DOS AÑOS DESPUÉS Y AHORA ESTO

En memoria de todos aquellos que nos fueron arrebatados por la terrible pandemia y de todos aquellos inocentes caídos en la maldita guerra de Rusia y Ucrania: ¡Paz eterna en sus tumbas!

¡Amables lectores multicreyentes y sentipensantes!, por estos días se cumplen dos años del covid19 y por estos días se inició la guerra Rusia-Ucrania. A medida que los casos por la peste disminuyen de manera sostenida en el mundo y se recrudece el conflicto bélico, las ciencias sociales y naturales siguen investigando y dando a conocer los efectos que esa enfermedad y esa guerra pueden tener en los humanos y en la naturaleza. El objetivo de esta nota es detenerse en algunos de ellos.

Con la escasa información inicial sobre el virus, el mundo dio palos de ciego. Hoy se sabe que el inicio fue en el mercado Huanan en Wuhan China, donde se detectó el 11 de diciembre de 2019 el primer caso en una vendedora de mariscos; información dada por El Tiempo (2021) que extrajo de un artículo publicado en diciembre del año pasado en la prestigiosa revista ‘Science’ y firmado por el biólogo Michael Worobay, de la Universidad de Arizona -EE. UU.-. Pero cuando apenas llegaron los primeros reportes de una tal ‘neumonía de Wuhan’, pocos imaginamos lo que le esperaba al planeta y a nuestro país.

“Luego, confirmados los temores, vino el comprensible temor ante lo desconocido. Los confinamientos masivos se convirtieron, con muy pocas excepciones, en la punta de lanza de las estrategias adoptadas por las diferentes naciones. El fiel de la balanza, que tenía de un lado las libertades individuales y del otro la salud pública” (El Tiempo, 2021) y la economía, estuvo en constante disputa. “El caso es que el mundo, con la excepción de algunas zonas del continente africano, quedó en pausa, como si se tratara de una impresionante película de ciencia ficción” (ibidem) de Hollywood, donde apocalípticos best sellers han quedado desbordados al igual que hoy en la guerra de Rusia y Ucrania.

“Un profundo quiebre que les permitió a muchos países prepararse para los inevitables picos de contagio. Mientras algunos gobiernos fueron extremadamente rigurosos con estas medidas preventivas, otros desestimaron la capacidad de hacer estragos del virus a un costo muy alto en vidas humanas. La ciencia fue faro, pero también, y por desgracia, blanco de cuestionamientos de origen viral la mayoría, pero de la viralidad digital. Con ellos aparecieron otros de origen gubernamental que causaron mucho daño.” (El Tiempo, 2021) Gobernantes como Donald Trump y Jair Bolsonaro, entre otros, asumieron posturas irresponsables, criticando sin fundamento alguno el trabajo de los epidemiólogos, con consecuencias nefastas para sus naciones hasta el punto que ellas encabezan las cifras de muertes y contagios mundiales.

Igual que el coronel Aureliano Buendía en aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo, frente al pelotón de fusilamiento (García Márquez, 2017, p. 13), recuerdo perfectamente aquella tarde de marzo 16/20 cuando la directiva del colegio Usaquén convocó al cuerpo docente para informar que, por orden de la Alcaldía de Bogotá, desde el día siguiente íbamos a hacer clases virtuales desde nuestras casas porque se iniciaba el confinamiento. “Fueron semanas en las que todos tuvimos que adaptarnos a una nueva forma de vida, días en los que en muchos hogares se entremezclaron los ámbitos doméstico, laboral y académico. Irrumpió, quizás para quedarse, la obligatoria pregunta previa a cualquier actividad: ¿virtual o presencial?” (El Tiempo, 2021)

Entonces, al envestirnos esta peste, atravesamos senderos de temor y oscuridad que nos encerró para mostrarnos que en nuestra propia realidad, “ya no podíamos escapar de nuestra verdad para huir y llenar nuestros momentos de una vida frenética, repleta de actividades que nos anestesiaban y no nos dejaban tiempo para el descanso y mucho menos para la reflexión.” (Paula López, 2022) Mas al pasar los meses, “en el horizonte surgió una luz de esperanza: el desarrollo de varias vacunas. Su fabricación, aprobación y posterior distribución fueron un bálsamo para muchos, pero también un válido motivo de frustración para otros.” (El Tiempo, 2021) La pandemia fue así una cruda fotografía de los males de la humanidad, comenzando por la desigualdad, lo cual se confirmó ese año con la llegada en masa de los biológicos contra el covid.

“Fue frustrante y doloroso el fracaso del mecanismo Covax, que se dio a la par con la acumulación de dosis por los países desarrollados mientras muchas otras naciones seguían sufriendo muertes que se contaban por miles cada día por no tener aún acceso a las vacunas” (El Tiempo, 2021), muertes que “al lenguaje con poca precisión dejó:/ ni bárbara, ni horrenda, ni siquiera perversa/ o depravada, alcanza a describir su naturaleza.” (González, 2020) Lo mismo se puede afirmar de las actuales muertes en Ucrania con el agravante de la devastación de la arquitectura e infraestructura de sus cuidades.

Como este segundo aniversario supone ya cierta distancia, útil para procesar e interpretar lo que ha significado para la raza humana el haber tenido que afrontar una peste que ya deja más de cinco millones de muertos y más de 450 millones de infecciones en 222 países, nos llena de optimismo lo dicho recién por la Organización Mundial de la Salud. Según la OMS, citada por El Tiempo (2021), durante las primeras cinco semanas del año se pasó de tener 5 millones de nuevos contagios a 2,6 millones, al 10 de febrero, lo que representa una reducción cercana a 50 por ciento. Conservando las proporciones, otro tanto ha sucedido en Colombia. Es cierto, el virus está bajando significativamente y ojalá siga ese curso hasta desaparecer totalmente y quede como otra epidemia más. No obstante, el conflicto entre Rusia y Ucrania se sigue recrudeciendo.

Cuando la ciencia avizoró esa disminución pandémica y a pesar de las condiciones adversas o por ellas, en Colombia se volvió imperativo el regreso progresivo y seguro a la presencialidad de muchos sectores y sobre todo del sector escolar, máximo cuando los humildes hogares colombianos apestados se convirtieron en espacios de violencia que afectaron la salud mental y el avance académico. Por eso, el volver a la presencialidad no dio espera, y volvimos a ella de modo parcial desde mediado del año pasado y totalmente desde el inicio de este año con todas las normas de bioseguridad previas y verificables e incluidas las vacunas que se aplicaron lenta, pero masivamente a toda la comunidad educativa. El derecho a la vida es fundamental, pero también es vital la educación presencial, aunque las remotas fueron asumidas con mucha ética profesional e inmenso compromiso pedagógico; el regreso a las aulas se volvió prioritario por la salud mental y los procesos de enseñanza y aprendizaje de nuestros niños y adolescentes, quienes urgentemente necesitaban sociabilidad, juego, lúdica y, por supuesto, mayor conocimiento.

Colegios públicos, a clases Por: Rodrigo Guerreros. Enero 18/22

Como persistieron preocupaciones válidas y reclamos justos de nuestro gremio docente, èste está pendiente de que se acelere “la inversión en mejoras y adecuaciones para los colegios públicos con más atrasos. Tenemos que estar a la altura del reto histórico que nos enfrenta… Esta mezcla de fallas estructurales e históricas con los peligros coyunturales de la pandemia es mortal. Si bien no todo puede solucionarse y sí es necesario un esfuerzo, los gobiernos en todos los niveles tienen que tomar medidas vehementes y eficientes para proteger” (El Espectador, 2021) a todos los integrantes de la comunidad educativa.

Dos años después de tantos muertos y contagiados y de tantos días encerrados, rutinarios y aburridos que se extendieron ante nuestros ojos como único horizonte -panorama desértico y devastador por tantos muertos, sin contar asesinatos diarios y masacres alternadas en nuestro país-, y de acuerdo con los avances y los últimos estudios científicos, “la humanidad debe prepararse para convivir en forma indefinida con algunas formas del covid19. En lugar de una pandemia que desaparece, como la gripa española, ya se puede prever que, a punta de mutaciones, se convertirá en un virus endémico, con algunas semejanzas a la gripe, que debe ser enfrentado durante mucho tiempo.” (Montenegro, 2021) Sin embargo, aunque eso sea pensar con el deseo, creo que, así como el bicho apareció de modo inesperado, va a desaparecer también de ese modo, como en efecto ya está sucediendo.

En fin, amables lectores multicreyente y sentipensantes, permítanme dos conclusiones sobre la peste: la primera, como recomendación, es de los expertos que piden no bajar la guardia porque, aunque se supere la emergencia, la vida no volverá a ser la misma. Será una vida con vacunas frecuentes, máscaras, cierto distanciamiento social y protección especial permanente para los más vulnerables. Y la segunda conclusión extendida a la violencia colombiana es que, frente al tamaño de nuestro panorama desértico y devastador producida por la larga pandemia, el incesante saqueo, los asesinatos diarios y las masacres alternadas, muchos utópicos macondianos tenemos la esperanza radical que el gobierno negligente e inepto de Iván Duque termine pronto y que los colombianos votemos masivamente en la primera vuelta presidencial por “´una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decir por otros hasta la forma de morir, donde de verdad sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la Tierra.´” (García Márquez, citado por González, 2020)

Así, entonces, la libertad interior se ha ido convirtiendo “en nuestro mayor tesoro, en los últimos años hemos tenido que aprender a sobrevivir, ya no vivimos simplemente como antes; hemos tenido que hacer maestría tras maestría en resiliencia” (López, 2022) -apoyados en el libro imprescindible de Lidia Atencia Simanca y Fredys García Sierra- y cuando ciertamente la época de la peste está acabando, “abrimos los ojos en una nueva mañana y sentimos como si tuviéramos un elefante sentado en el pecho, tan pesado que nos cuesta trabajo respirar con serenidad”, ese elefante tiene nombre propio: la guerra de Rusia y Ucrania donde las bombas y las armas escondidas explotan y los tanques bélicos avanzan pesados en medio de la confusión. Nadie en Ucrania “puede huir de este panorama temible: las noticias diarias registran el retroceso de la civilización hacía la barbarie.” (Mavé, 2022) En palabras del papa Francisco y del maestro Borges: “Es la historia de Caín/ que sigue matando a Abel.”

A pesar de los errores, el gran esfuerzo planetario que se hizo para salvar muchas vidas humanas fue inmenso, y desgraciadamente ahora con la criminal guerra destructora no solo se matan esas vidas, sino que también se destruye la naturaleza, la arquitectura y la infraestructura de muchos pueblos y ciudades ucranianas, lo cual es inaceptable y absolutamente nada lo justifica: inmenso pesar por el pueblo ucraniano e inmenso pavor por el pueblo ruso duramente sancionado y tristeza por la especie humana, que vuelve a las andanzas macabras del siglo XX con sus dos guerras mundiales asesinas y devastadoras, asuntos que ya debimos haber superado totalmente: “Llevamos dos años lidiando con el covid, aún falta una cuota grande de muertos, pero son pocas las lógicas… que la administración mundial está dispuesta a cambiar. Somos predecibles hasta en mitad del apocalipsis.” (Ortiz, 2022)

Es la primera vez en la historia que se nos transmite en vivo y en directo el apocalipsis: la más desgarradora y cruel guerra; las bárbaras «imágenes de la invasión de Rusia a Ucrania llegan a nuestros ojos y revientan nuestros corazones… Esto nos produce un impacto interior tan violento que nos sentimos como amordazados en cuerpo y alma, sin poder correr para consolar y salvar a quienes son víctimas de depredadores que se creen dioses, con derecho de disponer y destruir las vidas de los demás.” (López, 2022) Nos sentimos vulnerables, desprotegidos, cansados y aterrorizados, hoy el mundo está ávido de Energía humanitaria espiritual para saciar la sed de nuestras almas y cuerpos que claman y gritan a las ciencias, a los astros prodigiosos y a los susurros sagrados para que se alineen a nuestro favor, del país y del mundo; pero sobre todo a favor de la aguerrida y dolorida Colombia ucraniana.

Sin paz a la vista Por: Matador, 11 mar 2022

En suma, ¡Amables lectores multicreyentes y sentipensantes!, dos años después de la pandemia y tras un mes de la guerra Rusia-Ucrania, es claro que el riesgo de que una nueva pandemia y la ampliación del conflicto bélico se crucen en el camino de la humanidad es alto. Para hacerle frente a estos hipotéticos desafíos, pero también a otros de talante similar, aunque de origen diferente, es necesario repasar en cámara lenta, si es preciso, la espeluznante película de estos dos años y pico. Y así entender que lo que más acentuó la vulnerabilidad de la especie no fue el virus y el conflicto bélico, “sino otros males endémicos como la incapacidad para cooperar entre países, para tejer redes de solidaridad y para arropar a los más vulnerables. Todos ellos, y aquí todavía se puede ser optimista, tienen solución” (El Tiempo, 2021), aunque aún nadie visualice «cómo será el mundo pospandemia y posguerra Rusia-Ucrania en seis meses… o diez años. El riesgo de una guerra nuclear existe. Estamos en camino hacia lo desconocido, que ojalá no sea un infierno” (Caballero, 2022) sino un paraíso que atraviese raudo por el purgatorio.

INDISPENSABLES MURMULLOS REFERENCIALES

  • Atencia Simanca, Lidia Esther y García Sierra, Fredys (2017). Resiliencia y desarrollo desde la primera infancia. Impresos Donado: Barranquilla.
  • Caballero Argáez, Carlos (2022). ¿Rumbo a lo desconocido? El Tiempo, Bogotá, publicado el 11 de marzo en https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/carlos-caballero-argaez/rumbo-a-lo-desconocido-columna-de-carlos-caballero-argaez-657771
  • El Espectador (2021). La alternancia es apenas un primer y necesario paso. Editorial de El Espectador, Bogotá, publicado el 17 de febrero en https://www.elespectador.com/opinion/editorial/la-alternancia-es-apenas-un-primer-y-necesario-paso/
  • El Tiempo (2021). Dos años después. Editorial de El Tiempo, Bogotá, publicado el 20 de noviembre en https://www.eltiempo.com/opinion/editorial/dos-anos-despues-editorial-de-el-tiempo-del-21-de-noviembre-de-2021-633666
  • García Márquez, Gabriel (2017). Cien años de soledad. Ilustrado por Luisa Rivera. Barcelona: Penguin Random House.
  • González Quiroz, Dairo (2021). UN AÑO DESPUÉS, FRENTE AL PELOTÓN DEL COVID… dairogonzalezquiroz.com, Bogotá, publicado el 26 de febrero en https://www.dairogonzalezquiroz.com/leer/un-ano-despues-frente-al-peloton-del-covid/
  • ________________________ (2020). Alminares de sangre. dairogonzalezquiroz.com, Bogotá, publicado el 13 de septiembre en http://www.dairogonzalezquiroz.com/leer/alminares-de-sangre/
  • López, Paula (2022). El mundo está ávido de ayuda humanitaria espiritual. Semana, Bogotá, publicado el 11 de marzo en https://www.semana.com/opinion/articulo/el-mundo-esta-avido-de-ayuda-humanitaria-espiritual/202256/
  • Mavé (2022). Tarot de Mavé. El Espectador, Bogotá, publicado el 13 de marzo en https://www.elespectador.com/entretenimiento/tarot-de-mave/
  • Montenegro, Armando (2021). Guerra prolongada. El Espectador, Bogotá, publicado el 13 de febrero en https://www.elespectador.com/opinion/guerra-prolongada/
  • Ortiz Cassiani, Javier (2022). Predecibles en medio del apocalipsis. El Espectador, Bogotá, publicado el 6 de enero en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/javier-ortiz/predecibles-en-medio-del-apocalipsis/

8 respuestas a «DOS AÑOS DESPUÉS Y AHORA ESTO»

  1. Excelente artículo, no sé qué me causa más dolor, ¿La injusta invasión de Rusia a Ucrania o la muerte diaria de líderes sociales en Colombia? ¿El covid 19 o el nefasto gobierno de Duque- Uribe? Abordados de forma magistral por usted mi amigo Dairo, éxitos y un fuerte abrazo.

  2. Todas las equivocaciones de las grandes experimentaciónes que el hombre ha hecho a través de la historia de la humanidad las recibe él mismo, es como un selfi… Tenemos que acostumbrarnos a ser independientes para no sufrir de los avatares de la vida.

  3. Buena Tarde.
    Excelente y vigente tema.
    Una Pandemia que diariamente se afirma algo sin sustento robusto; ya nos anuncian una nueva subvariante, que nos atemoriza tanto como la Clase Dirigente Clásica que ha manipulado nuestro Territorio Nacional a través del tiempo.
    Creo que ha llegado el momento de dar un cambio radical al manejo de nuestra Nación.
    😇

  4. Querido Dairo, como siempre excelente artículo.
    Después de dos años de esta terrible pandemia, muchos volvemos a celebrar la vida, pero con con la inmensa tristeza de aquellos seres maravillosos que perdieron la batalla por la vida. Además, de la pérdida de mentes brillantes de algunos colegas. Paz en sus tumbas.

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