LA PRESENCIA DEL CAIMÁN CASI EXTINGUIDO

Esta entrega última del 2020 está dedicada a mis generosos lectores reflexivos. Que el Porvenir venturoso, el Cocodrilo sagrado, los Faros meridianos de la Humanidad, las Energías positivas del Universo y los Astros prodigiosos se alineen siempre en favor de ustedes: ¡Amorosa navidad fraterna, próspero año nuevo en transformaciones trascendentales y mucha salud avalista de vida!

Al igual que “posibles orígenes de algunas leyendas del caimán” (12/9/20), “la presencia del caimán casi extinguido” también forma parte de la Triple aventura académica, libro que será editado próximamente; fue publicado originalmente el 23 de diciembre de 1991 en el periódico capitalino de El Tiempo y se escribió con motivo de la celebración del IX Festival Folclórico del Hombre-Caimán en Plato Magdalena. A raíz de la vigésima quinta versión de este año del festival, este texto breve se publica ahora un poco ampliado para enfatizar que el cocodrilo es folclor, es literatura, es leyenda, es mito, es canto, es danza, es deporte e incluso les quita el nombre a las personas y les pone el suyo y hasta se vuelve elemento subversivo cuando le da la gana.

En este orden de ideas, el cantautor barranquillero José María Peñaranda (1907-2006) cantó en 1941 así:

Voy a cantar mi relato
con alegría y afán
que en la población de Plato
se volvió un hombre caimán
se va el caimán, se va el caimán
se va para Barranquilla
se va el caimán,
se va el caimán
se va para Barranquilla.

El poeta cubano Nicolás Guillén -1902/1989- también compuso en 1946 un poema con una estrofa que dice (Quiroz, 1983, p. 19):

¡Ay! que lejos de Barranquilla
vela el caimán en la orilla
del agua de la boca abierta
desde el pez la escama brilla
pasa una vaca amarilla muerta
y el boga, boga...

Mientras Ciénaga Magdalena entroniza al saurio con sus fauces abiertas en el escudo de armas, los barranquilleros lo dejan entrar (impulsado por el ingenio pictórico del colombo-español Alejandro Obregón) en el escenario del teatro Amira de la Rosa, Alegoría al hombre-caimán se denomina esa obra. Además, Plato lo convierte en estatua y lo coloca en medio de la plaza principal.
El cocodrilo incursionó en el mundo del balompié cuando un día cualquiera la selección Colombia se enfrentó a su similar de la Argentina. Como la canción de Peñaranda estaba de moda y la actuación del jugador Efraín Sánchez fue excelente, la gente del estadio lo admiró y lo alzó en brazos y comenzó a gritar: «se va el caimán, se va el caimán…». Desde entonces Efraín perdió su nombre y lo llaman para siempre caimán Sánchez (Quiroz, 1983, p.20). Esto mismo aconteció con la plaza de las vacas –sitio principal– de Plato, cuando su gente sembró en el centro de ella la estatua del Hombre-Caimán.

Cuando la capital del departamento del Atlántico y todos los pueblos de la costa Caribe colombiana celebran las fiestas de los carnavales (e incluso durante la temporada del 11 de noviembre en Cartagena), hay danzas y tradiciones referidas a este hidrosaurio. De ahí que Barranquilla, Ciénaga, Plato y otros pueblos de la región costeña reclaman ser cuna o crisol de danzas y tradiciones que se dramatizan en estas fiestas. A propósito de carnavales, recordemos el origen de la Batalla de Flores: “Entre 1898 y 1902 la organización del Carnaval fue suspendida debido a la Guerra de los Mil Días. El festejo popular continuó ininterrumpido, pero se cancelaron todos los bailes “oficiales” del Carnaval. En 1903, para celebrar el fin de la Guerra, el general Heriberto Vengoechea decidió organizar una “batalla”, pero de flores, y así hacer una celebración de paz desde el ingenio y la ironía propia de las carnestolendas. La Batalla de Flores se convirtió en un ritual de posconflicto y en uno de los primeros gestos colectivos de construcción de paz en Colombia.” (Ruiz-Navarro, 2016)

Retomando nuestro río conductor, vimos que el caimán se zambulló en las aguas turbulentas de los estudiantes de la Universidad Autónoma de México, el 2 de octubre de 1968. En aquella ocasión, en la Plaza de las Tres Culturas a reventar de vidas jóvenes, según la mejicana Elena Poniatowska en La noche de Tlatelolco (1998), hubo un número de muertos indeterminado hasta la fecha, pero se sitúa entre 300 y 500, con más 2000 detenidos. Sea como sea, el yacaré, según Ciro Quiroz (1983, p. 20), se cantó en aquel momento así:

Se va el caimán...
El mundo es tal disparate
que esta duda se nos crea:
¿Un zoológico es la OEA,
teniendo tantos primates?
Se va el caimán...
Sólo con cosas triviales
asesinatos y torturas
se rigen las formas puras
cristianas y occidentales.
Se va el caimán...”

Y en Cuba se entonó de esta forma:

El gran millonario aquí
intimó con divorciar:
¡La mujer quería llamar
a su hijo como Fidel!
Se va el caimán,
se va el caimán,
se va para la guerrilla.

En suma, entonces, el caimán está vivo en la mente del pueblo latinoamericano; aunque ya casi extinguido, su espectro vital merodea las orillas de algunos de nuestros ríos. Así, guiado por Cándido Aráus (1985, p. 1), mi gran maestro argentino del instituto Caro y Cuervo, encontramos en algunas anécdotas extraordinarias y dolorosas alrededor del caimán y la leyenda del Hombre-Caimán: «Un camino adecuado para traducir en términos de razón última los tabúes, las mentiras sociales, las verdades oficiales, las ideas manipuladas», sobrepasando la idea original de aquel pescador plateño que se convierte en cocodrilo por amor. Por eso, quiero aseverar finalmente que el cocodrilo sagrado que desgarra mis entrañas lleva entre sus enormes fauces una quimera, la quimera del culto pueblo pacífico del tamaño de nuestros sueños colectivos porque un pueblo sin sus pacíficos “valores culturales es un pueblo sin vértebra y sin perfil.” (Richardson, 1983, p. 7)


REFERENCIAS

  • Aráus, Cándido (1985). Valoración de Acercamiento anti-acuático al hombre-caimán, monografía inédita de Dairo González Quiroz, Instituto Caro y Cuervo: Bogotá.
  • Poniatowska, Elena (1998). La noche de Tlatelolco: testimonios de historia oral. Editorial Biblioteca Era: México.
  • Quiroz O., Ciro A. (1983). Se va el caimán. Revista Nuestra América Mestiza. Números 3-4, agosto, Universidad Distrital Francisco José de Caldas: Bogotá.
  • Richardson, Pedro A. (1983). Compromiso social y libertad creativa: Responsabilidad del escritor latinoamericano.  Revista Nuestra América Mestiza. Números 3-4, agosto, Universidad Distrital Francisco José de Caldas: Bogotá.
  • Ruiz-Navarro, Catalina (2016). Carnaval y paz. El Heraldo, Barranquilla, publicado el 6 de febrero en http://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/carnaval-y-paz-242198

5 respuestas a «LA PRESENCIA DEL CAIMÁN CASI EXTINGUIDO»

  1. Profesor: Dairo Elías González Quiroz, me permito hacerle llegar una gran felicitación, por mantenerse, en lo que siempre lo caracterizó: Escribir, presentando posturas críticas, analíticas, innovativas, espontáneas y constructivas, que son fundamentales para el momento histórico y complicado que vive el mundo, porque, hay que tener muy claro, que: , Por eso miremos como creativos como: Sarmiento Angulo y Ardila Lule son multimillonarios. Desde luego, que nuestra misión es otra la academia y para ella debemos, como usted siempre lo ha hecho, producir para ser guía y orientador, porque los ejemplos valen más que mil palabras. Profesor: Dairo Elías, continúe con esa misión, que es de gran orientación y guía para todas nuestras juventudes.

    1. Doctor Álvaro Gracia, gracias por sus reflexivos comentarios elogiosos que me animan a seguir al pie de la hoguera de la exigente escritura comprometida, de la cual usted también es orientador y guía. Su grata visita honra este portal, que también es suyo.

  2. Segun la lexicografa, el Diccionario de la lengua espanola recoge hoy unas 70 voces de origen taino. Pero en el Tesoro lexicografico del espanol de Puerto Rico son mas de 800. Junto a estas dos expertas, en BBC Mundo escogimos algunas de las palabras que este gran tesoro para el espanol le regalo a nuestro idioma (y de las que, seguramente, no tenias idea de su origen taino aunque las uses casi a diario).

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