
Merecen elogios, no balas

El primer día de este año el asesinato de líderes sociales tuvo una tregua porque sus autores estaban pasando la borrachera macabra desde la firma de la paz con la Farc, de acuerdo co la Defensoría e Indepaz. El dos reanudaron su accionar, que el artículo de portada («2020: un líder asesinado por día») anotó. Este genocidio aterrador «ha puesto a Colombia como el país con mayor violencia en contra de los líderes sociales en el mundo» (Julián de Zubiría).
En cualquier país democrático, dichos líderes serían elogiados y respetados. Mas aquí son ejecutadas «por el papel que cumplen en sus regiones al reclamar sus tierras, al intentar participar en la política y al oponerse a las economías ilegales» (ibidem). Pero el Gobierno se hace el sordo y no hace nada o uy poco para protegerlos. Sin embargo, hay que seguir protestando contra los asesinatos de nuestros líderes porque amamos la vida, la paz y la esperanza.
Carta publicada en la Revista Semana, edición impresa «La Farc se Fragmenta», página 4, enero 26, 2020.