la esperanza radical que el gobierno negligente e inepto de Iván Duque termine pronto para que los colombianos votemos en las próximas elecciones presidenciales por “una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decir por otros hasta la forma de morir, donde de verdad sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la Tierra.” (García Márquez, 2010, p. 29)
BIBLIOGRAFÍA
- Acosta Fonseca, Valentina. (2021). En lo que va de 2021, el número diario de contagios de covid-19 ha disminuido 71%. La República, Bogotá, publicado el 23 de febrero en https://www.larepublica.co/economia/en-lo-que-va-de-2021-el-numero-diario-de-contagios-de-covid-19-ha-disminuido-71-3129420
- Caballero, Antonio (2021). País de mentiras. Los Danieles, Columnas sin Techo, Bogotá, publicado el 21 de febrero en https://losdanieles.com/antonio-caballero/pais-de-mentiras/
- Editorial de El espectador (2021). La alternancia es apenas un primer y necesario paso. El Espectador, Bogotá, publicado el 17 de febrero en https://www.elespectador.com/opinion/editorial/la-alternancia-es-apenas-un-primer-y-necesario-paso/
- García Márquez, Gabriel (2017). Cien años de soledad. Ilustrado por Luisa Rivera. Barcelona: Penguin Random House.
- ____________________ (2010). “La soledad de América Latina.” En Yo no vengo a decir un discurso. Barcelona: Random House Mondadori.
- Grandes, Almudenas (2021). Una leona enjaulada. El País de España, Madrid, publicado el 33 de febrero en https://elpais.com/eps/2021-02-14/una-leona-enjaulada.html
- Montenegro, Armando (2021). Guerra prolongada. El Espectador, Bogotá, publicado el 13 de febrero en https://www.elespectador.com/opinion/guerra-prolongada/
- Redacción Ciencia de El tiempo. ¿A qué atribuye la ciencia el descenso mundial de casos de covid-19? El Tiempo, Bogotá, publicado el 18 de febrero https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/vacunacion-mundial-a-que-atribuye-la-ciencia-el-descenso-mundial-de-casos-de-covid-19-567814
Excelente radiografía, amigo Dairo, de ese año que ha transcurrido con mucho dolor para una gran mayoría de los que hacemos parte de este planeta. No obstante, como bien lo dices, comienzan a declinar los contagios y los fallecidos por esta pandemia. Queda por supuesto, la rabia de ver al gobierno del malvado doctor Frutiño, indolente ante el sufrimiento de los cientos de líderes asesinados por una maquinaria narcoparamilitar que hace de las suyas, ente el silencio cómplice de este inepto. Deseamos se acabe rápido está pesadilla y luchar para que llegue un gobierno más humano y sintonizado con las necesidades del pueblo.
Maestro Perea, mil gracias por sus juiciosos comentarios y espero continué enriqueciendo este blog que también es suyo. Me siento honrado con su visita a este portal y desde ya, está invitado a la próxima entrega.
González, las aseveraciones aquí planteadas son muestras de un reflejo social, ojalá se tenga en cuenta las censuras para un bienestar de nuestra sociedad.Exitos en su devenir.
¡Joda!, Dairo, esa pluma es imbatible.
¡Viejo Hernán!, la imbatibilidad es el horizonte, únicamente se logra estando constantemente «Al pie de la hoguera lecto-escritora».
Excelente escritura, siendo su alumno tuve el privilegio de conocer el método, pero aquí lo importante siempre es el estupendo resultado, felicidades mi profe, que el calor del brazo se mantenga siempre latente.
Estimado Johan Aza, qué placer saber de ti con la lectura juiciosa de mi artículo, gracias por ello y la visita al portal. Un alegre abrazo vital,