LA PALABRA ESTRÉS

A Pamina González Romero en su inolvidable cumpleaños, ¡qué los siga cumpliendo hasta más de los que quiere vivir!

¡Amables lectores multicreyentes y sentipensantes!, en medio de un mundo tan agitado, polarizado e hiperconectado que se convierte en una forma perversa de aislamiento, y en medio de una Colombia tan violenta, corrupta, mafiosa y lapidadora moral contra su presidente, es necesario hablar del estrés así sea de una manera general, personal y profesional, pues, cada uno de nosotros ha sido afectado o sufrido alguna vez a lo largo de la vida este estado mental; por ello es conveniente saber qué nos pasa cuando lo sentimos para saber cómo combatirlo. 

Ciertamente, el mundo actual vive en medio de las conflagraciones regionales atizadas por Rusia, Israel y USA en Ucrania, en Palestina y en el Oriente Medio. Además, existen otros conflictos bélicos y problemas políticos en otras partes del planeta que comprometen la vida y el bienestar de las personas, las comunidades y la sociedad en su conjunto.  

Colombia no se queda atrás de esa crisis mundial ya que aquí se presentan a diario “situaciones relacionadas con las violencias asociadas a una historia de conflicto prolongado y complejo que incluye la desigualdad, la pobreza, el narcotráfico, los desastres naturales, eventos que comprometen la cotidianidad de las personas, las comunidades en los múltiples ámbitos como la educación, el trabajo, la comunidad, y las relaciones.” (Barreto y López, 2024)

La cotidianidad de los conflictos mundiales y nacionales se visibilizan en los medios de comunicación y redes sociales que desafortunadamente multiplican el impacto en la salud y el bienestar de las poblaciones. En este sentido tratar de desarrollar estrategias para afrontar los múltiples desafíos del estrés nos comprometen a todos, puesto que también están los factores internos de la propia persona y los externos del contexto, que “son como dos vías que interactúan generando el trastorno. Al hablar de estrés hay que tener en cuenta al individuo como ser: las creencias, las actitudes ante la vida, las emociones y cómo las maneja… Por tanto, nuestra percepción, nuestro pensamiento, los compromisos, nuestra manera de interpretar el mundo, todo eso pueden ser factores del trastorno”, como bien le dijo el investigador Juan Capafons a Alexandra Smith (2019) en una entrevista.

Dicha palabra proviene del inglés stress, idioma en el que significa tensión, acento, recalcar, hacer hincapié en, acentuar; es decir, gran tensión y presión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves. En español tenemos sinónimos como tensión, ansiedad, agobio, angustia, etc.

En un principio, según la Inteligencia Artificial -IA-, el término stress se usaba en física para describir la tensión aplicada a un material y su reacción ante esa presión. El concepto de estrés como respuesta fisiológica y psicológica fue popularizado por el Dr. Hans Selye en la década de 1930, quien lo definió como la respuesta no específica del organismo a cualquier demanda del ambiente. Así, el estrés es una respuesta natural del cuerpo a situaciones desafiantes, frustrantes o amenazadoras. Puede ser positivo en pequeñas dosis, pero el estrés prolongado puede dañar la salud.

El estrés leve y crónico es aclarado por El neurocientífico Eric Kandel, premio Nobel de Medicina. De acuerdo con Rosa Montero (1922), él afirma en su libro La nueva biología de la mente que el estrés hace que la glándula suprarrenal libere cortisol, una hormona beneficiosa durante breves periodos de tiempo, porque “aumenta la atención como respuesta a una posible amenaza”, pero que, en dosis excesivas y continuas, “destruye las conexiones sinápticas entre las neuronas del hipocampo, la zona del cerebro más importante para la memoria, así como las neuronas del córtex prefrontal, que regula la voluntad de vivir e influye en la toma de decisiones y de nuevo en la memoria”. En grandes dosis, el cortisol es tóxico. Un verdadero veneno.

Ahora comprendo con esta escritora española por qué a veces mi cabeza es como un agujero negro que nada recuerda. Teniendo en cuenta que tuve ataques de pánico en mi juventud y que mi nivel medio de ansiedad va de mucho a demasiado, me imagino que voy chutado de cortisol hasta las cejas. Además, como ella, “soy una persona muy imaginativa, y siempre he sostenido que cuanta más imaginación tienes, más miedoso eres, porque puedes anticipar mil y un futuros terroríficos… La próxima vez que me dé un soponcio intentaré recordar (con mi cabeza amnésica) que es probable que baste con algo tan sencillo como ponerse en pie y abrir los ojos.” (Ibíd)

Por los conflictos mundiales, las crisis nacionales y los asuntos profesionales y personales, el predominio de los estragos producidos por el estrés en la salud es un hecho evidente. Éste se experimenta al viajar, al enterarse de conflictos, al lidiar con las demandas del trabajo; también se refiere a la sensación de sobrecarga, la falta de descanso, la angustia y la ansiedad que puede surgir en situaciones de alta presión. Así, la palabra estrés adquiere un significado profundo, reflejando la tensión, la presión y la angustia que pueden surgir en la vida cotidiana y, en particular, en el mundo de los oficios y las profesiones. “Vivimos inmersos a perpetuidad en un pantano de angustias, que además se han hecho mucho más procelosas desde la pandemia. Y es que el verdadero problema es no ser capaces de desconectar el sistema de alarma. Lo que llamamos estrés es justamente eso: quedarse a vivir para siempre jamás dentro del miedo.” (Montero, 2022)

En una entrevista en EL PAÍS Semanal, el escritor argentino Martín Caparrós habla cómo el estrés le ha afectado a nivel cognitivo, haciendo que su memoria sea como un agujero negro. En este contexto, Caparrós está utilizando la palabra estrés no solo para describir la tensión física o emocional, sino también para hablar de la experiencia de vivir constantemente en un estado de alerta y miedo, lo que impacta negativamente en su capacidad para recordar y procesar información.  Esta definición resalta la idea de que el estrés, al estar arraigado en el miedo, puede tener efectos duraderos y profundos en la vida de una persona. (IA) Así, el autor latinoamericano usa el estrés como un concepto amplio que va más allá de la simple tensión o la musculatura tensa, incorporando la idea de miedo persistente y sus consecuencias en la memoria y la cognición.

Lo que le sucede a nuestra salud cuando estamos estresados es que se presenta todo un aspecto neurofisiológico. Nuestro organismo se activa enormemente ante una sensación de amenaza, ante un hecho repentino o un emplazamiento inesperado con miedo, rabia, etc. “En situaciones de estrés nuestro cerebro ancestral interpreta que tiene que activarse y sube la tasa cardíaca, incrementa la tensión arterial… A la vez que las funciones del organismo se reducen: las manos se nos ponen frías porque el organismo…, para evitar hemorragias al defenderse con ellas, retrotrae el flujo sanguíneo y lo remite a otro lado. Es peligroso, si se mantiene un nivel alto de agitación el organismo puede entrar en colapso y bloquearse”, le dijo Capafons a Smith (2019) en la entrevista mencionada.

Y, por supuesto, la gran tensión también afecta el nivel psicológico ya que se presenta una serie de cambios: “Empezamos a tener pensamientos catastrofistas, nos preocupamos más, tenemos problemas de memoria o nos cuesta tomar decisiones… Esa sensación es la del encorchamiento de nuestro cerebro. Además sentimos sobrecogimiento, como ansiedad, tristeza, culpa; o pensamos ‘no valgo para nada’. El estrés, cuando tiende a cronificarse, puede ser el primo hermano de muchas enfermedades.” (Ibíd)

De acuerdo con investigaciones médicas, el estrés prolongado puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud como depresión, ansiedad, enfermedad del corazón, presión arterial alta, diabetes e incluso puede producir hasta cáncer. Además, según la sección científica de la revista Semana de 2017, un estudio descubrió que ciertas experiencias extremas -la muerte de un ser cercano, un divorcio, encarcelamiento, pérdidas financieras…- que generan alto estrés envejecen el cerebro por lo menos cuatro años, y ponen en riesgo de demencia y alzhéimer a quienes los viven. 

Por eso, es absolutamente necesario tomar algunas píldoras dadas por la IA para combatirlo: Reconocer los estresores: identificar las situaciones o pensamientos que generan estrés. Practicar hábitos saludables: comer bien, dormir lo suficiente, hacer ejercicio, evitar el tabaco y el alcohol. Reducir la tensión: practicar técnicas de relajación, como meditación, yoga, taichí, respiración profunda o masajes. Mejorar la perspectiva: aceptar lo que no se puede cambiar, cambiar la forma de pensar, y buscar apoyo. Socializar: pasar tiempo con amigos y familiares, o hacer actividades que se disfruten. Aromaterapia: inhalar aceites esenciales vaporizados, o tomar un baño. Ríe: reír aligera la carga mental y activa y calma la respuesta al estrés. Si éste es crónico, es recomendable consultar a un especialista. Debemos, por tanto, no solo tener buena salud en el ámbito físico, sino también cultivar y cuidar nuestras emociones y practicar estilos sanos para afrontar situaciones complejas.

Es claro, entonces, que el estrés es “una reacción adaptativa. No es un trastorno patológico ni una enfermedad mental. Todos podemos estar estresados. Puede ocurrir que en un momento suceda una tragedia y coincida con una mala noticia. Ahí el cerebro no puede más, se satura. Es fácil de entender la sensación de agobio, lo que pasa es que esto si se profundiza a nivel científico, tiene muchas peculiaridades que hace que no siempre sea fácil de apresar el concepto”, le remató el investigador Juan Capafons a Alexandra Smith en la entrevista consabida.

En conclusión, como llegó mayo -y con él el Primero, Día Internacional del trabajo- a un mundo sacudido por la voladura del orden político y económico a manos del presidente delincuente Donald Trump con el apoyo de desalmados oligarcas tecnológicos, y a un país como Colombia en donde sus empresarios voraces “ven los derechos laborales como una rémora para sus multimillonarios beneficios”. No hay mes y día mejores que los de mayo “para subrayar que todo empeoraría para los trabajadores sin una defensa colectiva, la sindical, que es un pilar de la democracia. Y hoy cuando “la hiperconexión se convierte en una forma perversa de aislamiento”, la democracia resulta más necesaria que nunca, pues, si esgrimimos la solidaridad y activamos su lado conciliador, tal vez haya menos estrés. “Cada vez sabemos más y tendremos más herramientas para que vayamos ganando la batalla.” Pero es que si al final lo que van a mandar son los autócratas secundados por empresarios desalmados, “entonces ni la ciencia ni la técnica, ni el avance van a ser suficientes».

Como las palabras importan… y preocupan en este mundo y país, que son los máximos productores del estrés -agravado por los factores internos de la propia persona-, surge la necesidad de defender la dignidad de las condiciones laborales en tiempos de aceleración tecnológica, y la necesidad de asociarnos siempre con antónimos como el relax, la calma, la tranquilidad y la asesoría experta. Ojalá, entonces, que algunos lectores encuentren en estas páginas esos antónimos y bálsamos para paliar la gran presión o tensión, y algunas razones para celebrar la vida en este entorno nacional e internacional de conflicto y confusión.

INDISPENSABLE TÁBULA GRATULATORIA

Barreto-Zambrano y López López, Wilson, (2024, oct 10). La salud mental: el suicidio un tema que nos compromete como sociedad. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/columnista-invitado-ee/la-salud-mental-el-suicidio-un-tema-que-nos-compromete-como-sociedad/

Montero, Rosa (1922, ene 16). Ponerse en pie. El país de España, Madrid, https://elpais.com/eps/2022-01-16/ponerse-en-pie.html

Smith, Alexandra (2019, abr 10). Juan Capafons: «Las nuevas tecnologías pueden ser factor de estrés». periodismo.ull.es, España, https://periodismo.ull.es/las-nuevas-tecnologias-como-cualquier-herramienta-pueden-ser-factor-de-estres/

24 respuestas a «LA PALABRA ESTRÉS»

  1. Muy bien por esa narrativa, pues el estrés es el resultado de la ansiedad que vivimos en Colombia por esa problemática que sufrimos diariamente, lo felicito por ese escrito; lo veo cada vez más grande y dominador de varios temas.
    Un abrazo.

  2. Tres afirmaciones asertivas al respecto:

    1. Que grato y reconforte es leerlo, recordarlo y aplicar la esencia de sus líneas en algún momento de nuestra cotidianidad.

    2. El vaivén de la ciencia nos ha permitido entender que el estrés es causa número uno de infinidad de malestares y enfermedades, que todos lo padecemos y que debemos saber tratarlo a tiempo para evitar la gravedad de sus consecuencias.

    3. En mito del estrés, el mismo que se presenta en cuanto más se propaga la idea de que todos lo padecemos y peligrosamente nos debilitamos mentalmente sin poder superarlo, acudiendo a sensaciones psicológicas que en otro tiempo y con otras generaciones desde una simple palmada en la espalda o con tan sólo un suspiro solitario bastaba para superarlo… pero la masiva información [a la postre del estrés] con la que vivimos en la actualidad, hace de este, un mal «ya no pasajero – sino insuperable».

  3. Excelente y complejo tema, de hecho soy Doctor en Psicología Empresarial y he investigado sobre el comportamiento humano y es bastante complejo; sus complejidades radican en la condición natural y la cultural de la cual no es posible escapar. Tema realmente importante.

  4. González, parece ser que el tema del presente artículo es inherente al ser humano puesto que se encuentra ubicado casi en todos los campos que manejamos tanto en nuestra vida como lo que nos circunda en la parte externa. Cabe recordar o poner en práctica los paliativos anteriormente mencionados.

  5. Gracias, doctor. Es casi imposible sustraerse de la actualidad, la cual constantemente golpea la sensibilidad corpórea y la emocional. En fin, quizás el budismo nos resguarde un poco de tantas bellaquerías con las que entramos en contacto.

  6. Un tema que usualmente trae muchas complicaciones a todo ser viviente (hasta los vegetales lo sufren, según estudios llevados a cabo), al cual no se le ha dado la importancia requerida.
    Sufrido generalmente por el pueblo y ocasionado por sus gobernantes.
    ¡Fuera estrés!

  7. El estrés, un tema tan profundo y que causa tantos estragos en nuestra salud y que usted, señor Dairo lo recoge en su artículo de una manera magistral. Muchos libros se han escrito como El milagro antiestrés del Dr. Carlos Jaramillo, quién aborda el tema desde los aspectos fisiológicos hasta cómo tratar de evitar el estrés oxidativo, que a tantas enfermedades contribuye.
    Muchas gracias por su artículo, el cual resulta un llamado urgente a atender en beneficio de nuestra salud.

  8. Doctor Dairo G. Q.: Reciba mi cordial saludo. Su artículo referencia . La cual es conveniente conocer a fondo, para cuestionarnos: ¿Qué nos pasa, cuando lo sentimos, para saber cómo combatirlo?. El neurocientífico Eric Kandel, premio nobel de medicina afirma: «Que el Estrés hace que la Glándula Suprarrenal libere cortisol, hormona que es beneficiosa durante breves períodos de tiempo. Pero, en grandes dosis el cortisol es tóxico.» Es decir, es un verdadero problema. De acuerdo a investigaciones médicas, el estrés prolongado puede aumentar el riesgo de desarrollar muchos problemas de salud.
    Mil y mil gracias, por esta magnífica información Dr. Dairo.

  9. Gracias profe Dayro, una vez más mi reconocimiento a su columna, interesante el tema y de actualidad; las recomendaciones apropiadas para tener en cuenta. Desafortunadamente el estrés, esta en todos los espacios y en todas las edades, como realidad y en muchas ocasiones como creación; particularmente en la escuela, considero importante hablar del tema en el procesos educativo, con el ánimo de formar niños y jóvenes resistentes y de avanzada en contra de este mal…

  10. El estrés un invento de la narrativa cultural y mediocre en el transcurrir del neoliberalismo y las consecuencias de los consumidores de información, objetos y servicios de este ¡modelo de economía!… En otro ámbito, lo podemos considerar como la angustia existencial de tener conciencia de lo que nos pasa y el deseo de solucionar ese suceso.
    En física, hay una prueba que se hace con las varillas de acero de refuerzo, sometiéndolas a la tracción hasta el límite elástico y su punto de rotura por las fuerzas ejercidas de tracción.
    La respuesta a tu inquietud, es tomar conciencia de nuestra posición en este presente de caos social y actuar en consecuencia, al nivel de esa conciencia. Con análisis y con propuestas de cambio a este modelo.

  11. El estrés es casi como una demanda básica del sistema para seguir hundido en él, sin dejar de lado que ahora se busca llamar a los estresores: formas de encontrar motivación para realizar tareas. Tal vez sea cierto, pero no por ello deja de ser un eufemismo motivacional.

    Triste el modo en el que tenemos que «funcionar».

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