MINTIC Y CONECTIVIDAD RURAL EDUCATIVA

En memoria de Antonio Caballero, recientemente fallecido a los 76 años, escritor, caricaturista y periodista independiente e implacable contra el corrupto poder criminal.

¡Amable lector sentipensante!, tú y yo sabemos que las limitaciones en materia de conectividad en Colombia representan una importante cuenta de cobro cuando se habla de educación, bienestar y calidad de vida. Gran parte de la población rural colombiana aún acarrea con estos costos, y se hace prioritario considerarlo dentro de los futuros planes educativos en nuestro país. Por eso, el escándalo de corrupción en el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTic) con la conectividad educativa rural es el epicentro de este escrito, luego de 547 días “signados por el horror de la pandemia, esa pesadilla que se prolonga en la vigilia, como el dinosaurio de Monterroso, y por un suceso trágico y magnífico a la vez, el estallido social.” (Londoño, 2021)

Si en la Colombia urbana, los derechos fundamentales y los servicios públicos de calidad son privilegios, se imaginan lo que sucede en la Colombia rural. Históricamente el campo colombiano ha padecido del abandono del Estado. “Los campesinos, además de estar física y digitalmente desconectados, han sido tradicionalmente desplazados, cuando no despojados, de sus tierras.” (Cifuentes, 2021) En medio de estos dramáticos días “de despropósitos oficiales, de manipulaciones y desafíos de la cáfila de degenerados que detenta el poder” (Spitaletta, 2021) que, cada vez más, parece vivir en un mundo de fantasía, esta brecha se agranda en un escenario colombiano inmerso en corrupción y escándalo, como el que se confirmó recientemente, en el que la Unión Temporal Centros Poblados, “que se ganó el multimillonario proyecto para instalar más de 7 mil puntos digitales en escuelas rurales del país, no solo presentó una sino tres garantías falsas del Banco Itaú para poder firmar el contrato con el Ministerio de las TIC” (Ávila, 2021), quedando la zozobra que el país aún mantiene una brecha digital muy fuerte entre sus habitantes. ¡Lástima que corrupción e ineptitud sigan aumentando las brechas en la población colombiana!

Esto se complica porque el problema es que casi dos tercios de la población en Colombia aún no tiene acceso a internet, y menos internet de buena calidad. Por supuesto, las brechas son notables entre los sectores urbano y rural, y al interior de estos. “Según el Banco Mundial, menos del 50% de la población tiene conectividad de banda ancha y sólo el 10% tiene acceso a fibra óptica en su hogar.” (Ibíd.) Si bien las zonas rurales son las más acosadas por el sinfín de limitantes, indudablemente que la Colombia rural aún es un terreno difícil para adoptar una conectividad total, plena y eficiente, esto es, dotación digital que garantice alta calidad e innovación educativa, condición indispensable para la formación de ciudadanos rurales integrales. 

“No cabe duda de que las tecnologías digitales lograron conectar a familiares, amigos, estudiantes, maestros, empresas y hasta mercados. En medio del confinamiento que muchos tomamos, estas tecnologías también permitieron que el aislamiento tuviera una pequeña dosis de compañía durante las cuarentenas, de índole virtual, que aliviaron más de lo que se pensaba. “(Ávila, 2021) Sin embargo, esto no se logró en el campo por la mínima o nula conectividad existente, razón por la cual se han hecho jugosos contratos con el Gobierno. Así la conectividad se volvió ahora un condicionante en la educación, “el bienestar y la calidad de vida gracias a que es parte del proceso de adaptación a nuestra nueva normalidad ya que mitiga los efectos adversos de las medidas implementadas” (Ibíd.), lo cual “se traduce en que las mayores pérdidas de bienestar las sufren los hogares menos conectados, en donde se incluyen las pérdidas de aprendizaje. No obstante, es de aclarar que los niveles de conectividad están asociados también a problemas socioeconómicos subyacentes, como la educación y los ingresos. En esto, las áreas rurales son las que concentran la mayor problemática, incluyendo la capacidad y la cobertura de la conectividad misma.” (Ibíd.)

El multimillonario contrato del Ministerio de las Tic con Centros Poblados de corrupción y desconexión pasará a la historia como uno de los más escabrosos del subpresidente Duque porque “tres grandes pecados quedan en evidencia. El primero es que definitivamente la corrupción de la contratación pública se metió en el ADN de este país. El segundo es el costo infinito de la ineptitud de funcionarios públicos, único argumento que se le puede atribuir hasta ahora a la ministra Abudinen y a su equipo de colaboradores, a la espera de lo que diga la justicia. Y el tercero es la infinita soberbia del presidente Duque, que cree que sus palabras están por encima de la evidencia.” (López, 2021) Este debería ser el momento de una verdadera investigación, pero esta es imposible cuando el uriduquismo “maneja los órganos de control: la Procuraduría, en contubernio con la ministra Abudinen; la Fiscalía, a cargo de semejante personaje, y la Defensoría del Pueblo, con un poderoso clientelista a la cabeza…” (Ibíd) 

Obvio que, por lo sucedido con este contrato, la ministra de las Tic se enfrenta por estos días a una moción de censura que será votada en el Congreso en próxima fecha. En el inicio del debate de dicha moción, el viernes 3 septiembre, “presenciamos un espectáculo indigno en el que rifó la democracia, la vergüenza y la cordura. Abudinen no solo cometió el absurdo de anunciar acciones legales en contra de los congresistas citantes —a quienes protege la inviolabilidad parlamentaria— sino que exhibió una alarmante realidad paralela desde donde pretende defenderse: `los corruptos me tienen miedo`, dijo” (Bejarano, 2021) sin ruborizarse: ¡Qué desfachatez!  

No obstante, ahí no para el escándalo de la podrida corruptela y los desmanes de dicha ministra, pues, en abril de este año ella lanzó un rescate de 85.000 millones de pesos para tratar de ayudar a los medios de comunicación afectados por la crisis económica a raíz de la pandemia. La entrega de ese multimillonario monto “unos meses antes de las elecciones es una estrategia de cooptación de la prensa. Además, el hecho de que no venga en forma de una política a largo plazo, sólidamente motivada y estudiada con el gremio, sino que sea un rescate de una sola vez apunta más a la compra de conciencias y no a la reactivación de un sector trascendental para la vida democrática… Pero esa repartija… viene rancia y sus efectos pueden ser devastadores para un país donde la discusión pública agoniza… Es una paradoja muy complicada, pues si el periodismo quiere fiscalizar al poder, pagar sus cuentas con el dinero que este le provea puede diezmar su independencia y su interés de cuestionarlo… Fuentes cercanas a Palacio aseguran que la orden de Duque ha sido aplazar el sorteo hasta cuando fracase la moción en contra de Karen.” (Bejarano, 2021) Con ella u otra (o), el Gobierno de Duque, experto en censura, insistirá seguramente en esta propuesta absurda. Como sea, el subpresidente Duque y su expresidiario eterno realizarán el sorteo para elegir a los medios que se beneficiarían de esas dádivas (amable lector sentipensante no leyó mal: toda esta plata se asignará por sorteo) ya que ellos están dispuestos a rifar una fortuna para seguir comprando más silencios. 

Aunque este país en su historia ha tenido negligentes gobiernos incapaces con ministros mediocres y corruptos, pocas veces el país había tenido “un gabinete donde la excepción es la capacidad para ejercer estos cargos. La mayoría llegaron a los ministerios como cuota política, sin esfuerzo alguno por escoger a personas que llenaran el mínimo de requisitos. Siempre ha habido ministros malos y ministros buenos, pero nunca habíamos llegado a este panorama, cuando la mayoría incumple las cualidades para llegar a ser hasta simples funcionarios sin tanto poder.” (López, 2021) Es increíble que el clientelismo del subpresidente Duque y su expresidiario eterno hayan “llegado al grado de creer que sus palabras de respaldo a la ministra Abudinen puedan borrar lo que es evidente.” (Ibíd.) Claro que “en la democracia entre más trascendental es una decisión, más el número de ineptos que ella asigna para resolverla” (Gómez, 1986); pero «la democracia sería una inocentada si no fuese el disfraz de una blasfemia.” (Ibíd., I Tomo, p. 148) Así, en esta blasfematoria democracia disfrazada, la minTic nos envió a los ciudadanos el grave mensaje “que un grupo social privilegiado se está enriqueciendo descaradamente a costa del erario.” (El Espectador, 2021) 

Sin embargo, “tras el anuncio del Partido Liberal, bancada más grande de la Cámara, de votar positivamente la moción de censura contra la funcionaria” (Redacción Política de El Espectador, 2021), ésta, el subpresidente Duque y su expresidiario eterno quedaron con el respaldo parlamentario disminuido y entre la espada y la pared. Por eso, en medio del partido futbolero de Colombia versus Chile entre las 6 y 8 de la noche, “acorralada por los anuncios de diferentes bancadas en la Cámara de Representantes que desgranadamente iban notificando su apoyo a la moción de censura en su contra” (Ibid.), ella renunció el 9 de septiembre diciendo descaradamente: “Me retiro con la esperanza de que en los próximos días la administración de justicia tome las decisiones pertinentes contra quienes defraudaron a la sociedad.” Al día siguiente de su renuncia, la votación definitiva se hizo y a pesar de los anuncios mencionados, la moción de censura no prosperó porque la mayoría del Legislativo es del mediocre uriduquismo corrupto, demostrando que “las alcantarillas de la historia a veces se desbordan, como en nuestro tiempo.” (Gómez, 1986, II Tomo, p. 113). 

Los niños siguen el debate - Caricatura de Matador

Las alcantarillas de la historia desbordadas dejan regadas evidencias que no se pueden barrer en ningún sitio asignado a Centros Poblados de corrupción para conectar a más de 7.000 escuelas rurales a internet y operar el servicio por más de un billón de pesos durante 11 años y medio en Boyacá, Arauca, Cundinamarca, la zona rural de Bogotá, Bolívar, Casanare, Cauca, Chocó, Magdalena, Nariño, Putumayo, Quindío, Risaralda, Valle del Cauca y Vichada. Veamos tan sólo tres evidencias: 

Primera, después de la instalación en agosto de este año de un punto de internet en la Institución Educativa Rural del Sur de Tunja, vimos “que estaba lento, que era como para una familia, como para un solo computador, un celular o dos, no para una sala de cómputo o 400 estudiantes conectados al tiempo”, le comenta el rector de Runta Abajo, la sede principal de dicho colegio, a la periodista María Alejandra Medina (2021). También le cuenta que el servicio no era continuo, que funcionaba más o menos una hora al día, hasta que, finalmente, dejó de funcionar por completo. 

“Algo similar sucede en Samacá, a pocos minutos del Puente de Boyacá. Todo está instalado en una de las sedes de la institución educativa La Libertad, cuyos estudiantes aún se encuentran en educación virtual —y faltan condiciones para regresar, como mantenimiento, personal de aseo y adecuaciones de bioseguridad—. Al tratar de conectar un equipo, las redes Mintic Conecta (para la comunidad general) y Mintic Conecta Colegios (para el uso interno) aparecen disponibles. Sin embargo, al llenar el formulario que solicita el navegador no se logra la conexión. Al igual que en Runta, allí hubo conexión en algún momento, pero menor de la esperada. Según la docente que nos recibió, les habían prometido un alcance de 300 metros, pero al probarla la señal no llegaba ni siquiera a su aula de clase.” (Ibíd.) Además, cada centro digital (son más de 14.700 en todo el país, sumando los que se le asignaron a Comcel-Claro-) debe conectar no solo al colegio, sino que debe dar cobertura a la zona aledaña. 

Y la tercera evidencia está en mi pueblo natal, Tacamocho Bolívar -corregimiento del municipio de Córdoba-, donde ni siquiera hay un centro digital instalado.

En suma, los integrantes del uriduquismo “están vacunados contra el sonrojo. No se ruborizan. Hacen parte de una fatídica banda de atropelladores, de desvergonzados, de cínicos de baja estofa. Son elementos de una corriente que, hace años, manda a su antojo en un país sometido por gavillas exclusivas, por patanes de club de alta sociedad acostumbrados a pisotear (y conculcar) los derechos de las mayorías” (Spitaletta, 2021), en medio de risas macabras. El Gobierno actual entonces no tiene “la dignidad suficiente para asumir la responsabilidad política por el escandaloso contrato del Mintic.” (Cifuentes, 2021) Parece que se hubiera adoptado el lema: “El que la hace se promueve” como se promovió al exministro Carrasquilla a la codirección del Banco de la República y también parece que nos dijera -`Chupen por bobos´- “el que se parece más a un dictadorzuelo tropicaloide que a un mandatario elegido popularmente (y con fraude y todo).” (Spitaletta, 2021) Y eso que “de las corrupciones mismas sólo las despreciables se divulgan” (Gómez, 1986, I Tomo, p. 63): ¡Qué tal! 

Por supuesto que ofrecer garantías de conectividad educativa a toda la población rural mantiene enormes retos, siendo esenciales los relacionados a las inversiones en infraestructura; pero es prioritario hacerlo así sea que tan sólo el 40% de la población urbana en Colombia esté conectada. Entonces, la conectividad digital de nuestra amada patria pero mancillada aún se destaca como un desafío clave para mejorar su conectividad rural, donde el merodeo de la desfachatez y la jactancia gubernamentales nos recuerdan los sinsabores de la brecha digital cuya extensión pareciera un dolor perpetuo; pero en el horizonte están el final de este desastroso cuatrienio y las próximas elecciones de 2022 para poder votar conscientemente por un cambio real que permita el ingreso de honestos dirigentes alternativos tanto al Congreso como a la Presidencia porque “los vencidos de hoy son los vencedores de mañana” (Brecht, 2013), que arrasarán a sus verdugos.

LA PILOCATURA10 septiembre, 2021. https://elpilon.com.co/desconexion-final/

BIBLIOGRAFÍA

Ávila Forero, Raúl (2021). El costo de la desconexión. Semana, Bogotá, publicado el 30 de agosto en https://www.semana.com/economia/opinion/articulo/el-costo-de-la-desconexion/202151/

Bejarano Ricaurte, Ana (2021). Las rifas de Karen. Los Danieles, columnas sin techo, Bogotá, publicado el 5 de septiembre en https://losdanieles.digital/las-rifas-de-karen/

Brecht, Bertolt (2013). Loa a la dialéctica. Traducción de Antoni Domènech. Blog de Eduardo Melero Alonso, Fuera de Palacio, publicado el 3 de enero en  https://fueradepalacio.wordpress.com/2013/03/01/un-poema-de-bertolt-brecht-loa-a-la-dialectica/

EL Espectador (2021). Tres cartas sobre Centros poblados y un editorial. El Espectador, Bogotá, publicado el 5 de sept. en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/cecilia-lopez-montano/mintic-revela-tres-grandes-pecados/ 

Gómez Dávila, Nicolas (1986). Nuevos escolios a un texto implícito. Tomo I y II, Bogotá: Procultura-Presidencia de la República- Nueva Biblioteca Colombiana de Cultura.  

Londoño, Julio César (2021). Cali, una ciudad almada. El Espectador, Bogotá, publicado el 4 de septiembre en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/julio-cesar-londono/cali-una-ciudad-almada/

López Montaño, Cecilia (2021. Mintic revela tres grandes pecados. El Espectador, Bogotá, publicado el 2 de sept. en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/cecilia-lopez-montano/mintic-revela-tres-grandes-pecados/

Matador (2021). Centros poblados de corruptos. El Tiempo, Bogotá, publicado en agosto en https://www.eltiempo.com/opinion/caricaturas/matador/centros-poblados-de-corruptos-caricatura-de-matador-613883 

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Medina, María Alejandra. (2021). Error 404: en el corazón de los Centros Digitales del Mintic. El Espectador, Bogotá, publicado el 4 de septiembre en https://www.elespectador.com/economia/error-404-en-el-corazon-de-los-centros-digitales-del-mintic/

Redacción Política de El Espectador, (2021). El ajedrez que puso en jaque mate a la mintic. El Espectador, Bogotá, publicado el 9 de septiembre en https://www.elespectador.com/politica/el-ajedrez-que-puso-en-jaque-mate-a-la-mintic/

Spitaletta, Reinaldo (2021). Los corruptos ilustrados. El Espectador, Bogotá, publicado el 6 de sept. en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/reinaldo-spitaletta/los-corruptos-ilustrados/

3 respuestas a «MINTIC Y CONECTIVIDAD RURAL EDUCATIVA»

  1. Sin palabras. El cinismo de este gobierno lleva hasta a desafiar toda la opinión con el nombramiento del responsable del desastre anterior. ¡Apague y vámonos! ¿Pero para dónde?
    Un artículo bien argumentado y creativo.

Responder a Hernán Borja (autor de la novelas "Al pie de l a hoguera" y "Sangrenegra: La Cruz de Jacinto". e de la Hoguera" Cancelar la respuesta

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