NOBEL DE ECONOMÍA, PETRO Y COLOMBIA

Para mi hijo del alma y corazón: Isaac Camilo Romero González, gran economista y matemático de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y doctor en economía con su tesis laureada “Transmission Expansion planning under Imperfect Competition”, Pontificia Universidad Comillas de España: espero que encuentres en este Nobel algo más para seguir adelante, siempre adelante 

¡Amables lectores exigentes!, en estos momentos de Nobeles otorgados por la academia sueca, la desastrosa reelección de Donald Trump, la calamidad de los aguaceros torrenciales en casi todo el territorio nacional, los ecos de la exitosa COP16 en Cali y la tragedia en Valencia España, Colombia puede salir a cobrar, un poco, el Premio Nobel de Economía entregado este año. Nuestro país ha hecho parte de los estudios de James Alan Robinson -JAR-, quien junto a Daron Acemoglu y Simon Johnson “se llevaron el galardón por sus estudios sobre inequidad.” El presidente de los colombianos, Gustavo Petro Urrego -GPU-, tiene al economista Robinson entre sus afectos y guías; por eso, él fue uno de los primeros en celebrar dicha distinción.

Igualmente, porque parte de las investigaciones de JAR “sobre el papel del Estado en la riqueza de las naciones las ha realizado en Colombia.” (Ronderos, 2024) También porque aquí ha confirmado, estando casado con una mujer colombiana y siendo profesor de Economía en la Universidad de los Andes, “cómo el estancamiento económico proviene de una política que desaprovecha el talento de la mayoría.” (Ibíd) Realmente, Robinson es un poco colombiano. La felicitación del presidente Petro al Premio Nobel colombianista vino confidencialmente en el instante en que el mandatario colombiano pensó que Robinson estaba hablando bien de su gobierno al calificar las elecciones que lo llevaron al poder como “unas de las más democráticas elecciones”. Pero GPU pasó de celebrarle el Nobel a Robinson y a sus compañeros a defenderse de afirmaciones del actual profesor de Gobierno de la Universidad de Chicago: acerca de ellos y nuestro país se enfoca este artículo.

JAR ha reconocido que sus análisis sobre nuestro país “le ayudaron a entender el rol de las instituciones, tanto económicas como políticas, en el desarrollo o subdesarrollo de las naciones. Sus aportes y lecturas sobre nuestra realidad son aún más vigentes y le apuntan a una pregunta esencial: ¿cómo logramos que nuestra democracia liberal mejore la vida de las personas?” (elespectador.com, 2024) Los tres investigadores economistas galardonados demostraron “la importancia de las instituciones para la prosperidad de un país”. Se les abona el gesto “porque otros analistas aconsejan pasarse las instituciones por el orto para lograr los magníficos niveles de desarrollo de China o de Singapur… Bien decía Shakespeare, la lógica es una perra que se acuesta con todos.” (Londoño, 2024)

El factor común que explica que el británico Robinson, el turcoamericano Acemoglu y el británico-estadounidense Johnson hayan sido galardonados, son sus estudios sobre “cómo se forman las instituciones y cómo afectan la prosperidad”, lo cual no es, en rigor, exacto. “Si así fuera, habríamos encontrado la piedra filosofal: sabríamos cuáles son exactamente las instituciones correctas, y qué deberíamos hacer para adoptarlas.” (Botero, 2024) Pero lo que sí es cierto es que los nobeles “pusieron de presente que hay unas instituciones mejores que otras y que, como es evidente, ellas inciden en el nivel de vida de la población, el crecimiento económico y el reparto de los beneficios sociales.” (Ibíd) Visto así, su aporte se parece mucho a la revelación que tuvo nuestro gran deportista Kid Pambelé: “Es mejor ser rico que pobre”.

De acuerdo con el comité de adjudicación del Premio, “Los galardonados han demostrado que una de las explicaciones de las diferencias en la prosperidad de los países son las instituciones sociales que se introdujeron durante la colonización”. Un asunto esencial de esas instituciones -que ellos tocan superfialmente- es la corrupción que las ha permeado e incluso normalizado desde el arribo en 1492 del imperio español.

En el año 2013, el profesor JAR publicó su ensayo: Colombia. ¿Otros cien años de soledad? Allí escribió: “Fundamentalmente, todos los problemas que Colombia tiene se derivan de la forma como ha sido gobernada. La mejor forma de definir esto es que se trata de un gobierno indirecto, común en los imperios coloniales europeos, en el cual, las élites políticas nacionales que residen en las áreas urbanas, particularmente Bogotá, han delegado efectivamente el funcionamiento de las zonas rurales y otras áreas periféricas a las élites locales”.

¿No será al revés, doctor Robinson? El carácter quebrado de la geografía colombiana es la causa de que solo a comienzos de los años cincuenta lográramos construir un mercado nacional unificado; de que nos resulte complicado conectar unas regiones con otras; y de que tengamos tantas ciudades. Depende de factores geográficos, la inmejorable competitividad nuestra para la producción y exportación de drogas prohibidas. Colombia todavía carece del control pleno sobre su territorio, una notoria anomalía que, en buena parte, obedece a su abrupta configuración física. (Botero, 2024)

Al final de su ensayo, JAR nos dejó la siguiente recomendación: “La construcción de una Colombia diferente implica luchar contra la manera básica como el país ha sido gobernado desde su inicio como una República independiente en 1819″. Aceptar esta tesis implica reconocer que un buen porcentaje de lo que hemos hecho ha estado mal como efectivamente ha sido.

Nobel de Economía 2024. De izquierda a derecha: Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson. Foto: X: @NobelPrize

El Tiempo entrevistó el 20 de octubre de este año al educador economista galardonado. Dijo que Petro era incapaz de desarrollar el cambio, afirmación que los medios difundieron con entusiasmo. ¿Por qué no difundieron igual que nuestro presidente fue el que abrió el debate sobre las reformas más necesarias y de mayor calado de nuestra vida republicana? Para evitar que los países fracasen, según Julio César Londoño (2024), JAR da dos fórmulas. La primera es genial: “La gente debe enfocarse en cambiar las instituciones para que funcionen mejor”. Hombre, Robinson, haberlo dicho antes, ya mismo hablamos con “la gente” y la enfocamos. La segunda fórmula tiene dos partes: “Hay que poner a un lado las diferencias y encontrar cómo transformamos a Colombia”. La primera parte es angelical, la segunda retórica. Después de elogiar las instituciones, JR critica la obsesión de Petro por las reformas, ¡que son al fin de cuentas piedra angular de los cambios y de los protocolos institucionales! Y después de señalar que los caudillos torpedean las instituciones, afirma que “la única persona que tenía un plan real para cambiar las cosas era Uribe”, es decir, un caudillo alérgico a las instituciones (Ibíd) que torpedeó y sigue torpedeando sistemáticamente.

María Isabel Rueda entrevisto a JAR para El Tiempo en agosto del 2012, cuando su libro más conocido, Por qué fracasan las naciones, que escribió con Daron Acemoglu, acababa de salir. En aquella entrevista Robinson le dijo a Rueda: “Una de las causas de los problemas masivos de Colombia es que el Estado central básicamente no controla la mayor parte del país, y el paramilitarismo es un ejemplo. El Gobierno es incapaz de proveer la infraestructura y los bienes públicos”. Y le remató: “El problema general de Colombia es una increíble falta de orden y la inhabilidad del Gobierno para gobernar de alguna manera eficiente”. Doce años después de esos planteos que nuestro presidente denunció como congresista, el diagnóstico parece muy actual; por eso, GPU intenta gobernar contra todo eso de modo eficiente y ordenado.

El maestro colombianista, quien también ha publicado varios textos en El Espectador, escribió en 2014 en este diario un diagnóstico certero sobre Colombia. Según él, vivimos en medio de dos relatos de nación. Uno de ellos es el de “un país exitoso, con políticas macroeconómicas estables, una larga historia de democracia y libre de renegociaciones de la deuda y populismo”. En contraparte, contamos con “otra narrativa que pregunta cómo un país puede ser exitoso cuando ha vivido una guerra civil por 50 años (…) y cuando el Gobierno es incapaz o reacio a proveer bienes públicos básicos para la mayoría de sus ciudadanos”. De acuerdo con este mismo diario, hoy seguimos navegando esos mismos retos: “La economía va bien, pero el país va mal”, sostiene una frase popular en Colombia desde finales del siglo XX dicha por Fabio Echeverri Correa, pero su autor original es Carlos del Castillo al decir: “El gobierno va bien, pero el país va mal”. (Semana, 2015)

Por repetir lo mismo coherentemente del diagnóstico de su libro, 10 años después, “es que Petro le reviró al Nobel. Además de contradecir una supuesta “afinidad” con su gobierno -que equivocadamente creyó adivinar-, Robinson le dijo a Petro que no tiene una estrategia sobre cómo hacer las cosas.” (Rueda, 2024) Pero nuestro presidente respondió con cifras contundentes y confiables: “Sacamos a 1’600.000 personas de la pobreza y a 1’100.000 de la pobreza extrema en el año 2023”. Luego afirmó Petro: “Disminuimos el coeficiente de desigualdad sustancialmente en áreas de reforma agraria”. Todos esto es la prueba reina de que el presidente sí sabe hacer equidad social. También él ha sido el gobernante que ha puesto en el centro de sus programas de gobierno el agua y el medioambiente, verbigracia, la realización exitosa de la COP16 en Cali que ubicó a Colombia como el epicentro de esa reflexión mundial.

A propósito del Nobel a JAR, Noticias Caracol lo entrevistó. La pregunta era qué ha fallado en nuestro país y su respuesta fue, de nuevo, un reto a nuestros gobiernos. Según Robinson, tenemos “problemas con las instituciones económicas, con los monopolios, con la seguridad y la definición de los derechos de propiedad, problemas con el sistema educativo, problemas con el acceso a los servicios. Eso tiene que ver con la debilidad del Estado colombiano para regular la sociedad o brindar oportunidades a la gente. La mitad de Colombia no está gobernada. En el Pacífico o los Llanos no hay carreteras, no hay infraestructura”. Precisamente, una de las razones del por qué el pueblo colombiano eligió a GPU como su presidente fue esa; además, él siendo senador comenzó a ayudar a extirpar el desovadero de serpientes de los parapolíticos en pleno Capitolio nacional, aunque su paz total tiene errores que ojalá corrija antes de terminar su mandato.

Asimismo, Robinson envió un mensaje al presidente Petro, a quien comparó con el exsubpresidente Iván Duque: de poco sirve un buen diagnóstico si no hay capacidad de implementar, si no se sabe cómo reformar las instituciones (elespectador.com, 2024), aunque Petro sí sabe cómo reformar las instituciones; por eso, él ha insistido en ello logrando que el Congreso le apruebe algunas reformas y le rechazó otras, y unas cuantas están por aprobarse.

Es claro pues que el premio Nobel de economía a JAR y a sus compañeros es polémico. Pero esa polémica no da para a acusar a Robinson, desde las redes según Catalina Uribe Rincón (2024), de ser un “hombre blanco extranjero” premiado por decirle al país pobre por qué fracasa y que plantea como solución económica la renuncia a la reforma agraria; igualmente lo acusan de ser conservador, de ser uribista y hasta de ser un incel -acrónimo inglés traducido como célibe involuntario- mercantilista de la pobreza.

No obstante, nuestro país puede salir a cobrar ese Nobel a JAR -aunque apelar a la autoridad de un tecnócrata premiado para defender un gobierno o un país no puede ser sino una muestra de oportunismo-, “pero debería hacerlo con un mea culpa de nuestra élite política. Con la democracia en juego, no podemos seguir conviviendo con los discursos que no ejecutan, con las promesas ineficientes, con la politiquería paralizante.” (El Espectador, 2024) Los colombianos exigimos más soluciones porque el problema general de nuestro país es una corrupción generalizada, una mediocridad y una mezquindad eternas de la clase política tradicional para hacer transformaciones eficaces y eficientes; por eso, el Congreso no ha aprobado algunas de ella.

He querido decir todo esto para terminar diciendo que, a pesar de todo, nuestra sociedad ha mejorado en el Gobierno de la dupla Petro-Márquez. Obvio que queda mucho por hacer: es inhumano que en nuestro país sigan muriendo personas de hambre y de violencia, por citar dos ejemplos extremos, en una Colombia tan desigual y violenta que aún lo sigue siendo porque es imposible acabar con eso en un período de cuatro años. Ahora quiero decir también que he vuelto a releer el programa de Gobierno y el Plan Nacional de Desarrollo de ese binomio para escribir estas breves notas, y que he vuelto a palpar la esperanza ahora renovada con la ensayística de los economistas galardonados con el Premio Nobel, pero sobre todo con la del profesor e investigador colombianista James Alan Robinson.

INDISPENSABLE TÁBULA GRATULATORIA

Botero, Jorge Humberto (2024). Glosas al Nobel. Semana, Bogotá, 29 de octubre, disponible en https://www.semana.com/opinion/articulo/glosas-al-nobel/202426/

elespectador.com (2024). Un Nobel que nos conoce y que nos habla. Editorial de El Espectador, Bogotá, 17 de octubre, disponible en https://www.elespectador.com/opinion/editorial/un-nobel-que-nos-conoce-y-que-nos-habla/

Londoño, Julio César (2024). El nobel, Petro y los escritores. El Espectador, Bogotá, 2 de noviembre, disponible en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/julio-cesar-londono/el-nobel-petro-y-los-escritores/

Ronderos, María Teresa (2024). Las preguntas difíciles del Premio Nobel colombianista James Robinson. El Espectador, Bogotá, 21 de octubre, disponible en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/maria-teresa-ronderos/las-preguntas-dificiles-del-premio-nobel-colombianista-james-robinson/

Rueda, María Isabel (2024). ‘Round’ de Petro contra nobel de economía. El Tiempo, Bogotá, publicado el 9 de octubre en https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/round-de-petro-contra-nobel-de-economia-3391822

Semana.com (2024). Cartas. Revista Semana, N. de R., Bogotá, mayo 23, disponible en https://www.semana.com/cartas-edicion-1725/428920-3/

Uribe Rincón, Catalina (2024). Petro: el economista que odia a los tecnócratas (hasta que lo alaban). El Espectador, Bogotá, 26 de octubre, disponible en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/catalina-uribe-rincon/petro-el-economista-que-odia-a-los-tecnocratas-hasta-que-lo-alaban/?utm_source=onesignal&utm_medium=pus

8 respuestas a «NOBEL DE ECONOMÍA, PETRO Y COLOMBIA»

  1. Me uno a los éxitos de tu hijo.
    Sesudo artículo. Me gustó el ánimo y la fe en los cambios. Hay muchos aciertos estilísticos que lo potencian las ideas expresadas.

  2. Columna de buen bagaje, muy puntual en su planteamiento debido a las orientaciones alusivas a los premios Nobeles actuales de economía, haciendo énfasis en el ensayo del profesor JAR.

  3. Excelente artículo que nos lleva a controversias inmediatas.
    Felicidad nos trae el Nobel alcanzado por nuestro colombiano (para mi lo es) James Alan Robinson; en buena hora; momento, que todo se ha vuelto controversial en nuestro territorio nacional.

  4. Doctor Dairo Elías González Quiroz: Le agradezco el envío, del artículo nobel en economía, Petro y Colombia. Con la demoracia en juego, no podemos seguir conviviendo con los discursos, que no ejecutan, con las propuestas ineficientes, con la politiquería paralizante. Los colombianos exigimos más soluciones, porque el problema general de nuestro país, es una corrupción generalizada, una mediocridad y una mezquindad eterna, de la clase política tradicional, para hacer transformaciones eficaces y eficientes.

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