CONCURSO DEL PAÍS QUE SUEÑA

No más tragedias humanitarias en Cauca, Catatumbo y Chocó, y no más genocidio en Gaza u otro lugar. En nombre de la dignidad humana, es urgente y esencialmente necesario detener ya esas matanzas: “Algunos recuerdos permanecen incólumes al paso del tiempo… a pesar de los estragos del dolor.” Han Kang en Blanco.

¡Amables lectores multicreyentes y sentipensantes!, el pasado 5 de septiembre la Casa de Poesía Silva de Bogotá dio su veredicto sobre el Concurso Nacional de 2025: Este poema es un país que sueña. Alrededor del concurso y mi participación en él es el artículo de esta quincena.

Los integrantes del jurado (Luz Mary Giraldo, Felipe García Quintero y Santiago Espinosa), después de leer los 50 poemas preseleccionados como finalistas de entre los 1.744 que fueron enviados, decidieron otorgar un millón de pesos como premio a cada uno de los 10 poetas distinguidos entre cinco ganadores y cinco con menciones honoríficas. Esta decisión fue leída por el abogado y escritor Pedro Alejo Gómez, actual director de la Casa Silva.

Veamos una o varias estrofas de cada uno de los poetas galardonados para apreciar y sopesar su calidad:

Los días que vendrán de Juan Camilo Arboleda de Bogotá:

Hay un niño que lanza piedras

para medir el silencio del agua

Su madre en la orilla

sigue el ritmo con los dedos

deteniéndose

donde el silencio se hace más hondo

Respirar en las ruinas de Jonnatan Cucunubo de Facatativá Cundinamarca:

Hay un país que respira en las ruinas.

No en los discursos,

ni en los salones pintados de escudos,

sino en lo que se quedó después del derrumbe:

una silla rota en el patio,

una flor que crece entre escombros,

una olla que aún hierve agua

aunque la casa ya no tenga techo.

Allí,

en la fisura,

el país sigue.

La palabra mal escrita de Carlos Pérez Vertel de Montería:

Donde las abuelas rezan con el humo

del café,

hay un país tejido con el hilo intacto

de la paciencia.

A veces lo olvido,

está en los pies de mi madre, en el ombligo,

en las manos calladas

donde el barro tiene memoria.

La patria no siempre canta,

a veces sólo respira el verso que se planta sin permiso

en la décima de la palabra escribida bajo los pies.

Radiografía de lo que se aprende mientras se nombran las estrellas de Maryer Nicol Alzate de Bogotá:

I

Escribir pesa menos que matar,

pero cuesta más,

porque las palabras no se alinean como fusiles.

XII

Comimos,

nos pusimos a quitarle las pulgas a los perros,

a cerrar los corrales,

y a ponerle nombres de estrellas

a los desaparecidos.

Teoría de la paz según un niño de Barrancabermeja de Alejandro Morales de Bogotá:

La paz es cuando mi papá

no se despierta gritando los nombres de sus amigos.

La paz es cuando la vecina

deja de enterrar gallinas muertas en su patio.

La paz es cuando no tengo que esconder el cuaderno

debajo del colchón.

Cuando el ejército no juega fútbol

con los zapatos de los niños que no volvieron

cuando los paramilitares no tatúan a doña Marta

los nombres de sus muertos en las encías.

Un poema sueña con ser sol de Daniel Alejandro Sierra de Tabio Cundinamarca:

¿Un poema

sueña ser país?

¿O un país

sueña ser poema?

Desperté

En mi sueño

había un mundo:

tres cordilleras

como un cordón umbilical

de la madre tierra

dos océanos unidos

en el sueño

de la vigilia

que proclama el amor:

a la montaña

a la selva

al río

al mar

al manglar

a la luna

y al sol…

Un país

dónde el nosotros

renacía

donde fuímos porque somos y somos porque fuimos

¿Quién quemó al conquistador por pegarle a la negra?

Nosotrxs

¿Quién derrotó al diablo con su acordeón?

Nosotrxs

¿Dónde nacen con un canto propio?

Aquí

Un país donde todo es de nosotros

porque nada

nos pertenece

Desperté

Soñé que los niños dejaban de jugar a la guerra

Soñé tres versos:

El sol sale en mi país

El sol sale en mi lengua

El sol sale en mi poema…

Desperté

Mucho tiempo

soñando

que la muerte

nos llueve a cántaros,

la suerte de una tierra

donde la noche

es tan larga

rezamos todos los días

para que el sol salga

para que salga el sol

La etimología de Colombia

debería ser

Solombia:

“Tierra del Sol”

Este verso es un pájaro de Diana Isabel Pizarro de Medellín:

Y ese niño de lluvia,

de llano y de esmeralda

amasará su miedo

para moldear un pájaro.

Este verso es un pájaro

de las manos de un niño

que despierta en su patria.

Coser raíces de Andry Rafael Padilla de Venezuela:

Este poema tiene los pies sucios

de cruzar un país a pie,

y la voz gastada de tanto gritar

que la vida también se sueña con hambre

en otra tierra…

C O L O M B I A

una palabra que aprendí a pronunciar desde el afecto,

como quien cuida una casa ajena

y un día se da cuenta

de que también es suya.

https://www.casadepoesiasilva.com/concursos/poemas-ganadores-y-menciones-honorificas-del-concurso-nacional-de-poesia-este-poema-es-un-pais-que-suena-2025/

Teoremas para un País que Sueña de Gilberto Romero Sierra:

Teorema de la resiliencia:

si la violencia fue vector impuesto

por siglos de colonas matrices,

la memoria es variable independiente

capaz de alterar cualquier ecuación del oprobio.

Y si la injusticia fue constante histórica,

la esperanza —como incógnita luminosa—

multiplica, transforma, despeja,

reconfigura la geometría del alma colectiva…

Estás extendida, Colombia,

como posibilidad cuántica en el espacio-tiempo:

latente en más de mil municipios,

en cada niño que no ha sido oído,

en cada madre que parió el silencio.

Tu función de onda colapsa cuando alguien te mira

con ternura epistemológica,

cuando el acto político es también

acto de amor radical.

Diez postales colombianas de Diego Armando Peña de Bogotá:

I

El mar apaga el incendio del sol.

En la orilla, la arena se acumula

como ceniza.

II

Una hoja cae sobre el río

para detenerlo.

VI

Una mujer toca la luz con sus yemas

y el viento rasga los cables de la energía

como un guitarrista impalpable.

X

Cuando el mar duerme,

los ríos roncan

y la montaña sueña.

El jurado mencionado destacó, a través de Gómez, la participación masiva que tuvo la convocatoria con el tema de un significado hondo para el país que rindió homenaje al colombiano Aurelio Arturo, uno de sus poetas esenciales. Asimismo, reconoció como notoria la diversidad de los estilos, registros y procedencia de los poemas, cuya pluralidad enriquece el quehacer de la poesía actual en Colombia.

Poesía que casi siempre habla desde un lugar misterioso o sagrado, que va más allá de la razón; desde ese lugar ilumina y conmueve, como estos versos galardonados, en los que duele la muerte de un hijo, hermano, familiar, amigo o la misma naturaleza. “La poesía también es síntesis -lo contrario al derroche palabrero-, belleza y hondura y emoción concentrada”, y otros asuntos como la corrupción e injusticia y el anhelo de salir adelante en medio de tantos absurdos e injusticas colombianos.

Entre los 50 poemas preseleccionados o los 1.744 que fueron enviados está Un país del tamaño de nuestros sueños colectivos de mia utoría. Veámoslo:

Todos los ríos, dos océanos, dos mares

todos los cultivos, todos los peces…:

¡El paraíso en la tierra!, ¿imposible?

Espera: descarada corrupción expandida

con la mayoría de una dirigencia anodina 

que subastan el delito como oportunidad

“para salir con bien del mal”

¡Ah!, eso sí es Colombia

Durmiendo con vida, mucha vida

para evitar que quede sepultada

debajo del poder despiadado

y de la ambición desmedida,

EL AÑOS PASADO soñé

con un país a la medida

En medio de tanta belleza y riqueza naturales,

y frente al tamaño de tanta tragedia y miseria

nuestra respuesta es soñar con un país

del tamaño de nuestros sueños colectivos.

Tres cordilleras, un sistema independiente especial;

fauna doméstica e indómita y toda la flora sinigual:

¡Tierra única de la abundancia!, ¿no puede ser?

Espera: una sociedad polarizada,

con hiriente agresividad cotidiana,

mucho odio, dividida y desalmada

¡Ah!, esa sí es la nación colombiana

Durmiendo con la idea de la inclusión

para evitar seguir siendo

una sociedad excluyente, machista

y ensimismada en riel tradicionalista,

EL MES PASADO soñé con un país

del tamaño del sueño aperturista

En medio de tanta belleza y riqueza naturales,

y frente al tamaño de tanta tragedia y miseria

nuestra respuesta es soñar con un país

del tamaño de nuestros sueños comunales.

Muy rico, toda la riqueza;

muy diverso, toda la diversidad

¡Qué maravilla!, ¿esto es posible?

Espera: un país mafioso, polarizado y violento

es tierra fértil para asesinato y enfrentamiento

¡Ah!, ese país sí es Colombia

Durmiendo con bienestar, mucho bienestar

para que los verdaderos líderes remedien

la obscena concentración de la riqueza

y un magnético norte unitario moldeen,

AYER soñé con un país del tamaño

de nuestros sueños de hoy y mañana

En medio de tanta belleza y riqueza naturales,

pero frente al tamaño de tanta tragedia y miseria

nuestra respuesta es soñar con un país

del tamaño de nuestros sueños vitales.

Buena salud e inmensa naturaleza,

aquí son fuentes de singular belleza

¡El país del encanto!, ¿imposible?

Espera: una sociedad descuidada,

desigual, desconfiada y degradada

¡Ah!, esa sociedad sí es Colombia

Durmiendo esperanzado, muy esperanzado

del arribo a una esperanza realista

para evitar el paralizante delirio polarizado

y evitar caer en la treta bipartidista,

HOY soñé con un país del tamaño

de nuestro sueño altruista

En medio de tanta belleza, riqueza y salud naturales,

pero frente a tanta tragedia e injusticia antinaturales

de la opresión, abandono, saqueo y desgracia;

de dogmas, estigmas, prepotencia e impotencia; 

nuestra respuesta es soñar con un país

del tamaño de nuestros sueños colectivos.

Antes el fracaso de sueños reiterados,

¡nada justifica que no lo reintentemos!

No hay que acostumbrarse al país 

de los penosos purgatorio e infierno

con total corrupción decepcionante,

generalizada violencia repugnante

e inundado de miseria indignante

No hay que vivir al borde del vil precipicio,

cualquier viento arroja al abismo sin juicio.

Si no hay paz plena de inmediato,

a creer en lo imposible volveré,

una vez más soñando seguiré

con un país sin ningún lamento:

Un enorme “rebaño de horizontes” diviso:

las tinieblas retroceden ante el hechizo

del brillo colectivo, en su latido eterno

se forja nuevo edén, sin limbo ni averno.

Sólo soy sueño que hechiza,

envuelve, persiste y enfatiza:

¡Incluir es más difícil que excluir!

Sólo sueño con que el pueblo,

entre “recónditos rumores”,

una los múltiples humores:

Sueña unida querida patria mía,

con honradez, certeza y valentía

para sensibilidades representar

y los mundos testarudos conciliar.

En este poema acometí una escritura algo minuciosa, que nunca se ha dado por vencida para desentrañar su sentido y constitución, cada palabra de cada verso; busqué la mejor correlación posible para la pluralidad de tesituras y espacios de la conformación de mi pensamiento poético, escrito en una lengua que le propone al lector desde sus primeras palabras unas vivas palpitaciones de buena fe. Sin embargo, no solo basta el palpitar de la buena fe; pienso que abusé de los adjetivos, faltó poesía y sobró prosa. Además, el rigor de la poesía no es el de la ciencia, ni el del ensayo o la historia, sino uno paradojal: “el que busca la palabra precisa para decir lo indecible, el misterio de la vida, o para señalar lo absurdo o lo injusto, pero desde una libertad en el uso del lenguaje que lo saca de la mera funcionalidad comunicativa”, como bien lo dice la poeta Piedad Bonnett.

De todos modos, amables lectores multicreyentes y sentipensantes, ustedes, que también son jueces, ¡por favor, júzguenlo! Ah y en torno a la poesía vuelvan a El Cartero, el precioso filme famoso sobre Pablo Neruda, y vean Un poeta, la película del paisa Simón Mesa que este año recibió el premio especial del jurado en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes: “una historia desgarradora, digna en su desolación”, sublime en su fealdad “por fuera y hermosa por dentro”.

Esto mismo también se puede decir de nuestra Patria en donde “soñar con dedicarse a vivir de la poesía no es un sueño, es una pesadilla”, pues, a pesar de que en este país han gravitado silvestremente tantos y tan buenos poetas, la poesía como manifestación alta del espíritu sigue siendo caricaturizada o mirada con desdén, poco se valora este arte, se ignora su dimensión estética y su carácter incorruptible. Aunque es evidente que la Casa de Poesía Silva —que realiza cada año su concurso— se ha convertido en un lugar de estudio y divulgación del arte poético y en un refugio para los poetas, pues, alivia un poco el contexto de dificultad en que vivimos moderando fugazmente nuestras perturbaciones; pero sobre todo nos pone a disfrutar, resistir y soñar.

2 respuestas a «CONCURSO DEL PAÍS QUE SUEÑA»

  1. Todo es relativo dijo Einstein y esto también es aplicable a la literatura.
    Los jurados juzgan más subjetivamente que objetivamente en muchas ocasiones.
    Sus escritos, los veo dignos competentes de los otros y es muy difícil escalonarlos.
    Lo felicito por su competencia en el ámbito literario.

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