LUCES Y SOMBRAS DEL TRIENIO ESPECIAL

En homenaje a Sandra Liliana Heredia por su pulcritud profesional, rigurosidad jurídica e inmensa valentía al condenar al expresidente Álvaro Uribe Vélez a 12 años de prisión domiciliaria por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal -un delito menor comparado con otros más por los cuales está denunciado-. Honor, gloria y respeto para esta gran jueza colombiana: “Que su ejemplo ilumine el camino de quienes no se doblegan ante el poder ni el miedo. Que su nombre quede escrito en la memoria colectiva como sinónimo de decoro judicial.» (IA)

¡Amables lectores sentipensantes y multicreyentes!, es indudable que el mandato del presidente Gustavo Petro Urrego -GPU- y de la vicepresidenta Francia Márquez Mina (FMM) ha sido único, no ha sido como han sido los otros; sus férreos opositores creyeron que el primer Gobierno de la izquierda colombiana sólo significaba un cambio de Gobierno sin cambiar ni renovar ni muchos menos romper con estancamientos históricos y hábitos políticos tradicionales del país que ha carecido de ética, ha generado la corrupción, el engaño, el abuso de poder, la impunidad. El binomio P-M era inevitable, según Alejandro Gaviria (2024), la democracia colombiana tenía que pasar por ahí. Hay un aprendizaje. Políticos que antes gobernaron y ahora aprenden a hacer oposición, la izquierda que siempre fue oposición y ahora aprende a gobernar.

¿Cómo dudar que están pasando cosas nuevas en Colombia con la llegada de GPU y FMM al poder? Asuntos innovadores que desaparecen o aumentan a medida que avanza este ensayo, para dar paso al Petro duro y guerrero de siempre, el primer presidente exguerrillero que, a sus 64 años, defiende palmo a palmo su gestión, pero en el que asoman también las amarguras y decepciones del poder, parecidas a las que asoman en Francia a sus 45 años. La primera afrodescendiente en ocupar la Vicepresidencia de Colombia, mujer fabulosa, luchadora y admirable, ¿cómo dudar de que este gobierno es a la vez saludable y peligroso? Saludable, porque llevábamos demasiado tiempo en manos de una casta mezquina y corrupta, que nunca ha tenido escrúpulos. “Peligroso, porque no todo cambio es un cambio para bien, y porque si no se aprovecha correctamente la única brecha de indignación y de esperanza que se ha abierto camino en nuestra historia, podríamos terminar peor de como empezamos.” (Ospina, 2024) Iluminado por sus luces y bajo sus sombras, una mirada al trienio petromarquiano, a un año de su finalización, es lo que ahora nos convoca.

Como este poder presidencial se ha ejercido entre tantos medios de comunicación privados adversos y tantos líderes políticos abiertamente autócratas exhibidores de “eximias maldades como signo de tanto vigor y fuerza de ánimo como de yerro y desmesura” (Montaigne, 2014:1863), hay pocas cosas sobre las cuales podamos emitir un juicio totalmente imparcial, “porque pocas cosas hay en las que, de un modo u otro, no nos vaya un interés personal.” (Ibíd:1793) Pero dejemos que lo declare la razón, que es inflexible e impasible, si es que ella puede lograr la libre observación de las luces y sombras gubernamentales, o si no acudiré a la intuición: “Si la acción no tiene cierto destello de libertad, carece de gracias y honra” (Ibíd: 1883), lo obligado difícilmente puede lograr mi voluntad.

Los más rudos y difíciles de los cargos, a mi ver, son el de ser presidente y vicepresidente en un país tan compleja como el nuestro, cuando se desempeñan dignamente. “Ser presidente es de una infelicidad absoluta. Es un sacrificio”, asegura GPU asomando las amarguras y decepciones del poder. Y la vicepresidenta piensa que así sea la función más superflua e insignificante -es consciente de ciertas disfuncionalidades que le suscitan reflexión sobre su utilidad- se vuelve uno de los cargos más peligrosa de Colombia; ella narra conmovida después de romper su silencio frente a ataques y exclusiones: “Pasé de ser el fenómeno político, la heroína, a ser la traidora” porque “en este país, cuando una mujer negra asciende, la sospecha la persigue… Se nos quiere como símbolo, pero no como un pueblo con voz”. Disculpo yo algunas faltas nimias de la dupla P-M en consideración del horrible peso de su carga, que me pasma. Es difícil guardar la mesura en poderío tan desmesurado.

En verdad, Gustavo alcanzó el poder político, pero su vida familiar se alteró de manera dramática; al respecto, su narrativa es como un viaje a la melancolía porque él no es feliz en la Casa de Nariño. Según Armando Neira (2025), nunca lo ha sido desde que se mudó allí. Apenas llevaba unas horas en su cargo cuando, por primera vez, salió en su condición de jefe de Estado, el 8 de agosto de 2022, y mostró su melancolía: “El palacio es bien triste, bien frío”. Guardando diferencias, algo parecido le acontece a Francia: “Tengo ganas de gritar… como este país nos arrastra en sus narrativas de exclusión, nos asfixia en sus desconfianzas y luego nos culpa por no respirar”. Es evidente que Petro y Márquez “conocen poco la verdadera alabanza, estando como están bombardeados por tan constante y uniforme aquiescencia.” (Montaigne, 2014: 1795) Sin dudas, es complejo entender las entrañas del poder.

Igualmente es difícil entender el poder que tiene Armando Benedetti -AB- sobre el Gobierno del Cambio. Con su aterrizaje en la Casa de Nariño es inevitable recordar su voz extorsionando a los gritos a Laura Sarabia, hoy excanciller, en los audios publicados por Semana. “Un personaje con múltiples investigaciones en la Corte Suprema de Justicia, con un irrespeto evidente a la institucionalidad y con serios cuestionamientos sobre él, ¿de verdad merece tanta cercanía al mandatario? ¿O hay una parte de esta historia que no conocemos los colombianos?… Todas las personas merecen una segunda oportunidad. La rehabilitación, además, es un proceso que necesita el apoyo de la sociedad. Pero lo que ocurre aquí va mucho más allá de una historia de superación personal y nos acerca a los pozos de la politiquería…” (elespectador.com, 2024)

Sea como sea, Petro es un presidente sagaz, hábil y muy polémico; un atrevido dirigente y un líder político popular “que se crece ante la adversidad o frente a una tribuna, donde se emociona y se deja llevar por el verbo. Desde hace tres años pone a diario la agenda nacional y ha echado a andar cambios que comienzan a transformar el país en beneficio de amplios sectores, a pesar de la férrea oposición del poder tradicional, acostumbrado a manejar lo público a su antojo.” (González, 2025) A pesar de esa implacable oposición o por ella, el presidente es terco, cerrado en sí mismo y parece que solo escucha a su alter ego, Petrosky o Petrum, que cuando se alborota pelea hasta con su sombra y si escribe tuits en la madrugada nos pone a temblar. He llegado a pensar con Guillermo González que el principal saboteador del gobierno es el propio Petro, pero esa sensación pasa rápido cuando observo a sus contradictores. Basta con que el presidente proponga una reforma para que los poderes de siempre traten de bloquearla a través de sus políticos, sus medios de comunicación y sus organizaciones gremiales. El poder tradicional no quiere ceder un ápice.

Sin embargo, al principio, la pareja presidencial fue tierna, “quiso conciliar y formó un gabinete de unidad nacional hasta diciembre de 2022, cuando Cecilia López, Antonio Ocampo y Alejandro Gaviria” (Londoño, 2024), líderes de esa clase política tradicional, “lo apuñalaron en las gradas del Capitolio.” (Ibíd) Enseguida dos expresidentes salieron demagógicamente a los medios a sermonear: César Gaviria: «Se los dije, es imposible trabajar con Petro». Andrés Pastrana azuzó: “Gustavo Petro es un cobarde totalitario que no tolera la crítica”. Ah, con razón Aristóteles y Platón decían que la demagogia es la corrupción de la República. Mas Petro precisó: “Gaviria es un egoísta social con ideas envejecidas”. Y “Pastrana es de castas hereditarias que no les gusta la igualdad y cosas de esas”.

En Colombia el odio y el resentimiento han prevalecido. Pienso que no se puede entender el Pacto Histórico -PH-, Partido político del binomio gubernamental, y el 30% de la población más o menos inamovible, que por mucho que pase y por mucho escándalo que haya, no deja de apoyarlo apasionada y conscientemente ya que la Casa de Nariño sí ha logrado conectarse con reclamos históricos que habían sido ignorados, pero sin entender que está soportado a veces en unos sentimientos de odio, de envidia, de resentimiento. Tampoco el 20% del otro lado, liderado por partidos de derecha y ultraderecha, que tiene sentimientos parecidos o peores a estos últimos. Por eso la conversación debería empezar por tratar de entender el odio y el resentimiento del otro, que conduce a la polarización de una Colombia desunida y el año electoral -2026- a la vuelta de la esquina. Esta estadística parcial del Arte, la cultura o sociedad del odio es explicada por mí en este blog en un texto así titulado.

Enfatizaría que el debate público en el país lleva años secuestrado por las bestias de la polarización y la confrontación, y que la falta de criterio al momento de enfrentar realidades complejas como el caso Uribe son pan de cada día: realidades que tienen que ser enfrentadas con mucha mesura e inteligencia porque caer eternamente en sus garras sería el acabose. E incluso la grosería se ha vuelto común en la sociedad actual, la que ha llegado hasta el Gobierno del Cambio en el que están personajes toscos de la indecente categoría nefanda como el jefe de gabinete el autodenominado pastor Alfredo Saade y los ministros de Educación Daniel Rojas y del interior AB. “La grosería, por supuesto, no es un rasgo exclusivo de la izquierda; ahí está para demostrarlo el caso…Uribe” (García, 2024), quien ahora con la declaratoria de su culpabilidad está más dispuesto que nunca a darle en la jeta a cualquier marica.

En medio del ambiente odioso, polarizado y grosero, GPU entró al Congreso el pasado 20 de julio sin su vicepresidenta, y lo abandonó también sin ella, quien se sentó a una distancia prudente de él. La relación ha llegado a su peor punto después de que ésta lo cuestionó en un Consejo de Ministros televisado en febrero de este año, donde aludió a un posible chantaje del ministro del Interior al mandatario. Petro no le perdonó la ofensa, y las cosas empeoraron cuando escuchó los audios de Álvaro Leyva -AL- que mencionaban a Márquez. En su discurso ante ese órgano legislativo el presidente no habló de ella, ni del ministerio de la Igualdad, ni de la vicepresidencia. Solo dejó una frase para quienes sigan pensando que alguien lo extorsiona: “Yo no tengo cadenas, no le debo nada a nadie, y nadie puede extorsionarme o chantajearme”.

El inconveniente del poder vice y presidencial, que he puesto de relieve, tiene su origen en AB pero sobre todo en el caso AL, quien fue sancionado disciplinariamente en febrero de 2025 por la Procuraduría General de la Nación debido a irregularidades en los trámites de la licitación de pasaportes en la Cancillería, cargo del que fue separado en abril por el presidente a solicitud de esa entidad debido a esas y otras irregularidades. Poseído por un rencor rancio, al verse despojado de poder, el excanciller bogotano se dedicó a buscar todas las formas de desacreditar al presidente. En largas misivas puerilmente adornadas, hablaba de supuestas enfermedades de GPU, “de consumos desmedidos de sustancias, de abandono del cargo y de cuanta cosa se le pasó por la mente. Relataba episodios sórdidos solo respaldados por su propia imaginación que, por supuesto, fueron aplaudidos hasta rabiar por los odiadores de Petro. Una tras otra, las cartas fueron sucediendo y, de tanto en tanto, fueron haciendo mella incluso en personajes serios de la vida nacional. Nos dimos cuenta de que estas no eran simples misivas de un hombre despechado por la orfandad de poder. Estaba todo calculado: Leyva quería ambientar en el país una incapacidad del presidente para gobernar.” (Nicholls, 2025)

Fueron Audios publicados el pasado 29 de junio por el periodista hispano Juan Diego Quesada en el diario El País de España los que revelaron la intentona del excanciller neoconservador -supuestamente progresista- quien habría buscado posibles apoyos en el gobierno estadounidense, en la vicepresidenta, en algunos empresarios, en el ELN y el Clan del Golfo. AL habla de sacar a ese tipo de su puesto y de adelantar las gestiones que sean necesarias para lograrlo. También de reuniones en USA -el pobre arrodillado- que le resultaron infructuosas y de cómo se sentía por encima de Francia, asegurando que estaba jugada, “sin más pruebas que su propio prejuicio para sustentarlo.” El hecho parecía sellar una conspiración contra el primer mandatario iniciada con la difusión de dichas cartas que lo señalaban de drogadicto: “Vileza de bajos fondos, un atentado personal que deshonraba más al agresor que a la víctima”, lo califica con maestría Cristina de la Torre (2025).

A raíz de las cartas y la conspiración de AL, y a propósito de una visita a Chile, Petro aclaró: “Lloré en mi discurso que di en La Moneda, allí no había ido y se conmemoraba los 50 años del golpe de Allende, supongo que por eso habla de comportamientos extraños, asuntos de mi adicción por la libertad”. Enseguida habla de su visita a la casa de uno de los poetas más célebres de la historia: “Confieso que con ayuda del presidente Boric, me escapé y pude ir a Isla Negra, a casa de Pablo Neruda, cerca a Valparaíso. Me encantó Valparaíso donde los jóvenes en las librerías me saludaban y me encantó volver a comprar libros de Neruda y visitar su casa. El poeta del mar y del canto general de los oprimidos. Trato de escapar, es cierto a ver los lugares de los libros que leí”, finalizó.

Volviendo al discurso del 20 de julio, el presidente prosiguió: “Ya no debaten sobre si habría que masacrar a los jóvenes. Ahora debatimos sobre los problemas del pueblo, y eso sí se llama democracia”. Igualmente, anunció que, gracias a los incrementos del salario mínimo, la economía ha crecido un 2,7 %: “Subí el salario mínimo como ninguno. Aún me queda un año, voy a aprovechar”, aseguró. Asimismo, lanzó pullas a algunos exministros, a quienes ya ha señalado de haberlo traicionado, agregando que ellos “terminaron siendo más de derecha que progresistas”. Hizo un leve reconocimiento: “Les quiero agradecer a las mayorías del Congreso su actitud cuando decidieron aprobar las reformas laboral y pensional.” Por último, su balance resalta la buena marcha del agro y el empleo, pero omite un déficit fiscal que genera malestar y dudas. En síntesis, la economía colombiana con el binomio petromarquiano va bien, pero los analistas resienten la falta de un rumbo claro frente a la deuda.

El análisis de esa sombra gubernamental es justo, pero el cerco que han construido contra el gobierno los mass media, “con contadas excepciones, no tiene comparación en la historia reciente. Gota a gota, día a día buscan desgastarlo, no solo desconociendo sus logros, sino muchas veces esparciendo informaciones tendenciosas, tergiversando o mintiendo. Se oponen ciegamente al cambio y a las reformas. Cuanto venga del gobierno les parece malo… Es lógico que, como todo gobierno, este debe ser sometido al escrutinio público. Pero una cosa son las denuncias y los análisis, gracias a los cuales el gobierno ha podido controlar en parte su grave problema de corrupción en las altas esferas, y otra cosa es el saboteo constante a que ha sido sometido.” (González 2025) La corrupción, sentencia Michel Montaigne (2014:1843-5), se produce gracias a la contribución particular de cada uno de nosotros: unos aportan la traición, otros la injusticia, la irreligión, la tiranía, la crueldad, según sean más poderosos; los más débiles ponen la estupidez, la vanidad y la ociosidad. 

Francia levantó la voz por Osuna, 09 de febrero de 2025 https://www.elespectador.com/opinion/caricaturistas/osuna/francia-levant

Para contrarrestar la avalancha de propaganda en contra, dice Guillermo González, el instrumento preferido del presidente es Twitter o X, en donde es el político colombiano que cuenta con mayor número de seguidores. Allí, además de esbozar sus planes y proyectos, y de dedicarse a defender sus propuestas, desnuda no siempre en los mejores términos las manipulaciones de medios, políticos y voceros de los poderes tradicionales, dejando al descubierto sus estrategias. También allí en las redes sociales cuenta con un ejército de seguidores que defiende al gobierno y hace contra información en forma radical. Un nuevo contrapoder que, a veces con excesos, ha ido dejando al descubierto la manipulación de los medios tradicionales. En Twitter GPU “además diserta a su antojo sobre lo divino y lo humano, no revisa los errores en su escritura antes de enviar los mensajes, casa peleas innecesarias; tuitea sin pensarlo dos veces lo que se le va ocurriendo, retuitea lo que va encontrando en la red y le gusta, sin reparar en el origen y en si es cierto o no” (Ibíd) lo que le resta apoyos y credibilidad.

Sus trinos son muy agresivos, dicen. “Home, el trino es agresivo por definición. Trinar con mesura, decir por ejemplo que «algunas periodistas son en realidad muñecas de una mafia un tris infame» no es un trino, es un huevo-sin-sal. Si el presidente amaneciera delicado y trinara que «solo algunos empresarios colombianos son miserables» hasta María Jimena Duzán pensaría que está drogado… El estilo del presidente toma la forma del auditorio que lo contiene: es gaitanista en la plaza pública, tecnócrata en las asambleas de los empresarios y reduccionista y camorrero en X. Petro dice lo que tiene que decir en el lenguaje que el momento exige”, apuntala Londoño (2024)

A pesar de eso, yo no puedo dejar de subrayar los errores frecuentes de GPU en lo que escribe para que lo lea el pueblo al que respeta. Él escribe de manera tan caótica y desarticulada que irrespeta a ese pueblo porque está llenos de errores digitales, ortográficos, y gramaticales -verbigracia, verbos descontrolados-. Me interesa mostrar con Bonnett (2025) que Petro valora poco su lengua, a la que en vez de explorar en toda la riqueza que encierra, maltrata de una manera notoria; pero tampoco valora a su interlocutor que se merece un discurso coherente. ¿Cómo puede un hombre docto como él, capaz de citar a Hegel y a García Márquez, a Foucault, a Deleuze y a Antonio Negri, cometer esos errores? ¡Estimado Petro!, necesitamos sólo mensajes concretos, claros, sin retorcimientos: las palabras importan… y preocupan aún más en el primer presidente de izquierda.

Capítulo aparte merece la televisión pública, “que en principio no debería ser un instrumento del gobierno sino del Estado. Pero en la situación actual, si el gobierno no contara con Señal Colombia y el sistema informativo que utiliza, no existiría un medio que le contara al país sobre sus realizaciones y programas… La alternativa podría ser un canal gubernamental y otro que cumpliera las funciones de comunicación estatal; un tema que necesita análisis de fondo. De todas formas, vale la pena señalar que en el informe anual 2025 del Instituto Reuters, en el aparte Puntuación de confianza en cada medio, Señal Colombia aparece hoy como el segundo medio más creíble, después de Noticias Uno.” (González, 2025)

Por mis convicciones, voté con entusiasmo por Petro en la primera vuelta en 2022 por todo lo que expresé en la columna denominada A boca de urna por un mejor futuro. Pero siempre me ha generado “desconfianza su incapacidad de construir y coordinar equipos eficaces de gobierno y su talante mesiánico, que lo hacía poco proclive a aceptar acuerdos. Consideré que Petro podría ser un presidente problemático en un país polarizado y con un Estado de derecho frágil.” (Uprimny, 2025) Sin embargo, compartí los propósitos de cambio del binomio Petro-Márquez y por eso -y por el salto al vacío que significaba una presidencia de Rodolfo Hernández- voté por la dupla en segunda vuelta, como lo expliqué en otra columna denominada No más miedo a la esperanza.

Tres años después, no me arrepiento de esas decisiones. Sigo convencido al igual que Rodrigo Uprimny de que esa pareja tiene razón en promover reformas profundas a nivel tributario, agrario, pensional, laboral, educativo y salud. Esa agenda de cambio social por la cual voté en segunda vuelta es acertada si queremos una democracia más profunda y un desarrollo más incluyente. Mas este trienio único con algunas salidas en falso -televisadas o no- me confirmaron que, infortunadamente, mis desconfianzas hacia Petro y Márquez como gobernantes estaban más que justificadas.

Pero mis desconfianzas justificadas no me impiden seguir observando otras luces de la dupla de este Gobierno queha empoderado con sus discursos a sectores tradicionalmente marginados como campesinos, indígenas, afrodescendientes y habitantes desprotegidos de las ciudades, mostrándoles que son colombianos, que tienen derechos y que para conquistarlos deben organizarse para luchar por ellos.” (González, 2025) Además, hay un factor que es fundamental: “el inicio de la transformación de las Fuerzas Militares, que durante décadas se desempeñaron como una especie de ejército de ocupación. A pesar de ser pagados con los impuestos de todos, nuestros cuerpos armados se dedicaban casi que exclusivamente a proteger los intereses de los más poderosos, mientras reprimían a sangre y fuego los reclamos y las protestas sociales.” (Ibíd) Los altos mandos militares pasaban por la Escuela de las Américas, que durante años fue usada por EE. UU. “para entrenar a los ejércitos de América Latina en la doctrina del enemigo interno que había que destruir, y en esa clasificación cabían defensores de derechos humanos, sindicalistas, profesores, periodistas, estudiantes, campesinos, indígenas, afrodescendientes y todo aquel que osara levantar la voz para protestar, a quienes se calificaba como subversivos o comunistas.” (Ibíd)

En desarrollo de esa política, también llamada Doctrina de la Seguridad Nacional, “los militares llegaron a utilizar las más inhumanas prácticas, en complicidad con el poder civil y junto con organismos de seguridad del Estado: desde las torturas, las violaciones y las desapariciones forzadas en los años ochenta, pasando a ser cómplices y aliados de paramilitares, narcotraficantes y políticos de extrema derecha en los años ochenta y noventa, cuando esa funesta alianza, supuestamente armada para combatir a las guerrillas, cometió cientos de masacres en pueblos y veredas de diversas regiones -despojando a los pobladores de sus tierras-, así como el asesinato de dirigentes políticos y sociales.” (González, 2025) Se contaron entre ellos cuatro candidatos presidenciales, y ejecutaron el genocidio de más de cinco mil integrantes del partido político de izquierda Unión Patriótica. “Sumando lo anterior, las fuerzas progresistas quedaron prácticamente acéfalas por varias décadas.” (Ibíd)

Luego, a comienzos del siglo XXI, en los tiempos de la Seguridad Democrática del expresidente culpable de soborno, un delito menor a los mayores supuestamente cometidos, realizaron los mal llamados falsos positivos cuando, “bajo las órdenes de sus superiores, integrantes de las Fuerzas Armadas asesinaron a sangre fría a más de seis mil jóvenes indefensos, para ser presentados como bajas en combate y mostrar que el gobierno de Álvaro Uribe iba ganando la guerra. Durante ese periodo también fueron usados los organismos de seguridad del Estado, como el hoy extinto DAS, para perseguir, hostigar y llegar a asesinar líderes sociales, jueces, profesores, periodistas.” (González, 2025) Esas fuerzas armadas están cambiando, gracias al actual gobierno. “Basta el ejemplo de su trabajo conjunto con los indígenas del sur del país para el rescate de los niños indígenas perdidos a raíz del accidente aéreo. Ver al hoy ministro de Defensa…, en ese entonces general activo, cantando el himno de la guardia indígena al celebrar el hallazgo de los niños, fue un gesto que mostró un cambio radical en una relación que, por decir lo menos, había sido siempre conflictiva, con un duro historial de enfrentamientos.” (Ibíd)

Considero al binomio P-M como una oportunidad única para Colombia. No obstante las diferencias vistas, creo en la sinceridad de la indignación de ambos, en la gran convicción del discurso sobre el cambio climático, sobre la necesidad de la reforma agraria y la paz total. En ellos conviven dos ambientalistas sinceros y dos autócratas indomables, dos rebeldes furiosos y dos pragmáticos ambiciosos, un hombre y una mujer que anhelan el bienestar social y dos solitarios conflictivos y taciturnos -P más que M-, dos políticos lúcidos y a menudo brillantes y dos aventureros imprudentes. A ellos les encanta ser tribunos, ser héroe y heroína, “predicar bajo los reflectores”.

Yo -palabras de William Ospina (2024) que hago mías-, que he soñado siempre con que Colombia cambie, ¿cómo voy a oponerme a la matrícula cero en la universidad pública? Pero sé que el problema de nuestra educación no es apenas de cupos, es de contenido, de conexión con la realidad, de incorporación a otra dinámica de país: asuntos sobre los cuales se ha trabajado poco. Yo, que he denunciado siempre el criminal despojo de tierras por la violencia, la destrucción del país agrario y la expulsión de los campesinos, ¿cómo voy a oponerme a que se repartan tierras y se intente un poco de justicia en el campo? Yo, que siempre he denunciado la pobreza que paraliza a las mayorías, y la indigencia tan extendida que es una vergüenza para toda la sociedad, esa desigualdad que condena a todos los gobiernos anteriores, ¿cómo voy a oponerme a que se den subsidios a los pobres, a que se genere por fin, y se incremente, la mesada para las personas mayores, y a que la gente pobre sienta que hay un Estado que piensa en ella? ¿Cómo censurarle a P. y a M. que señalen las viejas injusticias y los viejos crímenes de un régimen que lleva décadas viviendo de nosotros y de nuestras esperanzas?

Cómo olvidar en este trienio aquellos días de paros arroceros, camioneros, mineros y demás, cuando todo el país esperaba que Petro hablara de ellos y habló de Israel y otros asuntos un poco medio des-orienta-do. “Definitivamente la gasolina es políticamente explosiva”, pues, siempre ha subido el ACPM: el arroz, la carne, la papita y el Maduro. Luego ¿paro para qué? Lo que sucede es que “Le están dando de su propia medicina”, comenta complacido un antipetrista radical que solo apuesta al fracaso del Gobierno, sin aceptar que en estos casos ha actuado con responsabilidad fiscal, como lo han reconocido los economistas serios e imparciales como Salomón Kalmanovitz y Eduardo Sarmiento, al igual que imparciales columnistas críticos como Enrique Santos Calderón y Julio C. Londoño.

Claro que también hay columnistas serios parcializados como Mario Mendoza, William Ospina, Juan Carlos Botero y Piedad Bonnett: “Mario Mendoza sostiene que Petro es paranoico y que tiene pésimos modales. Parece ignorar que los temores de Petro por su vida son compartidos por el embajador estadounidense en Colombia, y que el “golpe blando” es en realidad la ofensiva, durísima y sin precedentes, del establecimiento contra un gobierno. Mendoza calla que Cecilia López, Alejandro Gaviria y José Antonio Ocampo le metieron a Petro una puñalada trapera en diciembre de 2022, pero afirma que el presidente mostró “pésimos modales” al botarlos del gabinete… Debe considerar que la traición es un detalle de fina coquetería.” (Londoño, 2024)

William Ospina nos enrostra que el país se extravió para siempre porque no votamos por Óscar Iván Zuluaga en 2014 ni en 2022 por un varón magnánimo, el filántropo Rodolfo Hernández. También se han pronunciado contra Petro “Juan Carlos Botero y Piedad Bonnett. Varias de sus críticas son válidas, lo reconozco, pero debían anotar en aras del equilibrio que este Gobierno ha enfrentado la oposición más formidable de su historia. ¿Por qué no cuentan que Petro fue el muchacho que organizaba mingas para la construcción de urbanizaciones populares, el joven que padeció torturas en las mazmorras de la Policía, el senador que destapó la olla del “carrusel de la contratación” en su propio partido, el senador que ayudó a extirpar el desovadero de serpientes de los parapolíticos en pleno Capitolio, el guerrillero que se tomó sin disparar un solo tiro la Alcaldía de Bogotá y la Presidencia de la República después de dos siglos años de hegemonía liberal-conservadora, el presidente que puso en el centro de sus programas de gobierno el agua y el medioambiente, el que abrió el debate sobre las reformas más necesarias y de mayor calado de nuestra vida republicana?” (Ibíd)

A propósito de las políticas del binomio P-M, junto con Michael Ceaser (2024) consideramos que la más positiva es también la menos popular: el alza de los precios de los combustibles. Ese binomio lo hace para cubrir el déficit que los subsidios a los combustibles generan en el presupuesto nacional, lo cual es fundamental. Además, es una política de justicia social y ambiental, ya que la gente humilde se transporta en bicicleta, a pie o en bus. Son los dueños de carros privados y camionetas 4×4, generalmente de mayor poder adquisitivo, quienes reciben una parte desproporcionada de los subsidios, a pesar de ser quienes menos lo necesitan. Este subsidio, además, fomenta la contaminación, el cambio climático y el sedentarismo, afectando nuestra salud y el medio ambiente de múltiples maneras. Al incentivar el uso excesivo de vehículos privados, también perjudica la calidad de vida urbana: genera más contaminación, trancones, ruido y smog. “Es interesante notar que en los países con la mejor calidad de vida, el combustible es caro, pero esos recursos se destinan a financiar una policía eficaz, hospitales de calidad y un buen transporte público…” (Ibíd)

Las Cortes también hacen parte de “la gran minga del establecimiento contra el Gobierno. La única reforma que el Gobierno del Cambio había logrado concretar, la primera reforma tributaria progresiva en la historia del país, está siendo mutilada brutalmente en la Corte Constitucional. Por medio de una sentencia exótica, el alto tribunal declaró inconstitucional el cobro de impuestos a las regalías de las empresas extractivas. Seis billones de pesos irán de las arcas del Estado a los bolsillos de los pobres viejecitos de las multinacionales mineras. Para subrayar esta filantropía inversa, la Corte incuba otro huevo de serpiente: el impuesto a los patrimonios superiores a los tres mil millones de pesos también será declarado inconstitucional. Cuando el presidente rezonga contra la magnanimidad de la Corte, la gran prensa, la oposición y hasta los descamisados lo tildan de dictador y de torpedear el equilibrio de poderes.” (Londoño, 2024) Lo mejor sería que dicha Corte se declare inhibida.

Curanderos Díaz Balart y Leyva por Chócolo, mayo 9/25 https://www.elespectador.com/opinion/caricaturistas/chocolo/chocolo-

“Presidente: su actuación en el caso de los deportados fue fatal. No responda con trinos los trinos del amo del mundo. No sea igualado. Aprenda diplomacia, no diga, por ejemplo, esto es un ultimátum, diga «es solo un penultimátum». Cuando el hijo de migrantes, el criminal condenado por la justicia estadounidense, atropelle los derechos de los migrantes colombianos y los tilde de criminales, no responda con trinos poéticos, lo suyo no es la poesía. En el mejor de los casos, los presidentes colombianos son apenas gramáticos, nunca poetas. En suma, no trine.” (Londoño, 2024) Ese mundo pertenece al binomio facho-judío, Trump & Elon X. “Obró mal su equipo. Fue desconsiderado resolver el mismo domingo 26 la crisis que armaron usted y Trump. La prensa y la oposición alcanzaron a relamerse ante «el peor impasse de nuestra historia» y les costó mucho ocultar luego su decepción” (Ibíd), pero les volvió el alma al cuerpo a los pocos días gracias al suculento plato que usted les sirvió, el zambapalo de ese consejo de ministros inolvidable.

¡Presidente!: coincido con usted y con Julio César Londoño. Benedetti es loco, como Bateman, y el sancocho nacional exige ingredientes un tris tóxico, como AB. Si quería alborotar el avispero y seguir marcándole la agenda a la oposición, sentarlo a su siniestra fue un movimiento semiótico y magistral. Pero poner a Laura en la Cancillería sí fue un error. Otro. Está demasiado joven, pensamos todos los adultos mayores de la tribu, incluido Leyva, el viejo sabio que lo convenció a usted de que, ahora sí, el ELN estaba interesadísimo en el credo de la paz total. Adoro sus ministros, presidente. Les tiembla la voz para atacarlo pero arremeten en tiempo real, en pleno prime time y usted los calla sin alzar la voz, con ese elegante yo mayestático: «Silencio, está hablando el presidente». Lamentable la renuncia del ministro de Cultura. Harán mucha falta el carácter y la agudeza de Juan David Correa. No hay nada qué hacer, presidente. Usted es un filósofo de la política y le sobra corazón, pero la poesía y la cultura no son lo suyo.

Como a GPU le sobra corazón, no se sabe exactamente cuándo Verónica Alcocer dejó de celar a su marido, “pero fue hace bastante tiempo. Nunca objetó la presencia de Laura Sarabia al lado de Petro, presencia que, si se cuenta el tiempo de la campaña, suma casi cuatro años.” (Donadío, 2025) Ella tiene hoy 30 años, edad similar a la de Leszli Kalli, una de las colaboradoras de Petro en la alcaldía de Bogotá con la cual Alcocer sentía celos; aunque “no se sabe cuándo Verónica abandonó el hogar, pero es un hecho notorio que la primera dama no vive con el presidente ni viaja con el presidente. No se saben los motivos de la separación de facto.” (Ibíd) ¿Tienen que ver con el carácter del presidente? ¿Con la química de su cerebro? Sea cual fuere la razón, no se puede culpar sólo a él porque ella también tiene algo que ver. Lo cierto es que la disolución del matrimonio del presidente corre pareja con la terminación y remate de su Gobierno.

Sin embargo, en estos días, el mismo presidente indicó que Alcocer ha estado en los últimos meses en Europa mantenido ciertas funciones como reuniéndose con diferentes figuras de la diplomacia y también representando a Colombia junto con la excanciller y próxima embajadora Laura Sarabia en los actos fúnebres del papa Francisco, realizados en el Vaticano en abril de este año. Además, Verónica ha estado acompañado a sus hijos, que residen en Europa por sus estudios, y estuvo en Suecia en un curso de verano aprendiendo inglés que culminó hace varias semanas.. Por todo ello, poco se le ha visto en los eventos nacionales del Gobierno, como era usual en los dos primeros años del actual mandato lo que también fue muy cuestionado.

Por otro lado, los conocedores del manejo tradicional del poder aseguran, como si fuera lo más natural, que si el GPU decidió arropar a AB, “un personaje con tantos cuestionamientos como años tiene de vida, y en contra de lo que indica la moral pública, es porque se inclinó por el pragmatismo político para ganar las elecciones del año entrante en las que –no se nos olvide–, se votará por su sucesor pero, también, por la renovación del Congreso. Este parecería ser el cálculo del jefe de Estado.” (Orozco, 2025) ¿Es así como Petro quiere ganar la contienda del 2026? ¿Vale todo por el poder?

Políticamente Colombia se divide en tres facciones: “hay una caverna que es alérgica a la paz y a la «indiamenta» y considera que Juan Manuel Santos e incluso Iván Duque son comunistas. La integran el Centro Democrático, Cambio Radical, Mira, la mitad de los verdes, la mitad de los liberales y 2/3 de los conservadores. El color de la facción del «centro» tornasolea entre el blanco pureza y el verde esperanza, entre la caverna y la «centro-izquierda», donde están el Pacto Histórico, un tercio de los azules, la otra mitad de los verdes y la otra mitad de los liberales. Está sintonizada con el país real, es capaz de imaginar la ruta que saque el país de su eterno feudalismo, y tiene casi todo el músculo necesario para lidiar con esa manguala formidable del viejo establecimiento que está dispuesto, como en los tiempos de Laureano, a incendiar el país con tal de recuperar sus privilegios… Digo que la centro-izquierda tiene «casi todo el músculo» pero en realidad no la tiene fácil, como se vio en las elecciones presidenciales y legislativas del 2022, en las regionales del 2023… Pero esto es sano porque la obliga a reinventarse de manera continua, la purga de autoritarismo y la inscribe en una órbita plural.” (Londoño, 2025)

Nuestro país, y ahora más con la condena de Uribe, “vive días de enorme tensión políticaEl hundimiento en el Congreso de la República del proyecto de consulta popular es un duro golpe al Ejecutivo, pero no es la derrota de Petro, el fin del Gobierno, ni la definición anticipada de las elecciones del 2026. Sí es una demostración más de la decadencia del Congreso, con sus ritos subterráneos y sus pactos de élite, un desafío a los trabajadores y sectores sociales, y, sobre todo, un enorme reto de la oposición al primer Gobierno de izquierda en 200 años, que llegó al poder, precisamente, por saber interpretar el espíritu del estallido social que sacudió al país en la pasada Administración.” (Ariza, 2025) El hundimiento del mencionado proyecto es un fuerte aguacero más que sufre un Gobierno que ha tenido pocos días de sol y muchos de tormenta en el Congreso. Una derecha y ultraderecha sin iniciativa política, “se aferra al bloqueo legislativo, para frenar el ascenso en las encuestas del presidente Petro, que ha logrado crecer su imagen positiva hasta un 42%, según los últimos estudios de opinión, gracias a su acierto en identificar la defensa de los derechos laborales perdidos en los gobiernos de César Gaviria y Álvaro Uribe, como un tema que une a millones de colombianos.” (Ibíd)

Volviendo a FMM, es necesario afirmar ha sido la primera funcionaria de alto nivel en visitar el triángulo que forman Barbacoas, Magüí y Roberto Payán en el sur de Nariño. Participó en la celebración que la gente negra de esa región “realiza en honor a su santo patrono, Jesús Nazareno. El seis de enero le celebran una misa con cantos de marimba y, enseguida, fieles venidos de todo el país se unen en una procesión que sigue los pasos de los portadores que llevan por todas las calles del puerto la talla de ese Jesús lacerado y sangrante.” (Arocha, 2025) Otra iniciativa suya sería Estrategia África, que ha sido muy vilipendiada por la oposición. “Su miopía sectaria le impide percatarse de que, en esta nueva coyuntura mundial, las grandes potencias se disputan las finanzas y los riquísimos recursos naturales del continente africano.” USA reedita maniobras para monopolizar uranio y cobalto de Katanga, “como lo hizo hace 40 años, cuando el líder congoleño Patrice Lumumba fue asesinado tras ser acusado de comunismo, a pesar de que promovía un panafricanismo…(Ibíd)

Ésta es una reivindicación muy similar a la que ha hecho FMM al abrir las puertas a la cultura, la historia y el comercio con África, así como al favorecer economías sostenibles y equitativas para las Afrocolombias y el resto del país. De este modo, el racismo ocultador de las contribuciones de la vicepresidenta es algo indiscutible. Por eso, ella tiene razón al afirmar: “El racismo les hace creer a quienes lo practican que no merecemos ni la dignidad, ni la vida… Hoy, se manifiesta en argumentos que indican qué puede o no decir una persona afrodescendiente… Ser mujeres negras no debería hacernos sospechosas…”.

A propósito, la gira de GPU a Haití fue jubilosa: fue recibido con aplausos “por un pueblo negro y pobre. Descubrir un busto es siempre quitar un velo, develar la historia y para eso fue la visita. Para honrar a los héroes olvidados. El hombre rebelde rinde tributo a sus iguales, habla con el bronce, le entrega significación al caos del presente. Haití es un país lleno de terror e infamias, pero el pasado es su gloria y hay que recordarlo. Llegar a esa pequeña isla destruida luego de privar a Davos de su visita significa mucho más. Su elección es siempre una lección. El hombre rebelde es también un apóstol, prefiere las llagas al oro, cura con su sermón. Un video dejó clara esa comunión lograda.” (Gaviria, 2025)

Así que la dupla P-M ha tenido un trienio difícil pero excitante, “con derrotas dignas, victorias simbólicas, traiciones que lo enaltecen, ataques ansiados. La imposibilidad de la paz total, luego de la masacre en el Catatumbo, mostró que su rebeldía armada tuvo su tiempo y su triunfo. Y que los supuestos revolucionarios de hoy, que se dicen sus socios, han pasado a la degradación y el sicariato. No entendieron el momento histórico de El Cambio, su triunfante revolución, no quisieron sumarse a su épica personal. De modo que llegó el momento de anunciar la guerra, una palabra difícil, pero que muestra sus bríos y desmiente a sus peores enemigos” (Gaviria, 2025), a la derecha o ultra que lo tildan de pusilánime. El estado de excepción también es un sueño para el hombre y la mujer que entienden la contradicción entre revolución y gobierno. Un poco más de poder, una tiranía provisional para servir a la humanidad, dirían los marxistas.

Y la apoteosis llegó, como ya dije, un domingo en la madrugada del primer trimestre de este año. Según Pascual Gaviria, GPU trató de romper las cadenas del imperialismo, de plantar la dignidad por encima del mundo y sus avaricias. Un David contra un Goliat. En 1951 Albert Camus publicó El hombre rebelde, un largo ensayo que reseña las penas de la utopía, los excesos de las revoluciones y las justificaciones morales de algunas atrocidades. Camus habla de la adhesión del hombre rebelde a “cierta parte de sí mismo”, a concebir sus valores como derechos irrenunciables. Los héroes románticos estuvieron entre los rebeldes, la belleza era su bandera frente a un mundo turbio, el sueño de la genialidad de los artistas convertidos en tiranos. Para seres rebeldes como Petro y Márquez las injusticias sufridas justifican los excesos, el frenesí es un arma necesaria para oponerse al mal.

Jorge Ramos, periodista mexicano, no le tuvo miedo al debate ante una audiencia del Hay Festival en febrero de 2025 en Cartagena, donde GPU tenía muchos críticos y unos pocos seguidores. De acuerdo con Osorio (2025), Ramos confesó que aunque no es admirador de Petro, le pareció bien que el presidente hablara por los derechos de los migrantes, cuando se enteró que estos estaban siendo deportados en cadenas y en aviones de la fuerza pública. “Alguien tenía que salir a defender a los colombianos, y Gustavo Petro lo hizo”, afirmó dos veces en su charla. El mexicano pidió no solo a los periodistas serios e imparciales que rompieran su silencio, como él lo hizo ante Maduro en 2019 o Trump en 2015, sino a todos los presidentes y ciudadanos alternativos y progresistas.

En torno al orden público, preocupa e indigna la forma como están matando a soldados y policías en un Estado que en 2016 firmó un Acuerdo de Paz que se pensó que sería la solución. Y en este último trienio con un presidente de izquierda que anunció que en sus primeros meses solucionaba el problema con la guerrilla, pero cuyas tentativas de paz total han enredaron un poco el orden público. “Estamos, por supuesto, ante un problema que viene de atrás y que tampoco resolvieron los múltiples experimentos de paz de sus predecesores. Todos, desde Carlos Lleras pasando por Belisario, Pastrana, Barco, Gaviria, Uribe, Santos etc., promovieron estrategias propias sin lograr un desmonte definitivo del conflicto armado.” (Santos, 2025)

En definitiva, ninguna táctica resultó: “ni la blanda de Belisario, ni la dura de Uribe, ni la pragmática de Santos, que si bien desmovilizó a la guerrilla más poderosa no llegó a desarmar a unos residuos criminalizados. Cada vez más entregados -llámense como se llamen- a la extorsión, el secuestro y la destrucción de la infraestructura económica del país… Tenemos la fuerza armada más adiestrada y con más experiencia de combate de América Latina, que sin embargo sigue registrando demasiados muertos en sus filas: este primer trimestre cayeron más de treinta uniformados. Una cuota de sacrificio inaceptable y alarmante, que obliga a preguntarse una vez más qué le pasa al Ejército, o si estamos ante una situación estructural irremediable, sin perspectiva de ponerle punto final a esta matazón de nuestros soldados y policías. A la que se han unido de manera descarada y desafiante los narco-sicarios del Clan del Golfo.” (Ibíd)

Por otra parte, la elección de la embajadora Laura Gil como la primera colombiana y mujer secretaria general adjunta de la OEA es un logro significativo para la diplomacia del país. “Se trata de una persona con una amplia trayectoria en la academia, como profesora y analista en temas internacionales, que ha colaborado con diversos medios de comunicación y, durante la actual administración, se desempeñó primero como viceministra de Asuntos Multilaterales en la Cancillería” (EE, 2025) y después como embajadora de Colombia en Austria, donde defendió un cambio de paradigma en la política de drogas ante la ONU y una visión de política exterior centrada en los derechos humanos, el multilateralismo y la equidad de género. El cargo que desempeña Gil es el segundo en importancia en la OEA. “Su labor está vinculada a temas internos de la organización: la planeación de las actividades y el funcionamiento de los órganos políticos como la Asamblea General, el Consejo Permanente, entre otros.” (Ibíd) Aunque fue postulada por el gobierno de Colombia, como ella misma lo recalcó, sus obligaciones son independientes de su nacionalidad.

Que una colombiana tenga un puesto de liderazgo en la organización nos beneficia a todos, es un triunfo de Estado dirigido en esta ocasión por la dupla P-M. Además, la adhesión de Colombia a la Nueva Ruta de la Seda y a los BRICS, la poderosa alianza de países con economías emergentes, que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, “así como el ingreso al Nuevo Banco de Desarrollo, NBD, que dirige la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, es la respuesta de Petro a las amenazas desde Washington a la autonomía nacional” (Ariza, 2025), capital donde se originan difíciles coyunturas externas impulsadas por Trump -quien se sitúa por encima de la ley, desconoce el derecho internacional y está seguro de gozar de impunidad absoluta- con quien Petro ha tenido conato de pelea en este periodo de cambios geopolíticos.

Por Magola o Nani, 11 de julio de 2025 https://www.elespectador.com/opinion/caricaturistas/magola/magola-246

Pero el afán de nuestro presidente de proyectarse como el líder latinoamericano que sí enfrenta a Trump lo lleva -a veces- a perder perspectivas. “El estilo imperial y arrogante de Trump es duro de soportar, pero más duro es cazar peleas que no se ganan y le salen caras al país. Petro ha dicho que no se arrodilla y no tiene que hacerlo, para desescalar una crisis que desembocará en la descertificación y en quién sabe qué otras medidas punitivas.” (Santos, 2025) Otra vez David y Goliat: confrontar al presidente delincuente norteamericano de tú a tú es riesgoso. Astucia, prudencia y diplomacia son armas poderosas que GPU debe seguir usando.

Finalmente, amables lectores pacientes, permítanme un decálogo conclusivo: UNO. Lamento con Londoño que en la prensa nacional no circulen los números magníficos de la prensa extranjera: dice que la Interpol dice que fuimos el segundo país del mundo en capturas de criminales peligrosos en 2024; que somos la sexta economía de la OCDE; que la inflación bajó del 10,8 % (agosto 2022) al 5,1 % de hoy; el desempleo del 11,3 % al 8,2 %; la deuda pública del 65 % al 47 % del PIB; la pobreza del 37 % al 33 %; y el turismo tiene 2.5 millones de visitantes más, cifra que nos convierte en el tercer destino latinoamericano. Los campesinos han recibido 440.000 hectáreas en los dos últimos años, mientras que Santos y Duque apenas entregaron 37.000 hectáreas. En 2024, el transporte aéreo de pasajeros creció 15 % y el transporte férreo de carga, 114 %. Se pagaron 50 de los 65 billones de la deuda del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, herencia uribeduquista. En 2023, la deforestación disminuyó 70 % y la desnutrición infantil 50 %. Estos números no demuestran que vivamos en el mejor de los mundos posibles, lo reconozco al igual que Londoño. Los enumeramos solo para matizar el apocalipsis que predica el grueso de la prensa nacional y, de paso, molestar a la extrema derecha que goza con la tragedia del Catatumbo y del Cauca y celebra los reveses del proceso de paz. Como buenos carroñeros, los trizas están felices.

DOS. A pesar de las cifras magníficas, algunos que, sin ser petristas, votamos por Petro, estamos petristes. Por la falta de grandeza y las arrogancias mutuas de la oposición y el Gobierno estamos perdiendo una oportunidad de oro para avanzar a una Colombia más democrática y equitativa y a un desarrollo más incluyente y dinámico. Ojalá ambas partes aceptaran “que las reformas profundas y duraderas no son los grandes discursos ensimismados: son políticas concretas, bien diseñadas, que logren amplios apoyos” (Uprimny, 2025), lo cual requiere sobre todo un presidente pragmático “capaz de construir consensos sociales y coordinar a sus ministros, aterrizando las grandes ideas en medidas específicas y razonables, cuya puesta en marcha sea adecuadamente supervisada.”

La pareja del cambio tiene también tareas pendientes en el orden público, la salud y el déficit fiscal para terminar decorosamente su periodo, retos que sigue afrontando con narrativas y discursos alternativos, necesitando en realidad la resurrección de la emancipación colectiva amenazada en el exterior por la exhibición autócrata de eximias maldades e internamente por una derecha y ultraderecha nada mesurada y ahora más odiosa, polarizante, mentirosa, ridícula y manipuladora frente a la condena contra Uribe, que la justicia exige acatar pero ellos también con problemas de letras entienden atacar. Su viejo modelo politiquero y corrupto quiere “convencernos de algo que es falso: que todo lo malo que pasa en Colombia es obra de Petro, cuando fueron ellos los que década tras década fabricaron el desastre.” (Ospina, 2025) Tienen tanto temor cambiar los cimientos de un edificio tan grande como lo es el Estado que se soporta en su sistema político poderoso. Con ellos, el cambio es tan difícil llevarlo a feliz término sin sentir la sensación de que todo se está rompiendo o destruyendo, y tener la certeza de que el más antiguo y mejor conocido es siempre más tolerable que lo nuevo desconocido. Simulan no entender que “toda gran mutación convulsiona el Estado”, sus temores son tan necios que miran más a los medios que a los efectos.

TRES. Es digno de encomio el reposado ministro de Defensa por haber contenido a sus tropas en una manifestación tensa de Medellín, donde GPU compartió tarima con nueve reclusos, con quienes su gobierno sostiene una mesa de conversaciones conducente a la pacificación de la capital paisa. La paz total no es un asunto fácil, pero hay que persistir corrigiendo errores. Me gratifica contar con un ministro nada impulsivo, un militar con sindéresis. “Desde luego, los nueve delincuentes de la tarima en la plaza La Alpujarra no son comparables a los jefes paracos que entraron por la puerta principal al Congreso a discursear en tiempos de Uribe. Estos estaban libres, eran de los mismos y estaban en casa, en un Congreso con un 35 % de anfitriones elegidos por ellos. No es lo mismo: Douglas y los otros ocho que están presos, y estuvieron allí bajo estricta vigilancia. Y el presidente que los hizo trasladar a la plaza no los hizo entrar por debajo de la tarima, ni utilizó túneles ni parqueaderos, como era de usanza en las épocas del Palacio de Nari.” (Duque, 2025)

CUATRO. En torno a la conspiración de AL no seré yo quien hable de santos y conductas sin tacha, pero a los 82 años espero estar felizmente rodeado de un poco más de gracia y bondad que este hombre que en el ocaso de su vida decidió anteponer su vanidad a mínimos valores de civilidad y republicanismo. Ahora pasarán los años que le quedan arropado por la vergüenza. Ese será su castigo. Obvio que la investigación abierta por la Fiscalía deberá esclarecer el alcance del complot y si Leyva “actuó solo o en coordinación con otros actores políticos y económicos. Urgen las respuestas… porque está en juego la estabilidad institucional. Colombia no puede permitirse que el primer Gobierno de izquierda elegido democráticamente termine descarrilado.” (elpais.com, 2025)

CINCO. No es posible despojar a ninguna intervención del binomio P-M de su carácter nativamente ético, moralizador, y en el sentido más profundo, político y revolucionario. Esto abarca no sólo su trienio especial sino toda su vida y obra en la que se cristaliza, donde el sufrimiento y la belleza se entrelazan. Nadie con el discurso de la paz y de la reconciliación “vio tantos enemigos por todas partes, denunció tanto la maldad y la infamia, llamó tanto a prepararse para la lucha.” (Ospina, 2024) Petro y Francia, como los verdaderos rebeldes, están dispuesto a entregar sus vidas por sus ideas, no solo son apóstoles, también son redentores y mártires: “Me matarás, pero sobreviviré en mi pueblo que es antes del tuyo, en las Américas”, escribió Petro en un trino macondiano. No obstante, como debe ser, no son mesías.

SEIS. Por la férrea oposición despiadada y los errores del binomio alternativo se está dejando a medio camino la oportunidad de liderar causas vitales que muchos compartimos. Petro ha sido uno de los pocos líderes que ha puesto el medioambiente en el eje de su gobierno en un planeta amenazado por el cambio climático y en un país donde la Naturaleza sufre una degradación alarmante. También ha sido uno de los pocos que ha situado en primer plano la tragedia humanitaria de Gaza, si fuéramos sensatos ambas banderas unirían a todas las personas de todas las orillas. Además, el gabinete inicial del binomio P-M “combinaba la experiencia administrativa de antiguos funcionarios probos con el ímpetu de caras frescas. En el ambiente flotaba un aire optimista.” (Samper, 2025) Ya se sabe lo ocurrido y ambos hicieron un giro más a la izquierda donde afloraron las peleas internas y se disparó el asalto a los dineros públicos. Poco a poco ellos ofrecieron una imagen insólita de desatención y sombras. Llegó el momento en que añadieron a su programa las amenazas, las convocatorias populares y el manejo de la zozobra en su relación con las instituciones. Juraron aceptarlas, pero Petro se encarga de sembrar dudas al respecto. Primero fueron chistecitos y sonrisas malévolas. Luego el atropello de las fronteras entre los poderes. Al final, en algunos círculos aletea la sensación de que, Petro pretextando contar con apoyo popular, estaría dispuesta a sacrificar la Constitución. Confío con Daniel Samper P. en que no será así.

SIETE. Este Gobierno no ha sido de transición, “sino de confrontación al statu quo.” Por ello, no ha existido, ni éste lo ha buscado, “una luna de miel con los medios de comunicación tradicionales, los grandes capitales, ni las castas electorales.” (Ariza, 2025) Ha apelado a una campaña permanente, cara a cara, en los territorios, con los campesinos, indígenas y trabajadores. A pesar de la extenuante crisis fiscal, la dupla P-M ha seducido a los sectores populares con ambiciosas políticas sociales y de infraestructura. Ha ampliado, además, sus horizontes electorales en las redes sociales. Así ha podido “crecer en las encuestas y conectarse otra vez con los jóvenes y los estratos menos favorecidos. Con su decisión, el Congreso le ha dado una bandera para salir a la calle y crecerse.” (Ibíd)

OCHO. En medio de sus diferencias, al final de su mandato la dupla “juega sus restos ensamblando una nueva coalición que intenta reeditar la que lo eligió. Los cargos en el gabinete que dejaron vacantes sus copartidarios serán (o son) para sectores con votos en el Congreso y en la opinión que le acompañen en este último tramo, intentando aprobar sus reformas y respaldando a su candidato en 2026. Aunque cada vez surgen más teorías y preguntas acerca de las verdaderas intenciones del gobierno en los meses que le quedan.” (Carvajal, 2025) Así, Macondo arde y el binomio P-M no está hablando chino. Como en el famoso cuento de García Márquez, algo único va a pasar en este pueblo.

De acuerdo con Samper aún es posible convencer al binomio P-M de ponerse la camiseta multicolor que exige el momento y que se comprometa con un nuevo código de conducta donde figure: No escuchar solamente a su tropa, y desconfiar de los elogios. Oír a todos los grupos y recoja los buenos consejos, vengan de donde vinieren. No a los trinos improvisados ni mucho menos mensajes a la media noche. La experiencia en esta materia no ha hecho más que desconcertar a los ciudadanos y sembrar dudas sobre la estabilidad emocional, aunque sólo se sea adicto al café libertario. No tomarse libertades con alcohol ni fármacos. Eludir todo viaje que no sea absolutamente indispensable.

A propósito de ese código, ¡Petro!, recuerde siempre que usted fue elegido por la mitad ciudadana, pero es presidente de todos. Así haya dicho que en su Presidencia nadie se toma un trago mientras trabaja, si usted da el ejemplo será más fácil exigirlo a otros. En cambio, si renuncia a ser modelo de contención y desaprovecha la ocasión de desarmar un amenazador futuro inmediato, su deuda con la historia será impagable y sepultará durante doscientos años más el papel de una izquierda civilizada y civilizadora. El punto ahora es la continuidad del proyecto incluyente de país en el que quepamos todos. Si usted, ¡presidente!, logra en este año que le queda, “controlar su espíritu ególatra y tropelero, y avanza en el trabajo en equipo para consolidar importantes iniciativas, podrá arribar en el 2026 un gobierno progresista que continúe y avance en la implementación de las reformas y los cambios necesarios para seguir construyendo un país en paz con justicia social.” (González, 2025)

Se necesita un candidato que no sólo enarbolar la unidad, sino que construya con hechos, sin maximalismos. “Ese camino requiere conciliar mundos distintos, representar sensibilidades diferentes. Pero requiere también de una estrategia que no hable solo a los convencidos, sino a una ciudadanía amplia que necesita certezas y soluciones, no consignas. Un proyecto, en definitiva, que vaya más allá de la militancia y sus simpatizantes, insuficientes para lograr la reedición de un Gobierno progresista.” (elpais.com, 2025) El avance de la extrema derecha en el resto del mundo, no es inevitable. “Pero detenerlo exige una izquierda que asuma el momento histórico con responsabilidad, que entienda que ganar no es solo resistir, sino también convencer.” (Ibíd) El candidato (a) del PH que salga elegido en la próxima consulta de octubre puede ser ese punto de encuentro si logra evitar el sectarismo, abrirse al país y presentarse como una opción real de gobierno para todos. Recorrido este trienio especial, el presidente, la vicepresidenta y sus amigos del PH han entendido que otra reivindicación histórica y política sería ganar las elecciones de 2026.

NUEVE. Es menester insistir con el expresidente Samper que la izquierda en el poder está llevando a cabo las reformas sociales, la integración latinoamericana y la paz, con múltiples facetas, unas muy positivas y otras no tanto. En la integración, Colombia va a tener en el último año petromarquiano, la presidencia pro tempore de la CELAC, de la Comunidad Andina. De seguro Petro va dejar huella en esa materia. En las reformas, la dupla P-M dejó que la reforma de la salud se comiera todas las demás. En el tema de la paz era válido el razonamiento inicial de que uno no puede tener la casa con diez incendios y apagar solo uno. Ella está dejando esta enseñanza: la paz tiene que ser territorial, ya no es nacional. También hay que insistir en que llegó al Gobierno gente que jamás lo hubiera hecho si no es porque llega un proyecto de izquierda. Se reiteró la institucionalidad del país y en que las Fuerzas Armadas no se meten en aventuras golpistas. Antes, los referentes de política internacional eran Brasil y México, y ahora Colombia es un punto de referencia. En fin, muchos hubiéramos querido que al Gobierno le hubiera ido mejor, pero hubo algunas sombras que opacaron sus luces.

La Franja de Gaso, 14 de diciembre de 2024 https://www.elespectador.com/opinion/caricaturistas/gaso/la-franja-de

DIEZ. Cierro estas conclusiones enfatizando que el mundo político tendría que ser guiado por el gran interés nacional y debería primar la cortesía y los buenos modales. Por muy ambiciosas que sean las partes y por mucho que se odien, los buenos políticos tienen que conservar “la decencia, que es algo así como el reconocimiento de la dignidad del oponente.” (García, 2025) Por eso, el binomio alternativo, a pesar de su distanciamiento, ha insistido en la necesidad de actuar en conjunto con la sociedad civil para combatir el crimen organizado, la desinformación y la violencia. Según Gabriel Boric “no podemos negar la legitimidad del otro”, este es un postulado del progresismo que debe ser aplicado también en Colombia. El ejercicio diario del poder requiere el debido respeto por la oposición política o de sus críticos. Boric señala que “la democracia no le teme al disenso (…) reconoce la divergencia de opiniones como parte esencial de la vida política y la democracia”. En el caso de Colombia, sería de esperar que Petro y Márquez, por coherencia en la defensa de la democracia y los derechos humanos, además de evitar los discursos estigmatizantes, sigan utilizando los cánones civiles para seguir avanzando en su Gobierno del Cambio. Sólo así sus nombres quedarán inscritos en la historia como el de dos líderes que lograron oxigenar una política dominada por las élites tradicionales.

Ojalá pues que la dupla presidencial y los políticos sean conscientes de la necesidad de cambiar la imagen desafortunada que se ha generado alrededor de su actividad, ya que la corrupción en sus diferentes facetas ha tocado directamente a algunos de sus integrantes y se requiere que las elecciones del 2026 sean pulquérrimas. Pensar en Colombia y en su futuro es definitivo para seguir recuperando el país en donde afortunadamente ya el cambio se ha interiorizado y muchos creen que se puede seguir avanzando. No basta con evocar la democracia ni hablar en nombre de ella: debemos fortalecerla y renovarla. Defender la democracia exige que seamos capaces de condenar las derivas autoritarias. En un mundo en donde algunos viven bajo regímenes autoritarios o totalmente autocráticos, “es indispensable levantar la voz para defender los estándares democráticos” y los cambios que el país necesita porque lo que no cambia empeora. “Colombia tiene que persistir en una voluntad de cambio más profunda, más capaz de convocar al país entero. Porque es verdad lo que venimos diciendo, y es que hacia atrás asustan.” (Ospina, 2025)

En definitiva, entonces, nuestra nación necesita seguir construyendo con ética y decencia una izquierda moderna y vigorosa; una izquierda donde puedan florecer nuevos liderazgos. Una izquierda que siga enfrentando la corrupción, el engaño, el abuso de poder y la impunidad: señor Presidente y señora Vicepresidenta, sus propios éxitos le sirven de guía; no desaprovechen la oportunidad de haber roto un techo político de más de dos siglos para seguir traduciendo esa ruptura en una transformación de fondo.

INDISPENSABLE TÁBULA GRATULATORIA

Ariza, Hubert (2025, mayo 17). Petro convoca al pueblo a ser poder. El país, Madrid,https://elpais.com/america-colombia/2025-05-17/petro-

Arocha, Jaime (2025, feb 25). El racismo ocultador de las contribuciones de Francia Márquez Mina. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/jaime-arocha/el-racismo-ocultador-de-las-contribuciones-de-francia-marquez-mina/

Carvajal Basto, Luis (2025, feb 25). Petro: último tercio. El espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/luis-carvajal-

Ceaser, Michael (2024, sept 6). Sobre el precio de los combustibles. Cartas de los lectores de El Espectador, Bogotá, ttps://www.elespectador.com/opinion/columnistas/cartas-de-los-lectores/sobre-el-precio-de-los-combustibles/

De la Torre, Cristina (2025, dic 10) Giro en la política de paz. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/cristina-de-la-torre/giro-en-la-politica-de-

Donadío, Alberto (2025, feb 14). Ya no celan al sapo. Semana, Bogotá, https://www.semana.com/opinion/articulo/ya-no-celan-al-sapo/202500/

Duque Naranjo, Lisandro (2025, jun 30). Diferencias entre La Alpujarra y el “Palacio de Nari”. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/lisandro-duque-

elespectador.com (2024, dic 15). Entre maldiciones y el fracaso del Gobierno. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/editorial/entre-maldiciones-y-el-

elpais.com (2025, jul 3). El reto de la izquierda en Chile. El país, Madrid, https://elpais.com/opinion/2025-07-03/el-reto-de-la-izquierda-en-

______________ (2025, mayo 7). Importante triunfo de Colombia en la OEA. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/editorial/editorial-laura-

García Villegas, Mauricio (2024, dic 21). El avance de la grosería. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/mauricio-garcia-

Gaviria, Pascual (2025, ene 29) Un rebelde de madrugada. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/pascual-

González Uribe, Guillermo (2025, jul 9). El país cambió gracias a Petro, a pesar de la dirigencia tradicional y de él mismo. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/guillermo-gonzalez-uribe/el-pais-cambio-gracias-a-petro-a-pesar-de-la-dirigencia-tradicional-/

Londoño, Julio César (2024, sept 14). La paranoia blanda del golpe duro. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/julio-cesar-londono/la-

___________________ (2025, feb 8). Los deportados y el consejo de ministros. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/julio-cesar-

Montaigne, Michel (2014). Ensayos. Edición bilingüe. Traducción y notas de Javier Yagüe Bosch. Barcelona: Círculo de Lectores.   

Neira, Armando (2025, marzo 1). Gustavo Petro, atrapado por la soledad del Poder. Cambio, Bogotá, https://cambiocolombia.com/pais/petro-

Nicholls Ocampo, Cristina (2025, jul 14). La discreta fealdad de la burguesía: el golpista. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/cristina-nicholls/la-

Orozco Tascón, Cecilia (2025, feb 19). Benedetti: ¿todo por el poder? El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/cecilia-orozco-

Osorio, Camila (2025, feb 2). Jorge Ramos: “Alguien tenía que hablar por los migrantes, y Petro fue quien lo hizo”. El país, Madrid, https://elpais.com/america-colombia/2025-02-02/jorge-ramos-alguien-tenia-que-hablar-por-los-migrantes-y-petro-fue-quien-lo-hizo.html

Ospina, William (2024). Petro contra Petro. El Espectador, Bogotá, publicado octubre 6 en https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/william-ospina/petro-

______________ (2025, ago 3). El único cambio es que ahora muchos creen que se puede. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/william-ospina/el-unico-cambio-es-que-ahora-muchos-creen-que-se-puede/

Quesada, Juan Diego. (2024, nov 4). Alejandro Gaviria: “Petro anuncia el fin del mundo y a la vez se erige como su salvador”. El País, Madrid, https://elpais.com/america-colombia/2024-11-04/alejandro-gaviria-petro-

Samper Pizano, Daniel (2025, feb 16). INVENTARIO DE DAÑOS. Los Danieles y Cambio, Bogotá, https://cambiocolombia.com/los-

Santos Calderón, Enrique (2025, mayo 4). PETRO Y EL ORDEN PÚBLICO. Los Danieles y Cambio Colombia, Bogotá https://cambiocolombia.com/los-danieles/petro-y-el-orden-publico

Uprimny, Rodrigo (2025, jun 15). Cinco tesis frente a la crisis. El Espectador, Bogotá, https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/rodrigo-uprimny/cinco-

14 respuestas a «LUCES Y SOMBRAS DEL TRIENIO ESPECIAL»

  1. Sabiduría popular dice: No Hay peor ciego que el que no quiere ver, este texto tiene una gran Descripción de la situación histórica de un esencial periodo que marcó huella positiva en el desarrollo de nuestra Colombia… Gracias González por ilustrarnos tanto.

  2. Dr. Dairo G. Q.: Respetuoso Saludo. En primera instancia Muchísimas gracias, por el envío, de este maravilloso artículo, titulado: «LUCES Y SOMBRAS DEL TRIENIO ESPECIAL». Es indispensable levantar la voz, para defender los estándares democráticos y los cambios que el país necesita, porque lo que no cambia se deteriora. «Nuestro país tiene que permanecer, con una voluntad de cambio más profunda, más capaz de convocar a todo el país. Como conclusión nuestro país, necesita seguir construyendo con serenidad ética e imparcialidad un gobierno moderno y vigoroso y una organización donde puedan figurar todos los nuevos liderazgos.»

  3. En verdad, este primer gobierno de izquierda en Colombia ha dejado muy buenas enseñanzas.
    Esperemos que pueda concluírlas en un próximo gobierno lo propuesto en el presente.

    1. Los colombianos votamos por un programa social de gobierno que representa un cambio en la vida social del pueblo colombiano para tal fin se presentan las reformas sociales que no ha sido fácil su implementación por no contar con la mayoría en el congreso, este debe ser el centro de la discusión y el análisis político lo que se puede apreciar es que la oposición esta implementando es una confrontación de tipo personal en contra de la humanidad del presidente posicionando una idea de desacreditar y demonizar en una sociedad democrática esto no debe ser posible .

  4. No cabe duda de que ha sido un avance para la política y para la verdadera democracia colombiana. No es el gobierno soñado, pero sin duda representa un gran paso hacia transformar la forma en que nos hemos acostumbrado —mal que bien— a vivir. Al menos, se ha demostrado que es posible cambiar y romper las sólidas columnas de las falsas estéticas politiqueras, tanto las que hemos tenido como las que podrían venir.

    ¡Gracias, profe!

  5. Espero estar equivocado, pero creo que nuestro gobierno, ha errado en muchas de sus acciones; cosa que la derecha no desaprovecha.
    Ojalá y esto no repercuta en el 2026.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *