EL DISCRETO ENCANTO INCESANTE DE LA NEUTRALIDAD

¡Atento lector sentipensante y librepensador!, en medio de la prolongación despiadada de la arrasadora guerra reciente que se despertó sorpresivamente de una somnolencia intranquila, y en medio de obviedades diplomáticas como “la vida de un niño palestino vale tanto como la vida de un niño israelí” para capotear la prensa, voy a hablar exactamente un mes después de este conflicto bélico -y su nuevo ciclo de venganza, dolor y lágrimas-, uno de los más viejo del mundo sin salida política con tragedias sin fin al igual que el nuestro.

La guerra del Medio Oriente-MO entre Palestina (país árabe que perteneció al imperio otomano) e Israel no tiene origen bíblico -a ellos los unen muchos elementos religiosos- sino neo y colonialista con estos hitos históricos y políticos: en el 1948 aconteció la fundación del Estado de Israel votado por la ONU después de la 2ª Guerra Mundial cuando Francia e Inglaterra se reparten el MO y apoyan la independencia de los países árabes -la de Palestina ha sido largamente aplazada-. En el 1967 sucedió la Guerra de los Seis Días que “fue un conflicto bélico que enfrentó a Israel con una coalición árabe formada por la República Árabe Unida —denominación oficial de Egipto por entonces—, Siria, Jordania e Irak entre el 5 y el 10 de junio” (wkipedia.org) de ese año. Y en el 1973 irrumpe la Guerra del Yom Kippur, Guerra del Ramadán o Guerra de Octubre 6 al 25 “también conocida como la Guerra árabe-israelí fue un conflicto bélico librado por la coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria contra Israel…” (Ibíd)

Todas estas guerras fueron bastante convencionales, guerras técnicas, entre ejércitos. Pero desde el 1982 con la Guerra del Líbano –“denominada por Israel `Operación Paz para Galilea` y también a veces conocida como Primera Guerra del Líbano, fue un conflicto armado que dio inicio el 6 de junio… cuando las Fuerzas de Defensa de Israel invadieron el sur del Líbano con el objetivo de expulsar a la OLP de dicho país” (Ibíd)-, esas “guerras han involucrado a organizaciones como Hezbolá o Hamás, que no tienen un Estado detrás ni un ejército convencional. Y que luchan de la forma asimétrica entre un Estado y una milicia.» (Sánchez, 2023) Así, los problemas políticos para Israel con su actual primer ministro Natanyahu se han multiplicado con la guerra asimétrica: “Hamás y Netanyahu son la expresión de dos “extremismos simétricos”: fanáticos de extremos opuestos, convencidos de que sólo el exterminio del adversario garantizará la realización de sus propias utopías.” (Mejía, 2023)

Desde hace pues 75 años primero fueron los discursos de odio y luego –como siempre pasa– los crímenes de odio. Las palabras matan tanto como las balas: “Todos debemos recordar que los discursos de odio anteceden a los crímenes de odio”, dice Adama Dieng, asesor de la ONU. Es cierto, en la 2ª Guerra Mundial el Holocausto “contra los judíos no inició en las cámaras de gas, sino muchos años atrás, cuando fueron estigmatizados y marcados con palabras de odio. “Ratas”, “parásitos” y “piojos” eran algunos términos que los nazis usaban para referirse a ellos.” (Zubiría, 2023) Esos mismos judíos fueron expulsado y discriminados por no ser cristianos, primero por el imperio romano a toda Europa y luego toda Europa los expulsó y discriminó por lo mismo.

Los ataques que Hamás realizó el 7 de octubre de 2023 han sido el mayor golpe recibido por los israelíes desde la creación de su Estado. Fue una incursión militar por tierra, mar y aire. Sin duda, fue “un acto para generar terror en la población israelí y debe ser censurado sin la más mínima ambigüedad. Fue un atentado contra la humanidad. Un crimen de guerra y una violación a los derechos esenciales de los seres humanos. Los fanáticos milicianos ingresaron a los kibutz, violaron, asesinaron y secuestraron niños, jóvenes y ancianos. El blanco fue la población civil. La ONU estima que murieron 1.368 judíos ese día y que fueron secuestrados 203.” (Zubiría, 2023)

Hamás surgió tras la primera antifada o revuelta de Palestina de 1987 y gobierna la Franja de Gaza desde 2007 después de ganar las elecciones en 2006 para la Autoridad Nacional Palestina. Expulsó de Gaza a su rival Fatah (apertura, conquista o victoria, en español), grupo de Yasser Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Desde su creación este grupo islámico ha destilado odio contra los judíos y el Estado de Israel. Considera que no deberían existir. En su carta fundacional afirma: “Israel existirá y continuará existiendo hasta que el islam lo destruya, tal como ha borrado a otros antes”. La carta dice que “nuestra lucha es contra los sionistas” o partidarios del sionismo que es un movimiento judío para recobrar Palestina como patria. Por eso declara la “muerte a los judíos” y exige la creación de un estado islámico en Palestina en lugar de Israel. Objetivo: establecimiento de un Estado palestino soberano e independiente, con Jerusalén como capital, en la región histórica de Palestina, o sea, en los territorios de Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, lo que en la época de su lucha independista los judíos llamaban Eretz Yisra’el, esto es, la Tierra de Israel.” (Mejía, 2023)

Así, “Hamás (fuerza o valentía en español) es una organización político-militar, musulmana, sunnita, belicosa y sanguinaria. Su nombre es el acrónimo de Harakat al-Muqáwama al-Islamiya (Movimiento de Resistencia Islámica). Se autoproclama yihadista radical” (Mejía, 2023), pues es una agrupación partidaria de la yihad o guerra santa islámica que tiene un discurso de odio que deshumaniza al adversario para después poder exterminarlo. La discreta Wikipedia sintetiza esa carnicería entre hermanos como “la batalla de Gaza”. Hamás domina la Franja «en contra de todo el mundo y pretende la eliminación de los infieles: judíos, católicos, evangélicos, hindúes, agnósticos, librepensadores, ateos felices, es decir, la liquidación de aquellos que no creen (no creemos) en el islam, vocablo que en español significa sumisión a Alá…” (Mejía, 2023) 

Algunos analistas “tienen claro que la guerra no empezó con Abraham y sus dos mujeres ni en 1948” (Londoño, 2023) sino el pasado 7 de octubre con el ataque de Hamás a Israel que preparó con frialdad durante varios meses contra personas inocentes, sorprendidas y asesinadas de modo cobarde y salvaje cuando participaban en una fiesta popular. Se recrudeció “por un trino de Petro y alcanzó cotas dramáticas por las declaraciones de la vicepresidenta y por la destemplada reacción de la Universidad de Harvard, que decidió postergarle una condecoración a Francia Márquez, quizá por insinuar que los niños palestinos sufren más que los niños israelíes.” (Ibíd)

No es fácil asumir una posición ética frente a los desarrollos recientes del conflicto palestino-israelí, “por cuanto es una situación compleja que despierta, además, emociones intensas por los terribles sufrimientos que han padecido las poblaciones de Gaza e Israel.” (Uprimny, 2023). Pero con Rodrigo Uprimny creo que es posible llegar a una posición clara, equilibrada y robusta, si uno toma en serio los principios del derecho internacional humanitario (DIH), que establecen que incluso en la guerra existen límites. Esos principios son básicamente dos: “el de distinción, conforme al cual las acciones bélicas deben ser dirigidas únicamente contra objetivos militares, por lo cual no puede atacarse a la población civil, y el de proporcionalidad, que establece que incluso un ataque contra un objetivo militar debe evitarse si puede ocasionar muertos o heridos entre la población civil, o daños a bienes civiles que sean excesivos en relación con la ventaja militar concreta y directa prevista.” (Ibíd)

Entonces, los civiles de la Franja no pueden pagar por los crímenes de Hamás. Israel debe respetar el derecho internacional. “Que Hamás no es Palestina ni representa a todos los palestinos es una premisa asumida por la comunidad internacional y por una parte de la sociedad de Israel” (El País, 2023), pero el primer ministro israelí que lo ha sido seis veces, «Benjamín Netanyahu, actúa como si fueran exactamente lo mismo” (Ibíd) porque él lidera un Gobierno terrible, derechista, ultranacionalista y fanático religioso, a pesar de que hubo un maravilloso levantamiento liberal laico contra ese Gobierno del excapitán de las Fuerzas de Defensa graduado en el MIT y líder del partido de derecha Likud -La Consolidación- que ha implantado soluciones de fuerza. Es injustificable el castigo colectivo al que está sometiendo a los 2,2 millones de Palestinos que viven en Gaza, el cual va más allá del derecho a la legítima defensa. Después de un mes exacto del salvaje ataque gazatí, resulta absolutamente desproporcionada la respuesta iraelí.

Está fuera de cualquier discusión la brutalidad del ataque terrorista de Hamás contra Israel. Pero reconocer lo anterior no excluye advertir sobre la obligación que Israel tiene de respetar un conjunto mínimo de reglas a la hora de responder a la agresión, muchas de ellas consignadas en el DIH como ya dijimos, otras tantas en el sentido humano. La situación que hoy vive Gaza es realmente dramática porque se está acercando al genocidio, al exterminio o eliminación sistemáticade este pueblo. “Hay disputa sobre el número de víctimas que han dejado los bombardeos israelíes. El Ministerio de Salud, controlado por Hamás, habla de 6.500 muertes, pero Estados Unidos e Israel desmienten esa cifra. Eso comprueba que la batalla por la verdad es otro de los frentes abiertos.” (El Tiempo, 2023)

Indudablemente que el ataque terrorista del 7 de octubre “debe ser condenado incluso por aquellos que puedan defender la legitimidad de la lucha armada de Hamás al considerar que expresa un derecho de resistencia palestino contra la ocupación israelí, que de todas formas es una tesis discutible por cuanto no es claro que Hamás sea el representante del pueblo palestino.” (Uprimny, 2023) El Gobierno de Israel debe proteger a su población y reaccionar militarmente contra Hamás por el ataque sufrido: “Es el derecho de legítima defensa previsto en el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas. Sin embargo, esa reacción militar debe respetar el DIH. Y el Gobierno de Netanyahu, uno de los más autoritarios y fundamentalistas que haya tenido Israel, no lo ha respetado. Ha sometido a Gaza a cortes de agua, electricidad, alimentos y combustible. Esto no es una acción de guerra contra Hamás sino un castigo a la población civil, integrada mayoritariamente por niños, lo cual viola el principio de distinción y es un crimen de guerra. Además, sus bombardeos masivos… han desconocido el principio de proporcionalidad y posiblemente el de distinción, pues han adquirido el carácter de ataques indiscriminados contra la población de Gaza.” (Uprimny, 2023)

Se sabe que Occidente ha invadido, bombardeado, robado y ha salido gritando ¡cójanlo, cójanlo! “Los desastres del mundo y las multinacionales del crimen (narcotráfico, multitudes de refugiados, minería sin normas ambientales, lavado de activos y corrupción a gran escala, tráfico de armas, calentamiento global) son engendros incubados en los países del primer mundo… Algunos saben que Netanyahu es un líder de la lucha contra el terrorismo; la prueba es que lo apoya Estados Unidos, que lucha por la paz desde sus 750 bases militares en 80 países del mundo. Lo que pasa es que los palestinos bombardean sus propios hospitales para desacreditar a Netanyahu” (Londoño, 2023), quien “juró exterminar a los palestinos, empresa que adelanta con entusiasmo levítico. Al tiempo, es amigo de Trump, Biden y Putin, que bombardea a Ucrania, ¡pero los malos son los palestinos!” (Ibíd) Definitivamente, la geopolítica mundial es inescrutable y occidental, y ahora más cuando la guerra ucraniana ha perdido protagonismo.

Como dice Diana Uribe, la gran historiadora colombiana, esa geopolítica actual encierra a pueblos enfermos de geografía o geopolítica, o mejor, a pueblos en estado de coma geopolítico o gravedad extrema; es decir, pueblos en unidades de cuidados intensivos como lo son ahora los pueblos de Palestina e Israel. Como la guerra de Ucrania, la de Gaza es el epicentro de un terremoto geopolítico “que transformará el entero paisaje que hemos conocido. Ese tipo de movimientos tectónicos dividen y rompen las sociedades. Definen el futuro. De los directamente implicados, Israel y Palestina, y también de los más alejados, aunque no menos comprometidos, como Estados Unidos y Europa. Es de temer que no nos gustará ni sabremos reconocernos en la criatura que nacerá llorando de esta carnicería.” (Bassets, 2023)

Así llegamos a la palabra neutralidad que según el diccionario de la RAE es la actitud de neutral venida del latín a significar a aquel que no participa de ninguna de las opciones en conflicto, y aplicada también a una nación o un Estado que no toma parte en la guerra movida por otros y se acoge al sistema de obligaciones y derechos inherentes a tal actitud. La neutralidad tiene dos defectos. “El primero es que diluye la responsabilidad moral: todos somos culpables, por lo tanto nadie es responsable. El segundo es que no existe. Nadie, ni las potencias, ni las multinacionales, ni los jueces, ni los medios, ni los dioses son neutros. Después de una frase neutra, viene siempre el sesgo: los niños palestinos sufren más. O los israelíes.” (Londoño, 2023)

Responsables por Betto, 23 de octubre de 2023

Precisamente los crímenes de infantes palestinos e israelíes -sin negar que la de los adultos no lo sean- son los más dolorosos. Para quien tenga un mínimo sentido de humanidad, ha sido ver el sufrimiento y la angustia de miles de niños –“inocentes por definición”-, víctimas de los indiscriminados ataques. Contra las principales reglas del Derecho Internacional Humanitario y contra los Tratados y Declaraciones de Derechos Humanos, se han cometido crímenes de lesa humanidad y de guerra, y nada ha hecho la comunidad internacional para que cese la masacre. Sencillamente aquí estamos ante crímenes de la humanidad que duelen profundamente, esos infantes y todos duelen y duele también mucho la estupidez humana que produce sufrimiento planetario. «Qué doloroso es ver esos niños ensangrentados, destrozados, los que se quedaron sin padres, los que yacen sobre un campo de hojas muertas» (Spitaletta, 2023): “Para escribir una poesía / que no sea política / debo escuchar a los pájaros / Pero para escuchar a los pájaros / hace falta que cese el bombardeo”, dice un poema del palestino Marwan Makhoul.

La declaración de Petro tenía que caer mal porque Colombia, “el Caín de América”, siempre se ha alineado con USA y con las potencias de Occidente, lavaperros de EE. UU. Según el citado Londoño uno entiende que el presidente fuera criticado en los primeros días, cuando nos llegaron las dolorosas imágenes de los estragos del ataque de Hamás. Pero hoy, cuando vemos la monstruosa represalia de Netanyahu, entendemos que Petro tiene razón: hay que estar del lado palestino, ese pueblo débil que enfrenta las iras y los intereses de Israel y de Occidente, y que está un tris molesto luego de perder el 90 % de sus tierras a manos israelíes y sufrir humillaciones en su propio país por una fuerza extranjera y desalmada (casi digo fascista).

Obvio que las potencias “son culpables por trazar fronteras solo con los teodolitos del cálculo económico, así queden en la misma zona o en el mismo país sunitas y chiitas, musulmanes y cristianos, israelíes y palestinos, rusos y ucranianos. ¿Tendrán sus líderes algún reato de conciencia por los siglos de colonialismo y neocolonialismo? ¿Cómo tienen la caradura de seguir vociferando que son enviados de Dios para luchar por la libertad y contra el terrorismo?” (Ibíd) El escritor Eduardo Galeano También se preguntó: “¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza?”.

Yuval Noah Harari,  el más brillante intelectual judío, ha escrito dos textos profundos sobre las acciones de terror de Hamás. Harari califica lo hecho por este grupo islámico el 7 de octubre como un “crimen contra la humanidad”. Sin embargo, llama la atención muy sabiamente cuando afirma: “Nuestra guerra es con Hamás, no con el pueblo palestino” y concluye que la tarea del mundo es salvar los espacios para la paz y empatizar con el dolor de judíos y palestinos. Además, el gran pensador israelí “escribió la semana pasada en The Washington Post que el Gobierno de Netanyahu es una facción fanática, populista, mesiánica, oportunista y cínica. No dijo “nazi”, pero lo pensó.” (Londoño, 2023) Por eso, la consigna es: ¡Palestina sí, Hamás no! ¡Israel sí, Netanyahu no!

Repito: Israel tiene todo el derecho de responder a los atentados terroristas de Hamás y de atacarlos militarmente para proteger a su población. Pero no tiene ningún derecho a bombardear a civiles palestinos en Gaza que está convirtiendo en una fosa común, “destruir sus viviendas, iglesias, sueños, esperanzas y familias o de desplazar impunemente a más de dos millones de palestinos. Muchas personas en el mundo todavía no han entendido que mientras los palestinos no vivan dignamente, sin el asedio, el acoso y el control de los judíos, Israel tampoco podrá vivir en paz. La condición para la paz es la existencia de dos Estados y el pleno reconocimiento de los derechos para los palestinos y los judíos en la zona.” (Zubiría, 2023)

Así pues que el DIH “permite condenar inequívocamente tanto el ataque terrorista de Hamás como la respuesta violatoria del DIH y los crímenes de guerra de Israel. Debería llevarnos igualmente a solidarizarnos con las víctimas tanto en Israel como en Gaza y a exigir, en el corto plazo, como lo hicieron el 12 de octubre varios expertos en derechos humanos de Naciones Unidas, la liberación de los rehenes por Hamás y el fin del bloqueo a Gaza y de los bombardeos indiscriminados por Israel.” (Uprimny, 2023) Lamento al igual que Uprimny que el presidente Petro no se haya anclado en esos sólidos principios humanitarios, que le hubieran permitido solidarizarse con todas las víctimas y condenar inequívocamente tanto el terrorismo de Hamás como las violaciones al DIH de Netanyahu. “Un pronunciamiento así, semejante al hecho por otros gobernantes de izquierda, como Boric, hubiera logrado un mayor consenso interno y le hubiera dado respetabilidad internacional a Petro para eventualmente incidir en este conflicto. Pero prefirió el desenfreno de Twitter.” (Ibíd)

Ahora, un poco más pensado, esos dos mandatarios junto con los de Argentina y México acaban de llamar a consulta a sus respectivos embajadores en Israel con el antecedente de la ruptura de relaciones diplomáticas de Bolivia con ese país, así el Estado de Israel haya acusado a los países latinoamericanos de apoyar el terrorismo de Hamás. En manos de Benjamín Netanyahu está pues poner fin a esta situación. “Los países con influencia en Israel, especialmente Estados Unidos, no pueden limitarse a expresar su preocupación por la situación humanitaria mientras el primer ministro israelí continúa con su estrategia, desafiando incluso al secretario general de la ONU, António Guterres, por limitarse a ofrecer el contexto de un conflicto que tiene más de 70 años.” (El País, 2023)

Puesto a elegir entre el imperialismo ruso y el norteamericano, elijo el chino, que no bombardea pueblos débiles. Y siempre que David enfrenta a Goliat, tomo partido por David. ¡Qué le vamos a hacer!, soy sentimental como Julio César Londoño (2023). Hannah Arendt decía que “la muerte de la empatía humana es uno de los primeros indicios de que una cultura está a punto de caer en la barbarie”. “Al mundo le está faltando empatía con el sufrimiento de los palestinos. Y cuando vemos en silencio masacrar a un pueblo entero es porque nos estamos acercando a la barbarie. ¿Será que ya estamos en ella?” (Zubiría, 2023) Yo nunca me habría imaginado con Dante que la barbarie pudiera matar tanto, lo cual es obvio pero tiene verdad porque tanto mata la maldita barbarie: “¡Viva la muerte!”, gritó el general Millán-Astray a Miguel de Unamuno en medio de un conflicto similar. En ello radica la barbarie de la madre cruel que está otra vez de parto. Ahora, cuando se creía superada la época de la barbarie, los peores ejemplos rusos e israelìes del pasado regresan como modelos: ¡Qué horror, qué desgracia!

El horror y el absurdo de la barbarie se concretan “en el hecho de que son muchos, quizás mayoría, los habitantes de Gaza que no apoyan a Hamás. Son doblemente víctimas y viven un verdadero infierno en vida. Israel tiene el derecho a defenderse de ataques que fueron crueles e infames…, pero su decisión de hacerlo generando un sufrimiento colosal entre civiles inocentes tiene que llevar a la comunidad internacional a movilizarse para recordarle a su Gobierno que ni la peor barbarie justifica saltarse de tal manera las normas más básicas de la guerra.” (El Tiempo, 2023) Reiteremos entonces que al salvajismo sunita de Hamás o chiita de Hezbolá -sunitas u ortodoxos (sunna, tradición), seguidores de los primeros califas sucesores de Mahoma, y chiítas, seguidores del yerno de Mahoma, Alí, son dos ramas principales que tiene el Islam, religión musulmana fundada en el siglo VII- se opone el salvajismo militarmente mejor armado del sionista Netanyahu, un personaje impresentable que ya debió haberse largado del Gobierno.

La desmedida reacción de Israel “está llevando una situación ya de por sí compleja a unos niveles inimaginables que pueden terminar, dependiendo de la próxima evolución de los hechos, en su internacionalización. A las 1.400 personas asesinadas por Hamás y los 200 rehenes que tomaron se suman” (El Espectador, 2023) los más de 10.000 palestinos muertos -más del 40% son niños, 3.700 menores muertos que han convertido a Gaza en un cementerio de niños, según Unicef- como consecuencia de los bombardeos israelíes, cifra que crece cada día. Entonces, lejos de enviar más armas a Israel -como lo hizo Estados Unidos-, la ONU y los países occidentales “deben buscar la inmediata y total liberación de los rehenes en poder de Hamás, el cese al fuego, la llegada de ayudas humanitarias -con alimentos, medicamentos, equipos de salud-, el levantamiento del bloqueo a Gaza y el respeto a la población civil” (Hernández, 2023): Urge el cese al fuego inmediato en Gaza, sin tantos discursos, ni palabras vacías e inútiles.

Por Mico, 04 de noviembre de 2023

Preocupan Palestina e Israel, que hoy sufren los rigores de la guerra. También nuestro país en los que existen movimientos armados, que han cometido actos terroristas, sin que ello haya sido obstáculo para que sean invitados a adelantar procesos de paz. Infortunadamente el terrorismo de Hamás “parece alejar la legítima y necesaria posibilidad de contar con un Estado propio para el pueblo palestino, y la reacción desmedida de Israel parece impedir que puedan contar con fronteras seguras a futuro.” (El Espectador, 2023). No obstante, desde Colombia, entonces, pedimos con Jaime Pumarejo (2023) la vinculación de toda América Latina a la búsqueda de una solución, para que se asuma con decisión la causa de una Palestina libre y de un Israel reconocido como un propósito de acción y administración que podría costarles, inclusive, popularidad y prestigio a algunos líderes, pero que con el pasar del tiempo les reservará un lugar en los anales de la historia por el sacrificio en favor del bien colectivo. Así que hay que intentar asumir ese conflicto y, con la misma óptica, ver también los nuestros iguales de antiguos y sangrientos; definitivamente, el dialogar es de valientes.

En suma, entonces, la guerra, entendida como un fracaso de la humanidad, adquiere en el MO formas que una persona en otra región y con creencias distintas probablemente tarde en entender. Y es que en MO “pasan algunos traumas de generación en generación, se siente de verdad el amor a una tierra, conviven idiomas distintos, se comprueba el sentido de comunidad del pueblo judío y palestino entre los suyos, y a veces surge una desconfianza que aparece cuando nadie la espera o regresan recuerdos llenos de melancolía después de tantos sueños rotos.” (Cooper, 2023) Algunos cantantes y actrices, muchos escritores, ministros, periodistas, profesores y el presidente han opinado con atrevimiento e ignorancia o con y sin conocimiento. “Con sus palabras, algunos han logrado precisamente lo que tanto critican: que este mundo sea más violento, intolerante y lleno de prejuicios.” (Ibìd) Detrás de esas opiniones suele haber soberbia; antisemitismo u odio a la raza hebrea y su cultura; manipulación mediática; verdades a medias o deseos de protagonismo. 

Afortunadamente también existe la gente sensata que rechaza el dolor sin importar el bando, estudia, escucha y se pregunta qué hacer, más allá de las palabras, para que las escenas macabras de barbarie no se repitan de nuevo en Ramala, Macondo, Gaza, Comala, Ucrania e Israel o en cualquier otro lugar del mundo. Ojalá lleguen a un acuerdo definitivo los afectados y sufridos palestinos e israelíes que se llevaron todo el siglo XX y lo años que llevamos del siglo XXI hasta llegar a este estado de gravedad extrema. Claro que ellos sí pueden llegar a acuerdos, aunque parciales ya han llegado antes y en varias ocasiones. Ahora se necesitan acuerdos definitivos como ya lo demostraron Sudáfrica, Ruanda e Irlanda, naciones que optaron inteligentemente por el perdón y no el extermino. Ojalá que cuando esa solución definitiva llegue entre palestinos e israelíes, rusos y ucranios e incluso entre nosotros mismos los colombianos, esa barbarie se destierre totalmente.

INDISPENSABLE TÁBULA GRATULATORIA

Mejía, Esteban Carlos. ¡Palestina sí, Hamás no! ¡Israel sí, Netanyahu no! El Espectador, Bogotá, publicado el 3 de noviembre en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/esteban-carlos-mejia/palestina-si-hamas-no-israel-si-netanyahu-no/

12 respuestas a «EL DISCRETO ENCANTO INCESANTE DE LA NEUTRALIDAD»

  1. Dr. Dairo Elías González: Nuevamente, felicitaciones, por ese pormenorizado análisis de los conflictos bélicos, que se están dando en el mundo y que cobra con la pérdida de miles de vidas humanas. La humanidad sigue viviendo momentos históricos muy tristes y lamentables, con un horizonte oscuro, en que sólo se espera más asesinatos y bombardeos, y donde por ningún lugar se ve una opción de paz y de ayuda, a quienes se encuentren muy mal, !! esto es sálvece el que pueda..!! … Álvaro.

  2. González se hace Necesario buscar un Eufemismo para la llamada Guerra, de esa manera no se lucha; como también otra institución que vele por el DIH, para que haya más justos en el conflicto. Este pensamiento de ideología hay que modificarlo…

  3. Tío, excelente, es interesante este tema; la gente confunde el pueblo de Israel ( de la biblia) con el Estado de Israel (de 1946), da pena por su ignorancia. Sin embargo, tal y como hizo el pueblo de Israel en cabeza de su rey David perpetuando un genocidio contra los filisteos, hace el estado de Israel perpetuando un genocidio contra los Palestinos.

  4. ¡Buena tarde hermano de sueños compartidos!
    La opresión acumulada durante tiempo provoca una explosión social que puede sobrepasar los sentimientos humanos, comprendo las razones que tiene el pueblo palestino para resistir una agresión permanente de expansión sionistas que representa el control hegemónico de una élite enferma de poder. Estos hechos son una deshonra a la humanidad que se podía evitar. Cuando se tiene una mirada de interés común y de hacer parte de una comunidad mundial que puede convivir socialmente, cuando el ser humano se apropia de la inteligencia no debe ser para destruir o para sentirse superior al otro; solo descubriendo las causas que dan origen a las cosas se logra descubrir la verdad. Condenando determinadas acciones no es razón suficiente para jugar los hechos. Es un deber ético superar prácticas de exclusión que a través de la historia se han implementado para destruir y desconocer al otro, a la crueldad no se le puede confrontar con otra mayor crueldad: la lógica de la venganza no se debe imponer.
    Felicitaciones por el valor de no ser indiferente y no guardar silencio.

  5. Me parece que tomar opción por respetar la vida de los niños es una de sus mejores tesis en el artículo. En fin, que uno piensa que si Arafat hubiese logrado unir a los palestinos, otro sería el cantar, aunque al lado le hayan puesto la víbora en el Paraíso. Las naciones occidentales se lavaron las manos en el 48 y simplemente aherrojaron a una región y pueblo a una situación insostenible con la creación de Israel; si le diera así a cada religión por exigir un Estado, ¿cuál sería el panorama mundial?
    En fin, siguen campeando los estúpidos con poder. Y, ojalá se contentaron con pasearse sin la metralla ardiendo.

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