EL ECUADOR DEL MANDATO PETROMARQUIANO (I)

En un país tan complejo y polarizado como Colombia, “por mucha verosimilitud que haya en la novedad, no cambio fácilmente, por miedo a perder en el cambio.” (Michel de Montaigne) Y más si “Los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.” (Miguel de Cervantes S.) Uno comprende en esta controversia que “cada quien busca ocasión / para cuajar su campaña / y la que siempre se empaña” (Víctor Mallarino) ha de ser la convivencia… Por eso, ojalá interioricemos la concepción de equipo que tiene la Selección Colombia, subcampeona de América en 2024, símbolo de alegría, esperanza y unidad.  

¡Noble lector exigente!, este 7 de agosto se cumplen dos años del suceso macropolítico más destacado en lo que va del siglo en Colombia: el arribo al poder ejecutivo de dos líderes alternativos -el presidente Gustavo Petro y su vicepresidenta Francia Márquez- en la Casa de Nariño. Por eso, las frases del epígrafe nos sirven de umbral para evaluar la gestión del Gobierno de esta dupla mandataria lo que es difícil, pues las variables “son muchas y el sesgo es inevitable, pero aquí voy” criticando en público como una forma de resistir a las derechas que han marcado la historia escabrosa de este país suramericano, “riesgoso, como un río en la noche”; sé que tiendo a idealizar a las personas queridas y valiosas, aunque no sean perfectas.

Ciertamente, el 7 de agosto de 2022, Gustavo Petro Urrego -GPU- y Francia Márquez Mina -FMM- asumieron el poder con 50 y 40 años respectivamente, y con todo el futuro por delante. Eran los dirigentes de una nueva izquierda latinoamericana destinados a cerrar las heridas del estallido social colombiano ocurrido en la subpresidencia de Iván Duque y su presidente Álvaro Uribe. Petro y Márquez lograron convertirse, a través de un auténtico movimiento social y popular, en el primer presidente y primera vicepresidenta de izquierda de Colombia, es decir, ellos tuvieron un origen “puro”, ellos nacieron “del pueblo, de la gente, de sus afugias y necesidades.”

A GPU lo elegimos “quienes votamos por él debido a su amplia credencial de lucha por la paz que ofrecía la posibilidad de dialogar con grupos armados, debido a su brillante lucha de senador vigilante, a su hoja administrativa limpia de sospechas -negrilla mía-, su militancia contra la explotación y las desigualdades…, su simpatía por las causas ambientales y su condición de víctima de la derecha… El hecho de que hubiese sido guerrillero no me escandalizaba: no había participado en actos sangrientos y nadie lo acusaba de cargar muertos a la espalda.” (Samper, 2024) No pocos miembros de mi generación sesentera, como el sacerdote y sociólogo Camilo Torres Restrepo, también se vincularon de buena fe a organizaciones rebeldes clandestinas y dieron la vida de manera generosa. Además, durante la campaña, “Petro declaró repetidamente que respetaría las reglas de juego de la democracia, que se rodearía de colaboradores capaces y honestos y que combatiría la corrupción que aclimataron Álvaro Uribe con sus mañosa impunidad e Iván Duque con sus fiscales de bolsillo.” (Ibíd)

Pero a Petro también lo eligieron “los grupos de derecha y centro derecha, los anquilosados partidos políticos y los líderes famosos que se oponían a su nombre. Ellos acordaron respaldar la candidatura presidencial de Rodolfo Hernández, personaje de zarzuela y de comisaría…” (Samper, 2024) Así que apoyamos a Petro “por asco al esperpento alternativo y temor al monstruo desconocido” (Ibíd), al conocido corrupto exalcalde de Bucaramanga y al ridículo ingeniero. Por supuesto que la elección del primer presidente de izquierda fue riesgosa, pero no vergonzosa en un ser que “emitía un preocupante olor a corrupción y ejercía un autoritarismo de plutócrata a base de insultos y bofetadas.” (Ibíd) 

En aquellos días, GPU y FMM encarnaban la esperanza colombiana del progresismo; a esta dupla, dos años después, sin haber perdido su aura nacional e internacional, la realidad le ha pasado factura. El aguerrido exsenador caribe y la abogada pacífica -surgidos de lo más profundo de nuestras costas- gobiernan con niveles de aprobación bajos, aunque superiores a sus antecesores inmediatos; varias reformas de cambio constitucional han fracasado en el Congreso, un hermano, el hijo mayor e importantes funcionarios o compañeros de viaje han caído fulminados por el escándalo o las crisis. Y lo que es más inquietante, Colombia, con unas fuertes derechas excluyentes, discriminatorias e ignorantes, se enfrenta a varios espectros complejos: la paz total, la polarización, la inseguridad, el excesivo uso petrista de las redes sociales, el desasosiego y desconcierto por múltiples campañas en contra del binomio gobernante y episodios desagradables y ordinarios, como los paseos de Petro en Panamá en donde fue sorprendido con una supuesta amante -“el ansia de poder consume tan febrilmente como el anhelo amoroso”-.

Se sabía que el primer gobierno de izquierda “en una Colombia dominada por la mayoría retrógrada no iba a transitar fácilmente su periodo. Se sabía que el poder político y, ni se diga, los económicos y sociales de escasos apellidos iban a obstaculizarle el camino al “guerrillero” Petro, como suelen calificar al actual mandatario en un acto de abierto desprecio por su vida legal de más de 30 años, a pesar de que fue viabilizada en un acuerdo de paz con el Estado que inició el conservador Belisario Betancur y que firmó Virgilio Barco, uno de cuyos ministros fue César Gaviria. Así que no fue una conjura comunista interna ni la diabólica izquierda internacional las que posibilitaron la futura carrera pública de quien ganó las elecciones presidenciales en 2022: fueron los representantes de la rancia clase tradicional conservadora-liberal los que lo hicieron.” (Orozco, 2024)

Lo que no se sabía “es que los jefes de los partidos —incluido Gaviria—, los gremios de la producción, el empresariado, los banqueros, un grupo de académicos y hasta unos supuestos voceros de los jóvenes estuvieran, en medio de su delirio por controlar los meganegocios del Estado, dispuestos a que Sansón muriera con los filisteos. De un lado, el Gobierno ha facilitado la tarea violenta de la oposición, con el caos de su administración, la descoordinación de su agenda programática, la falta de equipos técnicos, la escasa lealtad de sus funcionarios y la infinita soledad del líder rodeado de una `alambrada de garantías hostiles` representadas” (Orozco, 2024) por la Fiscalía de Barbosa que afortunadamente terminó, la vigente Procuraduría de Cabello, la Contraloría encargada al ahijado del senador conservador Efraín Cepeda que también por fortuna se acabó y por unos miembros de las cortes. “Del otro lado, los contradictores del Ejecutivo han abandonado su mesura institucional para rociar gasolina sobre el incendio, con sus operadores más vulgares, esos polos, esos JP y esas cantantes de carrilera que andan poniendo dinamita bajo los pocos puentes que todavía quedan en pie.” (Ibíd)

A pesar de todo, el primer tiempo del Gobierno Petro-Márquez terminó un poco mejor de lo que se esperaba. Sacó un buen balance, dada la poca maniobrabilidad que tenía en el Congreso, pues se aprobó la reforma pensional como gran victoria legislativa de 2024, pero naufragaron la de salud y la de educación. La laboral se salvó, pero debe superar tres debates. Detengámonos brevemente en esas reformas recientes porque las del primer cuarto de su periodo son abordadas en el Aniversario de la era petroriana, artículo publicado también en este blog.  

La ley pensional que reforma el sistema de protección para la vejez tiene dos bondades que celebramos como pasos hacia una sociedad más equitativa: la principal es la eliminación de los subsidios a las pensiones altas y la segunda es proponer un esquema para que las personas que ganan menos de un salario mínimo “no caigan en condiciones de pobreza y dependencia en la vejez”; esta reforma es un paso adelante y deja al país mejor en estas dos dimensiones. Así, “Colombia transita silenciosa y gradualmente hacia un régimen de pensión universal ciudadana, y esto es bueno.” (Meléndez, 2024) Reconforta saber que los viejos mayores de 80 años estarán cubiertos siquiera parcialmente, pues, pronta comenzarán a recibir cada mes un bono pensional de $ 225.000.00; los adultos mayores -mujeres de 60 años y hombres de 65- que no cumplan con los requisitos para pensión también tendrán un beneficio económico del mismo monto, mientras tantos ellos recibirán 80.000.00 mil pesos mensuales.

A la reforma laboral salvada con sus tres debates por delante “la critican los mismos que satanizan a todos los sindicatos (algo tan reduccionista como la satanización de todos los empresarios), pero tiene el visto bueno del FMI y puede ser el comienzo del fin de tres viejas plagas: la altísima informalidad, la tercerización de los empleos y la pauperización de los salarios.” (Londoño, 2024)

La reforma de la salud naufragó a pesar de que todo “el mundo —analistas, prestadores y usuarios del servicio— reconoce que el sistema nacional de salud tiene fallas estructurales, pero los críticos de la reforma solo admiten cambios menores y reducen el debate a una caricatura: `La reforma nos devolverá a los tiempos del Seguro Social`. Los prestadores reconocen que no hay control del Estado sobre los recursos que se les giran a las EPS, pero se ponen muy nerviosos cuando se les habla de establecer controles. Los prestadores sostienen que la salud es un mal negocio, ¡pero no lo sueltan!, y los funcionarios sostienen que es peligroso poner los dineros públicos en manos de servidores públicos.” Ibíd)

Y la reforma estatutaria de la educación pasó de ser un proyecto de ley que generó consenso, a ser una propuesta que condujo a los sindicatos de los maestros a paro permanente. Ella iba en contra vía del beneficio de la comunidad educativa y del gremio de los educadores colombianos y, por eso, la Federación Colombiana de educadores -Fecode- organizó varias movilizaciones contra esa reforma en las principales ciudades de Colombia hasta su naufragio en el Congreso de la República.

Cándida por Jarape, 10 de febrero de 2024 https://www.elespectador.com/opinion/caricaturistas/jarape/candida-496/

De ese Congreso hay que decir que el cambio en sus fuerzas, “que celebramos por prometer renovación hace un par de años, no se ha visto reflejado en las estrategias frustrantes del día a día de la labor legislativa.” (elespectador.com, 2024) El Gobierno, impulsado por la amplia experiencia en ese tipo de herramientas que tiene el ministro saliente del Interior, Luis Fernando Velasco, optó por “frenar discusiones importantes. Un sector de la oposición, mientras tanto, se acostumbró a romper cuórums y retrasar debates, utilizando un filibusterismo criollo que, aunque no es ilegal, sí demuestra un irrespeto por la voluntad de las mayorías en el Congreso y por el deber de enfrentar los debates con integridad. ¿Es imposible aspirar a un mejor comportamiento de los congresistas?… Tener que rogar a los congresistas para que no abandonen el recinto del Congreso es una traición a sus funciones. Romper el cuórum es huirle al debate, entorpecer la democracia y sembrar la idea de que el Congreso solo existe para obstaculizar.” (Ibíd)

Como GPU y FMM son dos seres brillantes e ilustrados en historia de Colombia y filosofía constitucional, es de inferir que deben medir “con acierto el reloj de los hechos sociales” y saber “que una transformación seria no se logra en pocos años. El Partido Liberal necesitó cuatro periodos a partir de 1930 para introducir algunas reformas en las estructuras legales y en la sociedad.” (Samper, 2024) Por eso, ellos deben “trabajar pensando en consolidar avances y ganar nuevas oportunidades” para este pueblo que tanto los necesita.

Sobre la corrupción, ante una pregunta de la revista Cambio (junio 1/24), el presidente respondió: La responsabilidad política tengo que asumirla yo. Eso yo no lo vi en otros gobiernos. Siempre decían que no era cierto, protegían a las personas responsables de los ilícitos, las mantenían en el gobierno como pasó con el tema de Centros Poblados. Yo no estoy haciendo eso. Yo miro y evalúo, porque también hay mentiras y calumnias. Pero cuando yo veo la certeza y la seriedad de una denuncia actúo de inmediato. Lo de la Guajira, por ejemplo, vino de la prensa. Mis relaciones con los medios no es que sean buenas, pero yo sé cuándo un periodista hace una buena investigación y le pongo cuidado. Siempre trato de investigar si hay alguna verdad allí y cuando encuentro evidencia, los funcionarios salen. Obvio que el poder trae una soledad. Porque el ser humano cambia con el poder. Hay que tener barreras morales internas muy fuertes. La gente por el poder mata, se vuelve adicta y buscar perpetuarse ahí. Entonces claro que hay que tener niveles de desconfianza. Por tener confianza me han engañado.

En verdad, es tanta la corrupción que hay gente experta que intenta inventar una especie de legitimidad filosófica para la corrupción. De ahí que los ingenuos y cándidos que pensaban que en un Gobierno de izquierda no iba a haber corrupción “no pueden negar que Olmedo López es el Abudinen de Petro… No basta que el secretario de Transparencia denuncie penalmente a Olmedo López.” (Donadío, 2024) Sin dudas, el Gobierno está obligado a cumplir lo que Petro prometió en su programa de gobierno: “Recuperaremos los dineros públicos, derrochados por la corrupción”, que en los periodos anteriores de Santos y Duque ascendió a 21 billones de pesos. “Robar, por desgracia, es un verbo que se conjuga sin talanqueras éticas en gobiernos de derecha o izquierda.”

Hay otros escándalos ciertos “y otros inventados (como el de $3.000 millones, en cinco maletas, para Petro) o agravados artificiosamente por la oposición”, pero el desatado en el antro conocido como Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres -UNGRD- puede ser el que causé mayor daño al dúo Petro-Márquez en la credibilidad de su administración. “Recuperarse de este golpe será muy difícil: al “cambio” de las estructuras podridas que han servido de motor del sector público durante décadas, por unas modernas y limpias que prometió el jefe de Estado, no le queda casi ninguna posibilidad.” (Orozco, 2024) Algunos de sus funcionarios, nombrados por él mismo o con su aquiescencia, «se encargaron de destruir la esperanza de millones de electores que votaron con esa ilusión. No cabe duda: sobre el presidente Petro y algunos de sus asesores recae la responsabilidad política del atraco multimillonario que padecieron las arcas oficiales destinadas a enfrentar los efectos de los desastres naturales, que fueron saqueadas por servidores gubernamentales aunque nadie haya comprometido personalmente al mandatario con ese episodio vergonzoso” (Ibíd): La corrupción contamina el cambio fue uno de los titulares certeros del momento en que se conoció la noticia.

En el terreno internacional, Petro pidió en un duro discurso ante la ONU en septiembre de 2023 acabar con las guerras en Ucrania y Palestina y salvar al planeta. Propuso ante los líderes del mundo un Plan Marshall para luchar contra el cambio climático. Explico esto apoyado en Inés Santaeulalia (2023).  Él volvió a sembrar la sensación de urgencia en la Asamblea General de la ONU pidiendo a los líderes mundiales reunidos en Nueva York cambiar el curso de la historia con esta receta: el aumento de los fondos públicos para frenar la crisis climática. Nuestro presidente aseguró que estos años ha sido el de la derrota de los “gobiernos y de la humanidad” en temas como la migración, la lucha contra las drogas o la guerra -donde equiparó a Ucrania con Palestina-. Invitó al resto de países a desandar un camino que ve fracasado y que solo significa el avance hacia “los tiempos de la extinción”. Esta es la segunda vez que Petro utiliza los micrófonos de la ONU para elevar su mirada sobre Colombia y recurrir a un mensaje de alcance planetario que aboga por la defensa de la vida, cargado de críticas a la yugular del capitalismo: “los ricos de Davos”, “los blancos que se creen superiores” o los Gobiernos que persiguen a quienes abandonan su país en busca de otros destinos mejores.

Ahí, dando rienda suelta a su fuerte convicción ambientalista y a su don de palabra, invitó a los demás líderes a acabar la guerra “para tener el tiempo de salvarnos” a través de un plan tan ambicioso como difícil de imaginar para ya: que Naciones Unidas abra dos mesas de negociación de paz. “¿Cuál es la diferencia entre Ucrania y Palestina, no es hora de acabar con ambas guerras?”, se preguntó. Su idea pasa, además, por cambiar el sistema financiero mundial para “financiar la vida y el capitalismo descarbonizado”. Se necesitan, calculó, tres billones de dólares para frenar el cambio climático: “Con una emisión del FMI habrá un descenso de la deuda pública mundial y un incremento de los presupuestos para mitigar la crisis climática. Hay que liberar lo público para salvar la vida, que resuene de nuevo el eco de lo público, que resuene la palabra cambio”, continuó Petro, al que el destino había colocado tras el discurso del presidente Estados Unidos, Joe Biden, y al que, al menos en vehemencia, superó con creces. No olvidó en su alegato la guerra contra las drogas y los estragos del fentanilo, ni a Cuba («un país injustamente bloqueado”), ni a la migración («la marcha silenciosa e incontenible de gentes del sur al norte”), sobre la que pintó un futuro negro: “En 2070 serán 3.000 millones de personas que irán al norte no atraídos como por la riqueza, sino por el agua”. Millones de migrantes climáticos que, sostiene el presidente, “desafiarán ejércitos y cambiarán la tierra.”

En esta línea internacional, el Estado de Israel actúa como un Estado genocida. Y un país no puede tener relaciones diplomáticas con un Estado que actúa así. Por eso hizo bien Colombia en romper relaciones al inicio del pasado mayo. “Hizo bien el presidente Petro. Esos miles de seres humanos que han muerto estaban quietos en sus casas, en sus escuelas, en sus calles, en sus hospitales, en sus iglesias. Quietos. No eran un objetivo militar de ninguna manera. No eran una fuerza beligerante. Eran la ciudadanía, la gente, a la que Netanyahu hizo matar en su intento por combatir al grupo terrorista Hamás.” (Mallarino, 2024) 

“A lo largo de la historia, los casos de genocidios -entre los que se encuentra el propio Holocausto judío- tienen un elemento terrible en común: el desprecio por la nación atacada que se busca ´borrar del mapa´. El mismo desprecio de Hitler y los nazis por los judíos europeos es el de Netanyahu y su Estado por los palestinos. Eso es estremecedor.” (Mallarino, 2024) Y hay que ir más allá. “No solo el Estado judío considera que los palestinos son infrahumanos y que está en su derecho a matarlos, es que lo mismo piensa EE. UU., la OTÁN y la CE. Siguen apoyando el slogan ese de que “Israel tiene derecho a defenderse” y así miran para otro lado mientras el Estado de Israel lleva a cabo estas matanzas delante del mundo entero.” (Ibíd) Estos países, y me temo con Gonzalo Mallarino Flórez que muchos de los que aún tienen relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, consideran que el pueblo palestino es infrahumano.

Volviendo al país para abordar el tema polémico de la Constituyente -tema para el que Petro tiene dos libros de cabecera: La Teoría del Poder Constituyente de Egon Zwieg y El Poder Constituyente de Antonio Negri-, vemos que “previamente hay que ambientarla nacionalmente y acatar la Constitución del 91, es decir, una ley aprobada en el Congreso, revisada por la Corte Constitucional, para después llamar a elecciones en las que participen todos los aspirantes…” (Bejarano G., 2024) Así, esta nueva constituyente se realizaría cuando ya nuestro presidente no esté en el poder, pues, su propósito esencial no es otro que asegurar un gran acuerdo nacional y un futuro al proyecto político del presidente.

Acerca de este tema, la revista citada preguntó a GPU: ¿Usted quiere derogar la carta política vigente? Él respondió: Eso es un artilugio que ustedes han escrito. Yo no necesito cambiar la Constitución del 91. En realidad, esa Constitución no toca estos aspectos nuevos que han aparecido en Colombia como la crisis climática, o el Acuerdo de Paz con las Farc. Hay muchos temas que no aparecieron en la Constitución del 91 que ha debatido la sociedad colombiana a posteriori y que, en mi opinión, tienen que ser introducidos al bloque constitucional. Ahí no se entra sino como poder constituyente, a menos que el Congreso de la República asuma esas funciones. No lo ha hecho en 30 años. Una simple reforma como la de la Salud no ha podido ser tramitada. Algunas reformas propuestas por el pueblo desde el estallido social no han sido tenidas en cuenta.

Y ante un interrogante de la misma revista sobre su reelección, GPU dijo: Yo no voy a prohibir que la gente se exprese. Mucha gente querría que yo pudiera reelegirme, tal cual lo hizo Juan Manuel Santos, que ahora convoca un golpe de Estado, o el señor Uribe que también convoca un golpe de Estado. Ellos fueron los que se reeligieron. Lo hicieron cambiando un articulito. Yo estaba allí como congresista y voté en contra. ¿Entonces si yo mismo he votado en contra de la reelección por qué ahora la querría? Jamás he planteado que se me reelija. A mí eso no me interesa.

En cuanto a viajes internacionales, hay que resaltar el periplo del presidente colombiano por China –octubre/2023- con la elevación de las relaciones de los dos países al nivel de “asociación estratégica”. Según eltiempo.com (2023), ambas naciones firmaron doce instrumentos de cooperación internacional sobre asuntos tan variados como las exportaciones de carne bovina y quinua colombianas, economía digital y tecnología, cooperación educativa y científica y lucha contra el cambio climático. Desde ese punto de vista, el balance de esa gira presidencial se podría calificar como positivo, ya que Colombia logró avanzar en estrechar los lazos con Pekín, hoy el segundo socio comercial del país, después de USA. Más aún, el Gobierno Nacional debe transitar una delgada línea en las relaciones con ambas potencias globales en momentos en que el mundo se realinea en bloques geopolíticos fragmentados.

En el mismo plano internacional, el haber reabierto las relaciones con Venezuela fue un acierto por lo diplomática y políticamente conveniente. Lo mismo que el fortalecimiento de las relaciones con México, Chile, Brasil y otros países latinoamericanos. En lo de Maduro, con cierta timidez, es cierto, pero al fin y al cabo Petro y Lula se armaron de valor para reconocer lo que por años callaron. Aceptaron lo que todo el mundo ya sabía, y el presidente de Chile, Gabriel Boric, había expresado con total claridad: en la Venezuela de Maduro hay una “deriva autoritaria y una constante violación de los derechos humanos”. La reacción de Maduro ha sido totalmente predecible: a los gobiernos de izquierda los ha tachado de cobardes. Falta ver si él finalmente acepta que no tiene otra opción racional que asegurar unos comicios libres, justos y democráticos en su país.

El presidente Petro ha sostenido la narrativa política colombiana en este bienio que está terminando y de seguro lo seguirá haciendo en el próximo. Hay que reconocer que él “juega con variables legales y propuestas audaces” en cada semana -controversia con la prensa, referendo, proceso “constituyente”, cambio climático, días cívicos, convocatorias a marchas, etc.- para generar controversia, alebrestar a la opinión y estar en boca de la mayoría para dominar esa narrativa. Le ha funcionado bien hasta ahora, pero debe hacer correctivos en el próximo bienio para seguirla dominando sin salidas desconcertantes y contradictorias como aquellas dos inolvidables que analizaré con otros temas en la segunda y última parte.

Del odio al amor - Caricatura de Guerreros. Bogotá, mayo 7/24. https://www.eltiempo.com/opinion/caricaturas/rodrigo-guerreros/caricatura-de-rodrigo-guerreros-3340515

INDISPENSABLE TÁBULA GRATULATORIA

  • Bejarano Guzmán, Ramiro. Cristo y Ángela. El Espectador, Bogotá, publicado el 7 de junio en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/ramiro-bejarano-guzman/cristo-y-angela/
  • Cambiocolombia.com (2024).“No pienso llevar una Constituyente al Congreso, ni tampoco reelegirme”: entrevista exclusiva con el presidente Petro. Revista Cambio, Bogotá, junio 2, disponible en https://cambiocolombia.com/poder/no-pienso-llevar-congreso-constituyente-ni-reelegirme-entrevista-petro
  • elespectador.com (2024). Un Congreso de “jugaditas”. El Espectador, Bogotá, publicado el 19 de junio en https://www.elespectador.com/opinion/editorial/un-congreso-de-jugaditas/
  • eltiempo.com (2023). El viaje a China. Editorial de El Tiempo, Bogotá, publicado el 27 de octubre https://www.eltiempo.com/opinion/editorial/el-viaje-a-china-editorial-el-tiempo-820252
  • Londoño, Julio César (2024). ¿Vamos mal? El Espectador, Bogotá, publicado el 19 de enero en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/julio-cesar-londono/vamos-mal/
  • Mallarino Flórez, Gonzalo. Claro que había que romper con el Estado de Israel. El Espectador, Bogotá, publicado el 8 de mayo en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/gonzalo-mallarino/claro-que-habia-que-romper-con-el-estado-de-israel/
  • Meléndez, Marcela (2024). La reforma pensional (I). El Tiempo, Bogotá, publicado el 1 de julio en https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/la-reforma-pensional-i-3357937
  • Orozco Tascón, Cecilia (2024). ¿Valiente, traidor o espía caballo de Troya? El Espectador, Bogotá, publicado el 27de febrero en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/cecilia-orozco-tascon/valiente-traidor-o-espia-caballo-de-troya/
  • Samper Pizano, Daniel (2024). ¿SOY DE LOS NUESTROS? Los Danieles y Cambio Colombia, Bogotá, mayo 19, disponible en https://cambiocolombia.com/los-danieles/soy-de-los-nuestros
  • Santaeulalia, Inés (2023). Petro pide en un duro discurso ante la ONU acabar con las guerras en Ucrania y Palestina y salvar al planeta. El país de España, publicado el 19 de septiembre en https://elpais.com/america-colombia/2023-09-19/petro-pide-en-un-duro-discurso-ante-la-onu-acabar-con-las-guerras-en-ucrania-y-palestina-y-salvar-al-planeta.html

6 respuestas a «EL ECUADOR DEL MANDATO PETROMARQUIANO (I)»

  1. El Gobierno de Gustavo Petro será recordado como el Gobierno del Cambio, porque empeoró lo funcionaba medianamente bien o como en el caso de la salud, que debían hacerse cambios, los está realizando vía intervención administrativa con su tan famosa tesis del «Chu Chu Chu» de las EPS, debido a que no pasó la reforma a la salud ante el Congreso. El Gobierno que más cambios de ministros tuvo, al menos más de 30. Entre muchos otros «cambios» que han sido perjudiciales para el país. Ojalá sea una percepción del momento presente y que sus resultados estén planteados a muy largo plazo, superando su gobierno, inclusive (si es que es verdad que sólo será un cuatrienio).

  2. Bien, ojalá la sindéresis se imponga en los actos de gobierno. Es indudable que los sectores que han explotado al país desde la Independencia, han hecho correr ríos de contrapropaganda, ayudados, desafortunadamente por las continuas audacias de anuncios que hace el gobernante.

  3. Cualquier clase de cambio, siempre ha generado malestar por incomodar a lo rutinario; aún no podemos sacar juicios certeros del camino recorrido, todavía debemos esperar, con esperanza de un final feliz; lo mejor, que sean beneficiarias todas las clases sociales de nuestro hermoso territorio nacional.

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