ARTE Y DESORDEN CLIMÁTICO

A Plutarco quien es, de los historiadores filósofos que conozco, el que mejor ha unido el arte arte a la naturaleza

Este texto corresponde a la presentación de la exposición Cambio climático de Ricardo Paredes en el Hall Signos y Leyes del Congreso de la República de Colombia, Bogotá, octubre 15 de 2024 

Amables asistentes y observadores sentipensantes, en medio de las aguas turbulentas de la revolución mediática y de una atmósfera preñada de los truenos de la polarización, muchos de los 12.000 visitantes de 180 países que asistirán en Cali a la reunión mundial sobre diversidad ambiental (COP16) saben que Colombia produce uno de los mejores cafés suave del mundo y que Gabriel García Márquez y Fernando Botero son nuestros máximos artistas fallecidos. Pero esos visitantes de la magna reunión caleña no saben que Ricardo Paredes -RP- es uno de los artistas colombianos que ha vivido y trabajado con dedicación su obra sobre varios temas, pero sobre todo el cambio climático, que yo prefiero llamar desorden por ser más preciso e ilustrativo. Sobre el perfil de Paredes y esta exposición trata este breve ensayo que intenta celebrar y trenzar arte, cultura y educación.

Desde la antigüedad, según Juan Zuloaga (2024), el arte “se ha erigido como reducto para la evasión, como refugio para los corazones y como tribuna para la rebeldía… De allí esa relación tensa que siempre han mostrado las artes”, la política, la religión y otras manifestaciones humanas. En la era contemporánea, algunos artistas auténticos y rebeldes buscan su fina y más alta expresión en la pintura y la poesía. Estos artistas sui generis construyen, acaso inconscientemente, con su obra pictográfica, toda su visión de mundo en sus imágenes; este es el caso de RP. Corresponde al observador ensamblar los elementos aparentemente dispersos para reconstruir la exposición convocante que proyecta la luz, el silencio y la palabra del espíritu del poeta.

Digo poeta porque RP también lo es como cuando en su lengua conjuga verbos y hospitalidad lingüística de la cual fui huésped en 1990 al recibirme en el colegio distrital José Asunción Silva donde desde entonces entablamos una amistad que ha crecido con el paso de los años. Sólo menciono su poemario Fantasmas airosos en el que están Alma, El funeral precisamente a José Asunción Silva, Sin destino y otros. Poemas que están recogidos en su antología denominada Poetas con versos, ilustrada magistralmente por nuestro poeta y pintor que nos acerca con su pluma y pincel a varios de los temas fundamentales que siempre han alimentado la poesía y la pintura, como son el amor, la belleza, la nostalgia, la vida y, por supuesto, los desastres naturales.

Foto 1: Algunas obras de la exposición de Ricardo Paredes en el Hall Signos y Leyes del Congreso de la República de Colombia, Bogotá, octubre 15 y 16 de 2024 

En esa selección poética ilustrada RP irrumpe en lo íntimo de los sueños de los poetas con las formas surrealistas también presentes en esta exposición, dando fuego al mundo simbólico que perturban la vida y su mundo de colores, de la paleta, de nuestro pintor poeta o poeta pintor que comulga “con un mundo de sonidos donde la inspiración se conjuga con las formas, las palabras, las voces, dándole sentido pleno a la belleza.” En esas páginas llenas de belleza estética, igual que esta sala, disfrutamos de palabras poéticas y telas surrealistas con la admiración del arte, aquí y allá se ha colmado la inspiración que hoy nos tienen admirados: raigambres positivas del universo, cósmicos susurros sagrados y culturas pobladas de amor, educación y virtud habitan en nosotros, cuando ellos se agitan, se llena “de ardor nuestro espíritu” exigente de talento y disciplina, de los que está dotado RP, quien además de pintor de Bienales nacionales e internacionales y poeta es escultor, diseñador, publicista, licenciado en otras áreas y maestro de teología, filosofía y arte de varias generaciones de estudiantes.  

La tarea de ensambladura interpretativa de nosotros como observadores de esta exposición en este recinto polémico de la democracia colombiana es relativamente fácil, pues, efectivamente nuestro artista polifacético pintó situaciones del desorden climático en todos sus detalles, con una alucinante precisión surrealista presentes en cuadros como Calor incidivo, energesis e Incendio forestal que nos recuerdan los despiadas incendios recientes que hubo en casi todo el país y Suramérica. Pintó, uno a uno, el pandemonio meteorológico, con acotación minuciosa de su desastre, catadura y carácter igual que en Fuego en la hitación, Contaminación mundo e Incendio profundo.

Desde muchos ángulos, dibuja personas en conflictos entre sí y con su medio ambiente adverso; moviéndolas en traces existenciales, en enredos de sobrevivencia, en secuencia dramáticas, en ceremonias contaminantes, en angustias y problemas vitales, en rebeldía ante la dura y descarnada situación del desorden climático global tal en el lienzo denominado Se acaba el tiempo porque este desbarajuste, acá está hasta secando el Amazonas, el mayor río del mundo, y por allá en el desierto del Sahara, lluvias extraordinarias y tormentas históricas llenaron lagos vacíos por décadas y  rompieron récords climáticos: ¡qué paradoja!, si llueve torrencialmente nos ahogamos y si hay sequía nos morimos de sed. Este lienzo me hizo evocar el llamado angustioso del presidente Petro en la reciente asamblea de la ONU para atajar esta crisis mundial: “Ya no hay más tiempo, los gobiernos son incapaces de detener la extinción de la vida. Hoy hay que escoger si es la vida o es la codicia, si es la humanidad o es el capital.”

Foto 2: El autor de esta presentación leyéndola en la inauguración de la exposición en el Hall Signos y Leyes del Congreso de la República de Colombia, Bogotá, octubre 15 al 1 de noviembre de 2024  

La pintura de RP es una escritura con la luz y las tinieblas que nos muestra, a través de la imagen pictográfica, silencios, oscuridades y destellos, ejemplos: Rostro de agua y No smoking. Y es por intermedio de su trazo, como imagen, que vemos su sentido, su raíz y un soporte que interpretamos en el complejo entramado sociopolítico y económico del caos meteorológico. La pintura implica: un soporte técnico e instrumental –pincel u otro-, un espacio simbólico generado y alimentado a través de la imagen pictográfica, así como una posibilidad cierta e inquietante de goce estético que es innegable en RP con quien hoy estamos disfrutando sus marcos a pesar de la acciones espeluznantes y hechos dramáticos que capta.

Esta exposición –que abarca una veintena de lienzos de la totalidad de la obra de Ricardo acerca del desorden climático y otros temas– recoge las imágenes que, de su complejo mundo, fue plasmando el artista con mucha deliberación y una impresionante unidad y comprensión pictográfica. Ella y toda su obra confiere a RP un lugar privilegiado de pintor surrealista de Colombia al lado de Alejandro Obregón, digno contemporáneo de Frida Kahlo y Salvador Dalí. Los invito, pues, a observar y disfrutar los trazos de su despiadado pincel poético a través de cualquier estrategia o implementado un método de desarrollo paralelo en el proceso descriptivo y analítico, efectuando un ligero recuento de los hechos sociales y políticos del desorden climático contemporáneo, a la vez que revisamos su carácter y suceder pictográfico, que es comprensible, pero a que veces es inasible. Así, ahorillados en la conversación, encontraremos una explicación de su obra que contenga preguntas y respuestas, con coherencia y seguridad e incluso con divagaciones e intuiciones que nos ayude a “asomarnos al mundo y sus grietas y sus absurdos y sus problemas”. 

A pesar del desorden climático global y de guerras regionales con ínfulas de mundial, sobrevivimos en este agrietado mundo absurdo acompañados siempre de nuestras cosas que aún quedan. Cosas que ahora son también memoria, pero no sólo esa memoria que se alimenta de imágenes televisivas sino también la memoria que se nutre de la biodiversidad sobreviviente y se alimenta diariamente de la vida, las imágenes y los símbolos que producen los propios individuos como RP para “construir comunidades”; esa memoria que toda sociedad debe cuidar, preservar y vigilar porque esa memoria es nuestro único patrimonio seguro para el futuro, y el que nos salvará de la hecatombe final. Pienso que a la mayoría de los artistas como RP le pasa lo mismo que a los científicos: hacen cosas maravillosas y útiles para la sociedad, pero son poco conocidos. Por favor, amables asistentes y observadores sentipensantes, ¡difundamos sus obras!

Eso también nos salvará de esa hecatombe final al igual que ser los campeones en número de páramos en el planeta, nos enorgullecemos de poseer, según Andrés Hurtado (2024), el páramo más extenso del mundo con una impresionante belleza escénica, el de Sumapaz, que junto con el de Chingaza ‘atenaza’ a la sabana de Bogotá y le regala el precioso don del agua -ahora racionada torpemente-, de la vida que triunfará “sobre las inclemencias de la naturaleza y sobre la barbarie de los humanos.” Se sabe que el desafío de la crisis climática, y en particular del calentamiento global, “se trata de un problema de acción colectiva de escala global. Lo que hacemos afecta a todo el planeta”, como bien lo muestro nuestro artista bogotano.

Foto 3: Dairo González Quiroz, autor de este breve ensayo, y Ricardo Paredes, autor del lienzo Incendio forestal y de toda la exposición del Hall Signos y Leyes del Congreso de la República de Colombia, Bogotá, octubre 15 de 2024       

De acuerdo con Alejandro Gaviria en entrevista con Laura Arévalo (2024), en el debate actual, hay quienes culpan a un 1% de los ricos por la destrucción del planeta. El presidente Petro, por ejemplo, reduce el problema a una oligarquía global. Lo cierto es que casi la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero son responsabilidad del 10% más rico de la población, y el 1% más rico emite lo mismo que el 50% más pobre. Así, el problema es más estructural, más difícil de resolver. Pero la manera “en que nos hemos organizado globalmente complica la solución de la crisis climática” (Ibíd) hasta tal punto que RP pareciera que no llevara con su exposición al catastrofismo, pero no, en ella se lee entre trazos una rebeldía y una esperanza por un mejor futuro.

Nuestro pintor poeta cree “en el ser humano y en el humanismo, en su unidad espiritual a través del arte, la cultura” y la teología, áreas en las que ha dibujado, escrito y enseñando. Unidad espiritual que sigue viva por la biodiversidad y el potencial humano que aún quedan, a pesar del caos climático mundial, las guerras y los conflictos. Sin embargo, la idea del fin del mundo ha llevado a algunos “a una psicología autodestructiva. Sin una idea de futuro, el comportamiento cambia.” (Ibíd). Esta mentalidad catastrofista afecta hoy sobre todo la salud mental de los jóvenes. Seguramente hemos oído esta frase: “Los seres humanos somos una plaga”. Con el citado Gaviria y algunos de ustedes no compartimos esa frase cierta pero pesimista: Somos parte de la naturaleza, con nuestros defectos. Claro que somos una especie demasiado prepotente, y sí, estamos destruyendo ecosistemas que nos tienen en la emergencia climática. Por eso, hay que remover consciencias y comportamientos insostenibles y descolonizar el pensamiento y seguir confiando en la creación artística y científica y avanzar hacia una transición socio-ecológica justa.

Un ejemplo de creación artística rebelde es esta exposición extraordinaria de RP. Y otra muy cercana a su tema central llega desde la lejana Asia, es La Vegetariana (2000), creación novelística de la surcoreana Han Kang, premio Nobel de literatura de este año, en la que aborda la relación del cuerpo y la naturaleza pues su protagonista Yeonghye decide dejar de comer carne y de vivir de un modo que cree insano, desatando una tormenta en el seno familiar y su entorno: «Si no comes carne, te devorará el resto del mundo» (p. 44), le dice a la protagonista su madre que intenta hacerla abandonar su dieta vegetariana. Esta novela reventó el orden “gracias a una protagonista delicada y segura que entrega su cuerpo al placer, la intuición y la belleza, literalmente al arte” (Martínez, 2024), señalando un camino a seguir: “Todos los árboles del mundo me parecen hermanos” (p. 106), dice. Su narrativa exquisita e inquietante, ambientada en el Seúl actual, es capaz de incluir una dimensión irreal en pleno trazado de la realidad en dosis adecuadas. Ella “transcurre durante el levantamiento civil sofocado brutalmente por la dictadura militar en su ciudad natal, Gwangju, en mayo de 1980 y constituye una historia sobre el sufrimiento y la resiliencia humanos considerada por la crítica como su mejor obra.” (EFE, 2024) Teniendo en cuenta las diferencias y semejanzas entre arte y ciencia, esto mismo hace la española Boticaria García en Tu cerebro tiene hambre (2024), libro científico que además afronta graciosamente el reto de acabar con algunos mitos y prejuicios sanitarios del mundo contemporáneo.      

Estamos, a pesar del sufrimiento nacional e internacional, en un momento clave “en el cual la humanidad debe recuperar la idea de que debemos asumir una absoluta convicción en que el arte y la cultura son esenciales en la posibilidad de imaginar un mundo distinto”, como bien afirma el actual ministro de este ramo. Por eso, “debemos aspirar a crear nuevas comunidades que nos ofrezcan otros caminos distintos en este mundo cansado de sentir en su piel las heridas de la insensatez” (Correa, 2024), mundo que debe entender que producir belleza como esta exposición del maestro Paredes -que es belleza estética en sí misma por encima de lo dramático que presenta-, es una ruta digna de admirar; quizá hemos olvidado que, después de todo, no hay mucho más que nuestra propia fuerza alrededor de la educación, de las ciencias y del arte rebelde como el que hoy nos convoca. Confiamos colectivamente en ellos para restañar las heridas de la crisis climática y de la violencia: Sabias rutas, caminos osados y pausados. Educar y hacer y leer arte y ciencia entroncan, pues, “con la búsqueda de sentido” –y son “un canto al sentido de la búsqueda–” que posibilita diálogo “con esa fragilidad que nos hace fuertes.”

Foto 4: En el centro, el escritor Dairo González Quiroz, a su izquierda el pintor Ricardo Paredes; a la derecha de Dairo, su esposa Delgys Romero y otros asistentes a la exposición en el Hall Signos y Leyes del Congreso de la República de Colombia, Bogotá, octubre 15 de 2024   

En este instante maravilloso de esta tarde inolvidable nos unimos por la magia pictográfica del pintor poeta para interrogarnos juntos a Beatriz Ordoñez (2024) acerca de uno de los temas de primer orden en este primer cuarto del siglo XXI: “¿Qué será de esta morada/—planeta incierto aporreado—/con su pulmón destrozado?” Y también juntos respondemos usando “energía verde, con recursos renovables valiosos e indispensables” para que la fiera del desorden climático mundial no nos siga mordiendo. Así, miraremos hacia el mismo horizonte esperanzador sin guerra, miedo ni pena, con una abeja cariñosa, alegre, suave, preciosa; “con las aves en su escena, /con nuestra propuesta plena/de no dejar destruida/nuestra morada querida;/con acciones consecuentes, /comprometidas, valientes” (Ibíd) como la de este arte surrealista del maestro Paredes del que emerge hermoso y rebelde, Por la belleza que queda, un gran destello que se irradia por toda la oscuridad de la población bogotana y colombiana para ayudar a construir otro mundo mejor con un extraordinario futuro.

Por su cálida atención, ¡gracias, infinitas gracias!

INDISPENSABLE TÁBULA GRATULATORIA

12 respuestas a «ARTE Y DESORDEN CLIMÁTICO»

  1. Excelente; muy bien por Ricardo Paredes y La Cop 16.
    Ojalá y esta maravillosa presentación en el Hall Signos y Leyes del Congreso de la República de Colombia y el desarrollo de La Cop 16; tengan un efecto positivo en la conservación de nuestro entorno natural.

  2. Maravilloso que el JAS (Colegio Distrital «José Asunción Silva»), siga haciendo honor a su nombre, gracias a sus artistas como Paredes (loor a él), y a ensayista lúcidos como Dayro González.

    1. Gracias maestro Borja por su lectura y comentario, usted también hace honor a ese nombre como narrador sobresaliente con sus novelas Al pie de la hoguera y Sangre Negra, La cruz de Jacinto.

  3. Excelente ensayo González teniendo ese gran Referente de los trabajos de RP los cuales están contenido de un tema muy universal que atañe a cualquier espacio del universo. Se hace necesario continuar divulgando su gran obra para ir discerniendo su mensaje con base en sus lienzos…

  4. Bienvenido este otro aporte, en pro de un futuro mejor, por lo menos en lo concerniente a lo natural, el arte en todas sus manifestaciones y culturas, coadyuvan en la difícil tarea de cuidar y mantener lo que nos queda de nuestro planeta. Gracias maestro Dayro, por seguir aportando desde sus letras, a un mejor mañana; por supuesto mi reconocimiento al maestro y artista Ricardo Paredes.
    Auguro un éxito total de la COP 16 en nuestro país, que las conclusiones y futuras acciones, permitan a las futuras generaciones, una mejor calidad de vida.
    Saludo Fraterno.

  5. El arte es una expresión reflexiva en el que en el lienzo, las paredes y los muros se explica de forma abstracta lo que puede estar sucediendo en la realidad y puede suceder. Estamos sometido a la sociedad del desperdicio en la acumulación de cosas que mañana se tiran a los basureros, una repetición constante que está conduciendo a los agotamiento de todas las manifestaciones de vida en el planeta. Antes de producir más cosas se hace necesario producir lo indispensable para el buen vivir.

  6. Doctor Dairo González Quiroz: Una felicitación por la presentación con el Doctor Ricardo Paredes autor del lienzo incendio forestal y toda la exposición del cambio climático en el Hall Signos. Dejando un interrogante muy claro: ¿Qué será en el futuro de este planeta tan tremendamente golpeado y con avance hacia su destrucción?

Responder a Alcides+Aguilar+Durán Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *