ARTES ESCÉNICAS, SEMANA MAYOR, LIBROS Y FOLCLOR

A todas las madres colombianas y planetarias en su mes;
pero sobre tado a la madre de nuestros cuatro vástagos,
la gran liebre, Delgys Romero Cabeza, porque representa
a la adorable y misteriosa sacerdotisa que en El Banquete
de Platón enseña a Sócrates la verdadera naturaleza del amor.

¡Amables lectores multicreyentes y sentipensantes!, sin verlos venir después de más dos años de pandemia, de pronto estallaron presencialmente en forma de Teatro, Semana Mayor, Vallenato y Libro para expandirse en la ‘soledad ruidosa’ del tiempo como remanso de reconciliación, cultura y paz, en medio de tantas malas y dolorosas noticias; precisamente desde el inicio de abril unos rezaron, otros pecaron, otros bebieron, otros ayunaron, otros quedaron como camarones quemados y otros la pasaron enruanados: “Cada uno hizo de su capa un sayo y de lo que le dio la gana un candelabro”, como bien lo deja entrever la sabiduría popular. Esta es una invitación a explorar las resonancias de las palabras del título de este artículo, palabras evocadoras y entrañables, entendidas, a la luz de este mes, como actitud, o convicción.

Como cada uno hizo de su capa un sayo y de lo que le dio la gana un candelabro, lo que sí debimos hacer todos fue respirar otros aires, escuchar otras voces. Apartar el monotema de chats, titulares, noticieros, habladurías y mentiras. Ensanchar pulmones y darse cuenta de que existen otras cosas como la emancipadora rapsodia vallenata, la clásica música religiosa, los libros con muchos temas, los yarumos plateados, las acacias amarillas, las ceibas milenarias, “los atardeceres, la lluvia, el sol y la niebla traviesa que alcahuetea a los duendes cuando trenzan la crin de los caballos… Sacar el alma de la noria y caminar por otras trochas, caer en la cuenta de que el mundo sigue girando y dejar de mirar hacia abajo como gallina mierdera o volar en círculos como chulo carroñero.” (Mera, 2022)

Este año, después de más dos años de pandemia y después de más de dos meses de la Guerra Rusia-Ucrania, un contexto claro y específico donde pudimos observar lo anterior fue en algunas obras callejeras y de sala que estuvieron en escena en el XVII Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá que se efectuó entre el 1 y 17 de abril, con cubrimiento mundial; en la versión XXXIV de la Feria Internacional del libro de Bogotá, que se realizó entre el 19 de abril y el 2 de mayo de 2022; y en el LV Festival de la Leyenda Vallenata realizado en Valledupar entre el 26 y 30 de abril. Estos eventos académicos, folclóricos e intelectuales son parte del patrimonio cultural de la nación colombiana porque ahí está la esencia del país que busca afanosamente su transformación socioeconómica y política.

Vimos en el Festival histriónico toda la capacidad del ser humano para expresar y transmitir mensajes de cualquier índole. En cada obra, se utilizaron distintos lenguajes, los objetos adquirían significado, un gesto, una palabra, una postura del personaje; en muchos casos, el escenario mismo hizo parte de esta comunicación. Subrayemos brevemente los momentos claves del evento de marras: asistí al Teatro Colón donde observamos El coronel no tiene quien le escribe de la coproducción del Teatro Colón y Fábrica de Teatro Popular, dirigido por el actor, director y guinista Jorge Alí Triana. Esta obra, versión conmovedora de Gabriel García de Márquez, es una joya literaria colombiana que da vida a la historia de un coronel obsesionado con la llegada de su pensión, la cual lleva 15 años en un proceso burocrático sin solución. Reducido a la miseria, su único contacto con el mundo exterior es su visita cada viernes a la oficina de correos, con la esperanza de encontrar una carta con la noticia esperada. Una historia sobre la dignidad, la esperanza y la resistencia que trasciende cualquier temporalidad con los objetos escénicos, crean una poética sutil y original. Escritores clásicos como el Nobel colombiano son contemporáneos porque le dicen asuntos trascendentales a la gente en un estilo directo y llano, a veces humorístico, como las frustraciones y pobrezas de la familia de un coronel.

Un formato poco convencional conforma la obra Dos volcanes y un laberinto que se inicia con una breve “conferencia” del director y coreógrafo Álvaro Restrepo de El Colegio del Cuerpo de Cartagena de Indias, cuya voz se intercala con la de los hijos de los autores Álvaro Mutis y García Márquez mientras leen textos y fragmentos relacionados con las obras de sus padres denominadas respectivamente El último rostro (relato de 1978) y El general en su laberinto (novela de 1989), obras complementarias por haber sido la primera detonante de la segunda, que abordan la figura extraordinaria y contradictoria de Simón Bolívar. “Luego, nos adentramos en un laberinto escénico a partir de nueve cuadros que nos invitan a sumergirnos en los textos desde una aproximación abstracta y no literal; desde la poesía de la danza y del cuerpo. La obra es una colección de imágenes, de metáforas, de sueños y de símbolos; complementada por una música que nos transporta por géneros y sonidos del mundo entero.” (festivaldeteatro.com, 2021). La suma de teatro, video, música y danza, protagonizada por varios actores con movimientos llenos de gran expresividad, bajo el telón del Teatro William Shakesperare en medio de un despliegue maravilloso de efectos especiales e imágenes participamos de una fiesta de luces y emociones y contenido, cuenta más que la vida la muerte de Bolívar con sencillez y complejidad.

Tamién asistí al Teatro Libre del centro donde observé la obra libanesa Origen of a tale o Geologie d´une fable (“origen o geología de una historia o fábula”) en la que el Colectivo Kahraba da vida a un relato vuelto materia a partir de arcilla. Es un montaje poético, emocionante, simple y bello que se adentra en el paso del tiempo de un género mágico donde los animales y las cosas se toman la palabra para hablar del mundo y enseñarnos a vivir. Si las fábulas dan voz a los animales y objetos, las manos de los directores marionetistas Aurelien Zouki y Éric Deniaud “dan vida a las fábulas, en una puesta en escena en la que modelan arcilla en vivo mientras combinan narración, danza y manipulación de objetos y sonido. La búsqueda por el origen de las fábulas pasa por La Fontaine y Marie de France, que se inspiraron a su vez en Esopo, que con seguridad conoció las historias persas —que hoy recordamos en la voz de Sherezade y sus mil una noches— cuentos que a su vez vienen de la India… Y así, la genealogía se extiende. ¿Quizás la primera fábula pudo haber sido modelada a partir de arcilla? Esta pieza nos recuerda que, no hace mucho tiempo, las fronteras no estaban definidas como lo están hoy. Lo único, quizás, que todavía puede cruzar fácilmente el espacio son nuestros pensamientos y nuestras historias.” (festivaldeteatro.com, 2021)

En este festival de lenguajes, entonces, el cuerpo afloró la cultura global, a través de una diversa cantidad entendible de códigos, signos y símbolos que generalizó el sentir y el vivir de las personas de ésta y otras partes del orbe; se contempló también los inconvenientes, problemas e injusticias que marcan sentimientos y pensamientos de las comunidades, lo cual construye en el colectivo humano su visión de mundo. En otras palabras, el teatro es un lenguaje verdaderamente universal, va más allá de la semántica y la gramática del idioma; en el teatro, el cuerpo humano tiene una gran capacidad para contar historias.

En cuanto a la Feria Internacional del Libro, gigantesca librería y biblioteca a la vez, es una verdad incontrastable decir que su regreso presencial tras un obligado receso de dos años y esta vez con la República de Corea como invitada de honor, constituye un evento cultural de primer orden, hay que decir que escuché conferencias y conversaciones; asimismo, participé de los negocios alrededor de su majestad, el Libro. Según Borges (1986), éste es el más asombroso instrumento del hombre porque es “extensión de la memoria y de la imaginación”. (p. 5) Esta feria de la escritura fue espacio único para mostrar las novedades del mundo de la página impresa, del papel y de la tinta; que tanto fascinan a escritores optimistas, padres de familia responsables, estudiantes entusiastas y educadores apóstoles de la lectura edificante, con el deseo de fomentar y hacer de la lectura un hábito y enseñar a que la gente conozca y goce leyendo, para que algún día seamos mejores con libros como Canción de antiguos amantes (Alfaguara) de Laura Restrepo, Sangrenegra: La cruz de Jacinto (gente nueva, 2° edición) de Hernán Borja, Educación Comunitaria: Los inicios de una tradición (Universidad Pedagógica Nacional) de Amadeo Clavijo y otros, y tantos otros libros excelentes que hubo en dicha feria.

A pesar de la lluvia intensa de semana Santa, cuando hay festival de teatro y feria del libro en Bogotá no salgo de la ciudad; por eso, en torno a la primerísima fiesta folclórica de Colombia realizada en la Capital Mundial del Vallenato en homenaje a Jorge Oñate, el Jilguero de América, me enteré por mi amigo Jorge Naín Ruiz (2022), abogado y artista de la Loma Cesar residente en Bogotá, que “en las diversas categorías donde no se competía en concursos rey de reyes, la calidad de los participantes cada día mejora, los jóvenes y niños se preparan mejor, hay un derroche de calidad en acordeón aficionado, juvenil e infantil y una mención especial merecen las mujeres en sus dos modalidades, mayores y menores, el nivel es tan alto que ya la brecha que se sentía entre hombres y mujeres no es tan notoria.” Los participantes en la categoría acordeoneros profesionales pusieron toda la carne en el asador porque los cinco finalistas desplegaron mucho virtuosismo, digitación y creatividad. “Con esos cinco finalistas para mí el resultado no es cuestionable. A esos tres del pódium yo también los hubiera avalado, tal vez en otro orden… En el concurso de la canción inédita también hubo obras muy lindas y no tengo objeciones con el fallo, claro a mi juicio en esta competencia hay más subjetividad, es casi como un concurso de belleza, las melodías y las letras conllevan factores y criterios menos objetivos que en acordeón o piquería, por ejemplo.” Además, en cuanto a turismo y visitantes, “los datos de la Cámara de Comercio de Valledupar son contundentes, se tienen cifras de 137.672 turistas que visitaron la ciudad durante el festival y se generaron ventas por más de 300 mil millones de pesos, eso se veía en las calles, los establecimientos de comercio llenos, las calles, plazas y parques donde había actividad estaban full, los hoteles, restaurantes y bares repletos. Se superaron las estadísticas del año 2019, última edición presencial. En general el objetivo de reactivar la economía de la ciudad se logró efectivamente.” (Ibíd.)

Todo abril e inicio de mayo para muchos es color púrpura y luto, o alegría infinita por la resurrección. Los camanduleros recordaron “a Jesús crucificado, pero seguirán campantes sin practicar sus enseñanzas. De nada sirven los golpes de pecho si continuamos odiándonos y metiéndonos zancadilla.” (Mera, 2022) Algunos se fueron para la montaña, armados de libros; a desintoxicarse de “hablamientos y pensadurías”; a retomar fuerzas para seguir adelante después de la muerte que se llevó a algún familiar, amigo o compañero de risas y viajes, compartires y silencios, de tristezas y alegrías. Por ejemplo, la columnista Aura Lucía Mera se llevó entre pecho y espalda, para volver a leerlo, Sin verlo venir, el testimonio de vida de Laura García que también estuvo en la Feria del libro. “Un verdadero tsunami, un huracán que revuelca por su honestidad, su crudeza, su análisis frentero, casi impúdico, sobre sí misma y la realidad de este país.”

Con Mera (2022) recuerdo a mis amables lectores multicreyentes y sentipensantes que Laura García es una “mujer compleja, enigmática, valiente, apasionada, frágil, dura, tierna, salvaje y sumisa. Como actriz, sus interpretaciones en teatro, cine y televisión son siempre impecables y poderosas. Como mujer insondable, a veces misteriosa, solitaria, de repente nos descubre su alma, sus pensamientos íntimos, sus tormentos internos, sus recuerdos de infancia, sus temores y fortalezas. Es una madre coraje, una olla en permanente ebullición, impredecible.” Por eso, Sin verlo venir, es -continúa Mera- un monólogo que salta, avanza, retrocede, sueña, llora, blasfema, perdona y recuerda. Cada página es filuda, como las cuerdas de un violín bien templado desde donde salen a la luz vibraciones que hurgan profundidades secretas y estremecen y enriquecen y enseñan y dejan huella. “Este bello libro, escrito con cierta fiereza, desparpajo y mucha inteligencia, (…) nos lleva de la mano a un pasado y a un país en el cual crecimos viendo cómo una generación nacida en los años 50 tuvo que emanciparse asumiendo costos muy altos que abrieron el camino para muchos”, se lee en la contracarátula según Aura Lucía. Creo -dice ella- que este tsunami lo parió en pandemia, porque el encierro, el temor y la claustrofobia dispararon su mente y agarró el lápiz o el teclado, el lienzo de la hoja en blanco. Pudo así sobrevivir a la soledad obligatoria para contarnos y contarse su historia sin filtros, casi como un orgasmo disparado en palabras… Laura García, gitana, caminante, artesana de sí misma, timonel de su nave. Agradezco al COVID-19 que le hizo parir ese hijo que llevaba gestando desde que nació y quiso compartirlo con todos sus lectores. Qué personaje, más importante que todos los que ha representado. ¡Qué mejor regalo como los libros mencionados para cualquier día, semana o mes!  

En suma, pues, desde sus inicios en 1968 “el Festival de la Leyenda Vallenata, además del impulso del tema folclórico, ha servido para gestionar grandes proyectos en el orden institucional, empresarial y de diversa naturaleza para Valledupar, y su gran región.” (elpilon.com, 2022) El Festival de Teatro y la Feria del Libro “pasados configuraron una versión novedosa de los fines originarios de libro y teatro: informar, formar y entretener. A través de las obras y textos observados, con el toque especial de cada compañía y editorial, se desarrollaron propuestas teatrales y libreras que, sin alardes tecnológicos (aunque sí hubo en algunas obras), pero con un reflexivo trabajo actoral y escritural, hicieron de la diversidad de lenguajes, el medio, el modo y el fin, para trasmitir historias llenas de sabiduría, tradición, pertinencia pedagógica y, ante todo, llenas de cultura e historia.” (González, 2012: 53)

Finalmente, entonces, tanto en Bogotá como en Valledupar y el resto del país, a ritmo del emancipador vallenato, el pueblo ronco y cansado exigió “a grito pelado/que dejen de hacer chancuco. // Los del coro son unidos:/quieren un son consistente/que tenga en cuenta a la gente.” (Ordoñez, 2022) Por eso, “Se prepara un gran concierto, / aunque es rotundo y muy cierto/ que aquí no estamos de fiesta. / Es urgente su propuesta/ y esquiva como ninguna,/ pues falta, sin duda alguna,/ un buen director de orquesta.” (Ordoñez, 2022) Que esta sea una invitación, amables lectores multicreyentes y sentipensantes, a creer que Colombia puede acceder a un nuevo director de orquesta con «un relumbrón de alegría, como soplo de futuro que nos erice la piel” (Restrepo, 2022) y la disposición a mover montañas con la certeza de que podremos lograrlo en medio de estos aguaceros que son “el registro de la catarsis del arte y la emancipadora belleza de un inmediato nuevo amanecer cultural y político. Colombia es un país urgido de una nueva arcilla que nos permita reconstruir sus grietas republicanas y modelar al colombiano justo y feliz del futuro.” (Hernán Borja)

INDISPENSABLES MURMULLOS REFERENCIALES

6 respuestas a «ARTES ESCÉNICAS, SEMANA MAYOR, LIBROS Y FOLCLOR»

  1. Excelente mi estimado amigo Dairo, que pluma fina y capacidad intelectual, para desglosar en forma narrativa de manera puntual y exquisita los acontecimientos culturales acaecidos en nuestros país durante el mes de abril, precisa, clara y documentada, que sin hacer presencial en en los diferentes lugares mencionados, nos pone en contexto, nos actualiza, nutre y nos hace enamorar apasionadamente de nuestra país y su cultura.

  2. González Quiroz logra en este bello artículo traer a estos aguaceros la luz de la alegría, el registro de la catarsis del arte y la emancipadora belleza de un inmediato nuevo amanecer cultural y político. Colombia es un país urgido de una nueva arcilla que nos permita reconstruir sus grietas republicanas y modelar al colombiano justo y feliz del futuro.

  3. La mejor forma de ilustrar a una sociedad es conociendo su idiosincrasia y unos de los mejores medios es la manifestación de diferentes formas como lo das a conocer en estas diversas temáticas aquí expuestas para los sentipensantes…

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