EL BIENIO DE DUQUE

En memoria de los líderes sociales asesinados 
«Duque se ha convertido en un presidente que ha sabido conservar las expectativas que sobre él había cuando era candidato, es decir, ninguna. Visto de esa manera, Duque no es una decepción, es algo peor: una tragedia.»
Pablo Felipe Robledo

¡Amable lector reflexivo!, como este 7 de agosto se cumplen dos años del actual mandatario y 201 años de la conmemoración de la Batalla de Boyacá, el objetivo de estas notas es reflexionar sobre lo bueno, lo feo, lo malo y lo terrible del primer bienio de Duque a través de esta trillada pero efectiva fórmula de evaluación de lo que ha hecho hasta ahora el actual inquilino de la Casa de Nariño, quien se encontró con muchos tropiezos y dos desafíos inéditos: el histórico estallido social del año pasado y la pandemia despiadada del Coronavirus.
Entonces, si entendemos lo bueno como lo sano con inclinación a hacer el bien, tenemos que decir categóricamente que el mayor mérito de Iván es que en el fondo es un buen tipo nada pendenciero ni tramposo que “está haciendo un buen trabajo en sectores como tecnología e infraestructura”, tal lo reconoce Daniel Samper Pizano. Además, continúa Daniel, ha tenido gestos de solidaridad con los exiliados venezolanos y ha puesto la cara al virus en el decepcionante e insulso programa diario “Aló Presidente”, en donde se destaca como un buen presentador de las propagandas de lo que hace su gobierno. Aquí estoy de acuerdo con Carlos Castillo Cardona: Si Pastrana se hizo presentador de televisión para ser presidente, Duque se hizo presidente para poder ser presentador de televisión.
Lo feo de este bienio, entendido en el sentido de causar disgusto o desagrado, radica en que Duque pasó de ser un joven político inseguro e inexperto a ser un “bobo listo” con la suerte de “el que dijo Uribe”, lo cual no es nada honroso porque es asimilable a una marioneta cuyos hilos son manejados por su presidente eterno, autor intelectual y promotor de la Ley 100 de 1993 tan nociva para la sanidad; por eso, el títere de Duque no fue capaz de aprovechar la emergencia de la peste del Coronavirus para hacer modificaciones importantes en el mundo de la salud y de las EPS. Además, según el citado Samper, el subpresidente “coló al ámbito público sus fervores religiosos personales…” y se apegó como un disco rayado a su insustancial economía naranja y “en gran medida se ha limitado a gobernar por la inercia propia del sector público cambiándole el nombre a programas gubernamentales del pasado para maquillarlos como propios o a sacar pecho con la herencia, esa sí para nada molesta, de inaugurar cientos de obras puestas en marcha en el gobierno anterior para hacerlas ver como de su gobierno”, tal lo dice Pablo Felipe Robledo
Si asumimos lo malo de Duque como lo nocivo a la salud del pueblo colombiano, ahí están sus oídos sordos a las exigencias e inconformidades de la Consagrada Primavera Colombiana de 2019 o la profunda insatisfacción ciudadana por causas que iban desde el asesinato de los líderes sociales hasta la protección del medioambiente, el diálogo con sus dirigentes, lamentablemente, no sirvió mucho, pues sus ministros ni él lo asumieron con seriedad; mientras el movimiento social del paro multitudinario y la oposición tenía contra la pared a Duque, apareció el virus nacido en China que se convirtió vertiginosamente en una pandemia que nos contagió, así el consiguiente confinamiento obligatorio le cayó a Iván y a su partido político como una lluvia bendita que aplacó el fuego rebelde nacional y le dio aire al mandato errático y vacilante del subpresidente, quien hoy gobierna desde las urgencias que le plantea la peste universal sin tener en cuenta que ahora Colombia está, según Gloria Arias Nieto, “envuelta en el trapo rojo de la pobreza, y con el cuerpo roto por las trampas de la violencia.”
También la idea de volver trizas la paz en medio de risas avanza lentamente y no ha podido manejar ni limpiar el Ejército en donde están las sombras de los muertos por contar, los seguimientos, las violaciones y la corrupción ampliada a todos los sectores; no es gratuito que, según el Centro Nacional de Consultoría, la corrupción preocupe más a los encuestados que el mismo coronavirus. Además, de acuerdo con Daniel Samper Pizano, “el medio ambiente y la cultura están ausentes de sus inquietudes, desconoce el valor de la autocrítica… El amiguismo y el compañerismo son su desacertada guía para seleccionar personal, por lo que ha subido al poder a funcionarios poco preparados, vanidosos, inmaduros e inseguros” hasta el punto de que los integrantes de su gabinete han sido disfuncionales. Y el colmo del desacierto fue que diseñó una reforma tributaria para los ricos, mostró mucha displicencia hacia la reforma rural, mutiló el presupuesto para la paz de 2021, está “arrodillado ante los Estados Unidos en muchos órdenes, entre ellos la fracasada lucha contra la droga…” (Ibíd.) y tiene una alianza irrestricta con el ahora desinflado y cuestionado Guaidó para sacar a Maduro del poder con el proyecto tonto de Prosur -en supuesto reemplazo de Unasur y refuerzo de la Alianza del Pacífico- para así ganarse el corazón de la opinión pública.
Si entendemos lo terrible como lo que causa terror y dificultad para tolerar pues somos un país miedoso e intolerante, ahí está el abandono de los líderes sociales y los excombatientes de la Farc quienes llevan dos años explicando infructuosamente que sin paz no quedará país porque ahí siguen como “carne cotidiana de diversos asesinos” con mandíbulas insaciables que mastican seres humanos en la oscuridad e incluso también en pleno día. “Su desastrosa política internacional, manejada a través de fantasmas y de mediocres, que empeoró la relación con Venezuela, rompió puentes con un aliado leal como Cuba y traicionó los intereses latinoamericanos” (Ibíd.) por los que tanto bregó Simón Bolívar.
En conclusión, señor Duque, le quedan otros dos años “para cumplir su juramento, salvar miles de vidas y no pasar a la historia como el gobierno que nos arrebató la paz”, tal lo dice Gloria Arias Nieto. Si usted, señor Duque, “cambia el rumbo de su administración, se deshace de perversos padrinos, gobierna con los mejores y busca de veras la paz — incluso con el ELN— daría los primeros pasos hacia un país mejor” (Daniel Samper Pizano) y dejaría una marca que lo recuerde. No queremos ser pesimista, pero si usted continúa con sus ideas equivocadas y no aprovecha el próximo bienio para sacar estos temas adelante, su paso por la Casa de Nariño será como lo ha sido hasta el momento: “sin gloria y con mucha pena”, como bien lo afirma Pablo Felipe Robledo.
Es claro pues que el gran reto de Duque en el próximo bienio es afrontar estos temas en su conjunto, para dar respuestas a los problemas estructurales y coyunturales cada vez más complejos del país para no ser inferiores y contribuir a que educación, economía, salud, política e innovación no permanezcan ajenas a la cultura y al desarrollo del país, para que la visión crítica de su primer bienio y la conmemoración de los 201 años de la Batalla de Boyacá se conviertan en un potenciador que permita construir, con un verdadero sentimiento patrio, un camino más grato para poder disfrutar de una mejor sociedad. No deberíamos esperar otro periodo presidencial para cumplir los ideales de justicia y libertad por los que lucharon los héroes y las heroínas de la Independencia y de este modo el país del tamaño de nuestros sueños no quedé sepultado debajo del poder maquiavélico y la ambición desmedida.

REFERENCIAS
-Arias Nieto, Gloria (2020) Reventar los hilos. El Espectador, Bogotá, publicado el 4 de agosto en https://www.elespectador.com/opinion/reventar-los-hilos/
-Castillo Cardona, Carlos (2020). Esa maldita televisión. El Tiempo, Bogotá, publicado el 23 de junio en https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/carlos-castillo-cardona/esa-maldita-television-columna-de-carlos-castillo-cardona-510312
-Robledo, Pablo Felipe (2020). Sin gloria y con mucha pena. El Espectador, Bogotá, publicado el 5 de agosto en https://www.elespectador.com/opinion/sin-gloria-y-con-mucha-pena/
-Samper Pizano, Daniel (2020). Medio mandato, mediocridad. Los Danieles, columnas sin techo, publicado el 1 de agosto en https://losdanieles.com/daniel-samper-pizano/medio-mandato-mediocridad/

3 respuestas a «EL BIENIO DE DUQUE»

  1. Saludos estimado amigo. Agradezco compartir sus excelsas reflexiones. Sin embargo, en el sector de las tecnologías que va ligado al de la ciencia, no veo desarrollos importantes que posicionen al país en lugares destacados. Es más, en el nuevo presupuesto nacional se proyecta una reducción en la inversión. Y sin duda, la corrupción es el signo de este gobierno planificado por los demoníacos en el poder en unión con las mafias empresariales. Sobre ese panorama oscuro y tenebroso, al menos penetró un haz de luz de justicia con la detención domiciliaria del hampón mayor.

    1. Apreciado Orlando, tu comentario complementa muy bien mi texto cuando precisas que el avance en tecnología en el primer bienio de Duque fue pírrico. Gracias, muchas gracias y espero que sigas visitando y analizando este portal.

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